Amelia Xhu, es la joven y única sobrina del Patriarca de la familia Xhu, quien la ha criado desde su niñez. Al cumplir los 23 años, Amelia fue obligada por su tío a tener citas a ciegas con hombres que no conocía para que pudiera asentarse y tener algo de vida amorosa, y quien sabe, hasta casarse y tener hijos.
Sin embargo, cada cita a ciegas terminaba en fracaso cuando los hombres escuchaban a que se dedicaba, estos huían inmediatamente con excusas al saber su profesión. Finalmente terminó frustrada y se dio por vencida con su vida amorosa.
Pero lo que no sabía era que un pequeño descuido la llevaría a conocer al hombre con quien había soñado en incontables ocasiones.
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Entrenamiento y adaptación.
Cinco años después:
El sonido de algo chocando contra un objeto duro resonó por todo el jardín trasero del Patio Tao. Las hachas golpearon de forma consecutiva el centro del tiro al blanco, empujando con fuerza hasta tirarlo al suelo.
Una figura vestida con túnica entrenamiento de color azul yacía en silencio a unos diez metros del tiro al blanco. Su largo cabello negro se agitaba con suavidad, al igual que el flequillo de su túnica azul, la cual, marcaba perfectamente su hermosa figura curvilínea y bien desarrollada a pesar de tener sólo 17 años.
Sus ojos azules miraron con seriedad las hachas, asintiendo satisfecha, dio un paso atrás y cambió su postura.
-Hija, tu fuerza ha aumentado, pero déjame comprobar si eres lo suficientemente fuerte como para luchar contra mis subordinados.- La voz de Mark Kun vino desde atrás mientras miraba a su hija con un brillo orgulloso en sus ojos. Con el chasquido de sus dedos, seis hombres igual de grandes que él aparecieron de la nada, rodeando a Sasha en todos los ángulos.
-Padre ¿Qué me darás a cambio si ganó?- Preguntó Sasha con tranquilidad, volviendo su mirada hacia su padre, con una expresión un tanto gentil y determinada, levanto la barbilla.
Luego de cinco largos años siendo cuidada por este hombre, sintiendo su amor paternal y cuidado sincero, se dio cuenta de lo mucho que Mark amaba a su hija, gracias a esos sentimientos tan sinceros que le dio su padre durante todos estos años, lo acepto de todo corazón como su verdadero padre.
Pero de todo esto, lo que más le agradaba, era que a pesar de no permitir este tipo de cosas en este tiempo, su padre mismo la entrenó personalmente y le enseñó muchas cosas que no sabía en su vida pasada, como el manejo de la espada, la lanza, el hacha y otras armas más. Aceptaba a su hija tal y como era, e incluso se sentía orgulloso por lo bien que le iba haciendo lo que más le apasionaba.
Sin embargo, incluso esto tenía dos condiciones, primero; no podía practicar artes marciales ante personas de la realeza, ya que eso no estaba bien a los ojos de los demás, y segundo; tenía que practicar las cuatro artes fundamentales durante su tiempo libre, como caligrafía, música, pintura y bordado.
Sasha cumplió cada una de las expectativas de su padre, llenándolo de gran orgullo ante eso. Era muy buena en pintura, música y caligrafía, su bordado también era bastante bueno pero no tan bien como las otras tres.
En cuanto a las artes marciales, era incluso más increíble y sorprendente en ese ámbito, su aprendizaje era mucho más fluido que cualquiera de sus soldados y su fuerza siempre fue buena desde un principio, logrando derrotar fácilmente a tres hombres normales con tan sólo 12 años.
-¿No es que quieres ir conmigo al campamento militar dentro de dos días? Si les ganas, irás conmigo, pero su pierdes, te quedarás y escribirás "Amo a mi padre el Gran General" una hora al día hasta que regrese.- Dijo el hombre de cuarenta y tantos años mirando a su hija con una sonrisa.
Sasha sonrió y asintió ante las palabras de su padre, para ella, las luchas y las peleas eran mejor que cualquier cosa, si podía ir al campo de batalla con su padre, se sentiría muy bien con eso.
