Historia de los hijos de Raquel y Tobías de la novela TU AMOR EGOÍSTA 2.
Aquí cuento la historia de Tanya, Matías, Eli y Mar.
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un día en el parque
El abuelo Joel llega.
Abuelo: ¿cómo estás mis dos nietos consentidos?
Tanya y Matías corren a los brazos de su abuelo y le dan un beso en cada mejilla, después le dicen que están bien y Tanya le hace una pregunta a la cuál no sabe que responder.
T: abuelo, ¿tú sabes cómo se hacen los bebés?
El abuelo se pone incómodo con la pregunta.
A: eso solo lo sabrás cuando seas grande, ahora no.
M: ¿porque no podemos saber? _ Pregunta Matías con inocencia.
A: bueno es que... Es que eso deben hablarlo con sus padres en unos años.
T: que aburrido, le preguntaré a mi maestra en clases.
A: no ni niña después lo sabrás. _ El timbre suena y una empleada va y abre la puerta, un joven muy apuesto entrá. Tanya corre a sus brazos.
T: Vladimir, que bueno que viniste. _ Le da un beso en la mejilla y lo abraza, Vladimir hace lo mismo y después pasa a la sala para saludar.
V: buenas tardes señor Joel.
J: hola, ¿cómo has estado?
V: muy bien, Mat estás más alto que la última vez que te ví.
M: gracias, ¿a qué has venido?
T: yo le pedí que viniera, quiero que nos lleve al parque de diversiones.
M: no tenemos permiso de mamá y papá.
T: ellos no están, abuelo nos das permiso ¿verdad? _ Le hace ojitos al abuelo.
A: claro que sí, vamos.
El grupo de cuatro personas suben a un auto y dos autos con guardaespaldas van detrás de ellos.
Unos cuarenta minutos después llegan al parque de diversiones.
...Vladimir....
Mi linda Tanya me pidió que pase el día con ella, a mí me encanta hacerlo, se que es una niña pero aún así no puedo evitar sentirme como un imbécil cuando la veo.
T: quiero subir a la montaña rusa. _ Tomó mi mano, no sabe que cada vez que toma mi mano o me besa la mejilla mi corazón palpita como loco.
T: vamos Vladimir.
- Está bien, ya voy. _ Agarré su mano con más fuerza y caminamos hasta la entrada de la montaña rusa, subimos al tren y el encargado activó la máquina.
El cabello de Tanya se venía a mi cara por el viento que había, hasta el olor de su cabello me encanta.
T: lo siento. _ Se recogió el cabello pero no tenía liga para atarlo, en su mano traía un pañuelo así até su cabello con eso.
T: gracias.
- De nada chiquita. _ Le sonreí y después me sujeté fuerte del cinturón, el recorrido se hacía cada vez más veloz.
Para cuando terminó Tanya había perdido el pañuelo pero yo no sabía dónde estaba.
- No te preocupes, te compraré otro.
T: está bien. _ Bajamos de la montaña rusa y fuimos a comprar un helado, justo terminé de pagar cuando un mocoso se le acercó a Tanya.
Mocoso: hola, ¿ésto es tuyo? _ Le pregunto a a mi linda princesa.
T: si, ¿cómo supiste?
M: es que estaba detrás de ti en la montaña rusa y vi donde cayó.
T: gracias por devolverlo.
M: de nada. _ Le sonrió y se fue. No pude evitar sentirme celoso, pero no debo, Tanya es sólo una niña, además ella jamás se va a fijar en alguien como yo, ella se va a enamorar de alguien de su edad.
T: ¿en qué piensas?
- En nada, toma tu helado. _ Tanya lo tomó y fuimos con Matías y el señor Joel, pasamos varias horas en el parque, fue un día muy divertido, sin duda lo que más amo es pasar tiempo con mi linda niña.