Livia, era un hermoso omega, el cual se casó con el rey, pero solo era un extra en una historia en la cual muere injustamente al ser acusado de asesinar a su propio hijo desde su vientre.
Ahora, Ryan ha reencarnado en el joven Livia y, como no está dispuesto a morir de manera injusta, decide que cambiara su destino, empezando por poner en lugar a las concubinas del rey, quienes lo hacen menos pese a ser la “reina”. Ryan sabe que el rey no le tiene aprecio porque este lo cree la marioneta de su familia, cuyo objetivo es el trono, pero el cambio drástico en Livia, causa que el rey ponga sus ojos en él.
¿Livia podría evitar su muerte? ¿Por qué el rey ahora anda tras de él?
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capítulo 3- desafío
Después de un largo y refrescante baño, Livian salió a dar un paseo por el jardín, junto con las dos doncellas, Lina y Flora; afortunadamente su memoria le hizo saber por donde debe ir, para evitar entrar a la residencia del rey que es el palacio del sol, cada sitió tiene su nombre, así como el suyo que es el palacio luna, mientras que el sitió que corresponde a las concubinas es el palacio de la flor.
- ¡oh! Y el rey es la abeja!
Ya se puso a reír él solo, aunque vaya flores venenosas, el verdadero Livian sufrió mucho por el despreció de esas mujeres y chicos omegas, una sonrisa maliciosa se formado en sus labios.
- Lina, Flora, vamos, iremos a visitar a las concubinas.
- ¿que? Pero alteza.
- sshh, soy la reina, tengo derecho a poner orden en el harem.
Las concubinas, tanto chicas como chicos omega, estaban disfrutando de una reunión, con postres, té, música y tratamientos de spa, cuando escuchan que el guardia anuncia la llegada de la reina, la primera en sobresaltar es Rita.
- vaya, vaya, pero que vida más buena tienen las concubinas, eso de abrirle las piernas al rey funciona muy bien.
Todas se muestran molestas ante su comentario, Rita se acerca a Livia, demostrando que ella es mal alta, pero eso no sirve ante él.
- parece ser que no has tenido suficiente, zorrita.
Rita habla casi susurrando, pero Livia sonríe.
- creo que quien no tiene suficiente eres tú, prosti.
- ¿como te atreves a faltarme al respeto? Se te olvida que soy la amante favorita del rey.
- y a ti se te olvida que soy la reina, su esposa. Daaaah!
Livia muestra su mano donde esta el anillo que demuestra ser la reina y esposa legal del rey.
- una amante, no es más que una amante, aunque sea la favorita, la esposa sigo siendo yo. Por lo tanto me debes respeto.
Los presentes murmuran preocupados, pues la reina se esta comportando extraño y lo peor es que esta provocando a la amante favorita del rey.
- que seas la reina no te da autoridad ante mí, quien tenga el favor del rey es quien gana y tú, no tienes nada.
- mmm...¿con que es así? Bueno eso se puede arreglar, veamos cuanto te dura el afecto del rey, perra!
Apenas dijo eso, Rita levanto la mano dándole un golpe en la mejilla, Livia se tiro al piso y se mordió el labio para hacerlo sangrar.
- ¿que esta pasando aquí?
Rita se sobresalta al escuchar la voz, pues era el rey, Rita le hace una reverencia.
- perdóneme majestad...es que la reina vino...
- solo vine a decirle que nunca más me acercare a su majestad, pero que me dejará en paz...
El rey pudo ver la sangre que corría por la comisura de los labios del peliverde.
- ¿que? No es cierto majestad, todas pueden decirle que la reina vino a molestarme.
Las otras chicas le dan la razón a el rey, así que este mira a Livia con severidad.
- Livia no deberías causar dis...
- lo sabía, no importa que pase su majestad no me creerá...asume de inmediato que soy el culpable.
Sus ojos ya se veían acuosos, mientras sostenía su mejilla con la mano, las doncellas le ayudan a ponerse de pié.
- te creería pero todas apoyan la versión de Rita...
- entonces asume que es verdad solo por eso...comprendo majestad, mi palabra no vale nada ante las de sus amantes.
Livia derrama lágrimas y se da la vuelta para salir corriendo, siendo seguido por sus doncellas, mientras que el rey mira con cierta molestia a Rita.
- la reina sigue siendo la reina, si vuelves a levantarle la mano, cien azotes te esperan.
- no volverá a pasar majestad...solo me enoje tanto que no me medí...
- la reina estará esperando tus disculpas.
Dicho esto se dirigió a la salida, debido al incidente nisiquiera se quedo en el lugar, es mejor ir por Livia y preguntar por su versión, pues se veía muy sentido. Livia llego hasta lo profundo del jardín de su palacio y ahí sobre el césped rodó sosteniendo su estómago mientras reía, pudo ver en la cara del rey que debido a su actuación estaba dudoso de lo que decía Rita, si continúa así, podrá dejar mal a esa tipa, si no logra enviarla a la horca, al menos hará que la echen del palacio.
- alteza, no debió hacer eso.
- usted sabe que su alteza la favorece a ella.
- lo se, si tanto le gusta debió casarse con ella y hacerla su reina, así quizás yo podría elegir un mejor alpha, uno que no tenga que compartir con concubinas.
- no diga eso, si el rey la escucha se podría enojar.
- no me importa, que sepa como me siento, estoy en total abandono y solo cree en sus concubinas, solo valgo por mi sangre, soy un objetó para su uso egoísta...
Las dos doncellas se miran entre si, es triste saber que ese chico, que apenas tiene 17 años, esta destinado a ser solo un objeto para engendrar a los hijos del rey. Livia solo estaba sentado en el pasto y se llevó la mano al pecho, pues sintió una leve punzada, debe ser parte de los sentimientos del verdadero Livia, que aún permanecen en él, debió ser tan miserable al verse destinado a vivir en un sitió donde no era querido.