-Por favor, no te retractes de tus palabras, padre.- Respondió la chica, aceptando con determinación la apuesta. Ella soltó un suspiro, borrando cualquier sonrisa u expresión gentil en su rostro, la seriedad lleno sus ojos, así como la fuerte voluntad de luchar.
-¡Ahhh!- Con un grito, dos hombres se lanzaron directamente hacia ella, llevando sus puños con ferocidad hacia el rostro de la joven desde distintos ángulos de ataque. Ante esto, sin esperar a que su Señorita reaccionará, los otros cuatro también atacaron al mismo tiempo. No parecían contenerse en lo absoluto.
Las cejas de Sasha se arquearon un poco, esquivando y atacando a mismo tiempo los ataques del enemigo, protegerse se volvió su prioridad. No podía subestimar a los subordinados más especializados de su padre, todos ellos eran excelentes en sus trabajos, formando parte del pequeño grupo personal nombrado el Octogonal Mortal, formado por ocho guardias oscuros que siempre se mantenían al lado de su padre y solo recibían orden de él.
Y estos seis hombres con los que está luchando, son parte de ese pequeño grupo de guardias oscuros.
Sasha esquivo algunos ataques, sin embargo, fue golpeada por otros, obligando a que sus ataques se volverán cada vez más feroces. Muchas veces integraba ataques de kárate, taekwondo, jiu jitsu y algo de boxeo, su padre nunca le pregunto o cuestionó algo por el estilo, solo pensó que era su estilo libre de lucha, por lo que podía pelear libremente con los distintos tipos de artes marciales mixtas.
Muy pronto, los seis guardias quedaron en el suelo, con grandes moretones y fuertes lesiones corporales, y aunque Sasha también estaba muy lastimada, logro mantenerse en pie, quedando como la ganadora.
Mark se puso de pie y aplaudió alegremente, orgulloso de todo lo que su hija había logrado hasta ahora -Muy bien, te di mi palabra, ahora tengo que cumplirla, cariño, cura tus heridas y prepara tus cosas, saldremos en mañana a primera hora.- Dijo el hombre con contentura caminando hacia la salida del patio de su hija.
Varios segundos después, algunos guardias más aparecieron y desaparecieron con los guardias inconscientes en sus brazos.
Al quedar sola, Sasha soltó una elegante y contenta carcajada, satisfecha con lo que había logrado. Finalmente podría ir al campamento militar de su padre, el lugar que había deseado desde hace mucho tiempo conocer.
La joven de 17 años se dejó caer en el suelo, respirando con tranquilidad, cada vez que luchaba, se sentía tan viva, tan ella misma. En la Mansión de su padre, todos la respetaban y admiraban por su fuerza, en esta vida, incluso los hombres la admiraban, su mismo padre la admiraba y se sentía orgulloso de que fuese su hija.
Era un tipo de satisfacción sin presedentes que nunca había sentido en su vida pasada. Sin embargo, su frustración no se había ido por completo, ya que en esta época, los jóvenes tenían que casarse al cumplir sus 16 años, la cual cuenta como su mayoría de edad en esta época. Sasha ya tiene 16 años.
Aún no se había casado gracias al amor de su padre, evitando a toda costa un matrimonio hasta el momento.
Tal y como le ordenó su padre, Sasha curó sus heridas y preparo sus maletas para el viaje que les esperaría mañana, un día antes de lo esperado. De alguna manera, se sentía llena de expectativas sobre este viaje.
A la mañana siguiente:
A primera hora de la mañana, un carruaje salía desde las puertas principales de la Mansión del Gran General Kun, ocho soldados montados a caballos rodeaban el carruaje, protegiéndolo, ya que, después de todo, lo más preciado para el General se encontraba dentro del carruaje.
-Padre, eres tan exagerado. Pudimos haber simplemente cabalgado ¿Porqué carruaje?- La tranquila pero ligeramente infantil voz de Sasha vino desde el interior del coche, agitando el brazo de su padre de manera mimada mientras pedía una explicación.
Mark miró a su hija con seriedad, aveces no lograba entender a su pequeña, tampoco sabia lo que pensaba pero... ¿Porqué actuaba tan infantil cuando no quería hacer algo?
-Cariño, ya te dije que el viaje será de cinco días hasta el campamento del norte, necesitas tener descanso.- Explicó su padre con tranquilidad, bajando su mirada a los documentos militares en sus manos, tan solo para que su ceño se frunciera unos minutos después.
-¿Es el segundo príncipe otra vez?- Preguntó Sasha con cierta molestia, notando el pequeño disgusto en los ojos de su padre. Ella asomó su cabeza y miró los documentos con calma, su expresión se oscureció unos momentos después -Ese tipo se está pasando de la raya ¿No obligó a uno de sus hermanos a ir al campo de batalla para morir hace unos días?¿Cómo es que logró convencer a otro de hacer lo mismo? Lo peor de todo es que son tan estúpidos como para hacerle caso.- Murmuró la joven con seriedad.
Tenía muy en claro que los príncipes están luchando por el poder en estos momentos.
Mark suspiro y dejó los papeles a un lado -Los príncipes están tratando de ganar el favor del Emperador, yendo al campo de batalla es la mejor opción, así que escuchan las palabras del Séptimo príncipe y lo hacen. Además, Darren Chen ha estado siendo preferido por el Emperador últimamente, muchos príncipes tratan de ganarse su favor.- Explicó el hombre con seriedad, volviendo la mirada hacia su hija con un brillo gentil.
Sasha asintió de acuerdo, ella soltó el brazo de su padre y bajo la mirada -Hace una semana, el Séptimo príncipe vino a ti para una reunión privada, está tratando de complacerte para conseguir tu respaldo, sin embargo, te has mantenido neutral entre él y los demás príncipes. Padre, si no hacemos algo, podremos vernos envueltos por el Séptimo príncipe.- La joven expresó su preocupación de manera inmediata, sabía que en el peor de los casos, el Séptimo príncipe; Darren Chen, trataría de eliminarlos del mapa para conseguir el poder de Mark, quien poseía el segundo ejército más poderoso del Estado.
Mark, viendo la expresión sería de su hija, no pudo evitar soltar una fuerte carcajada, sabía muy bien que su hija era muy competente en este tipo de cosas políticas y estratégicas. De cualquier modo, él nunca le impidió meterse en sus asuntos.
-No te preocupes, él no obtendrá mi respaldo a menos de que se casé contigo, así que no hay nada que pueda hacer por el momento. Además, tampoco planeo respaldar al príncipe heredero.- Dijo el hombre en voz baja, pensando seriamente en estas cosas.
Sasha, quien escucho aquellas palabras, sintió un ligero escalofrío en su espalda ¿Casarse?
-Padre, sobre mi matrimonio... sabes que ya casi cumplo 17 años. Si alguno de los príncipes sabe esto, tratarán de sacar provecho para obtener tu poder militar, no quiero crearte problemas.- Expreso Sasha en voz baja, temía que la gente supiera sobre eso.
Pará muchas personas, la hija del Gran General no era más que una chica enfermiza que podría morir en cualquier momento. Sasha nunca salía de la Mansión del Gran General y las personas que llegaban para visitar a su padre nunca la veían, casi nadie conocía su persona, ya que para casi todos, era una chica que siempre estaba en cama, en su lecho de muerte.
Hasta el momento, no se había presentado ningún pretendiente, y los que trataban de divagar en el asunto, eran rechazados por Mark directamente con el pretexto de que su hija se sentía muy mal.
Al parecer, nadie estaba dispuesto a casarse con una mujer enfermiza qué nunca habían visto.
Ya poniéndome sería, está buenísima la guerra pero aún no acaba 🥺 todo puede pasar, ese desgraciado infeliz príncipe tenía todo planeado, al sentirse acorralado se volvió más peligroso, falta que llegue nuestro Matthew y se armé más el desmadre