ENCANTO SOMBRÍO

[Maestra Irina, no se ponga tensa y dejé que resuelva los malentendidos.]

¿Qué no me pusiera tensa?

¿De cuáles malentendidos hablaba?

Era todo lo contrario.

Sin embargo, mis ojos no lo captaron y dejé algo importante a la vista de Kael.

Manchas de sangres en el traje de Stolaz.

Más perpleja no podía sentirme.

Las mentiras fueron de otro nivel y no tuve de otra que colaborar con ello.

[Por favor, Stolaz no sigas y vámonos. No hay que darle ninguna explicación al humano.]

A pesar que intenté remediar la situación, Stolaz continuó hablando.

—Somos agentes encubiertos. No podemos hacer nada para ocultar lo que acabas de presenciar, pero tenemos prohibido hablar sobre nuestra identidad. Es todo lo que tengo que decir, ya que soy un subordinado.

Entonces Stolaz me cedió la palabra.

«¿Qué se supone que diga? Kael está más confundido que antes. Es una locura seguir con esta mentira.»

Si que era una locura decir que somos agentes de una organización.

La pregunta era que tipo de organización éramos.

—¿Y tú eres? —Kael preguntó.

—Ah. Digamos que yo soy como la “jefa” y nuestro trabajo es atrapar a los malos, por así decir.

Decir que era “la jefa” se sintió placentero pero luego me di cuenta que mi reputación quedó bajo los suelos.

—¿Qué tipo de agentes?

—De la mafia. —contestó Stolaz con una veracidad que heló mi sangre.

¡¿MAFIA?!

Ya no había marcha atrás.

“Todo está perdido.”

“Quizás Kael me mirará con otros ojos.”

Mis pensamientos volaron.

—Comprendo. Tengo una duda…

—¿C-Cuál?

—Ese tipo te llamo por tu nombre, ¿acaso te conocía?

Me sorprendió lo perspicaz que fue Kael ante la situación.

—Respecto a eso; él era un antiguo miembro, pero hace poco descubrimos que se involucró con otra organización de mala reputación y era nuestro deber atraparlo antes que diera información importante. —terminé por decir.

«Ya no puedo más.»

—La sangre que ves es porque tuve que utilizar la fuerza antes que se escapará. No te asustes muchacho. —intervino Stolaz.

Dudaba mucho que Kael creyera nuestra historia poco congruente.

—Esta bien. No tienen que decirme más.

Suspiré aliviada.

—Bien, solo te pido que guardes el secreto.

—Si no, tendré que deshacerme de ti.

Aunque Stolaz lo dijera como una sonrisa, se podía leer que hablaba en serio.

—No lo escuches Kael; él no lo dice en serio.

—Esta bien.

—Entonces ya puedes irte. —le pedí.

Tenía que irse para que Stolaz ya no siguiera abriendo la boca.

—Adiós. —le dije.

Finalmente nos despedimos y él se fue en su motocicleta.

No sabía si era la última vez que lo vería, pero con Stolaz de por medio era mejor ya no hacer contacto con él.

—Maestra Irina, ya es tarde. Debemos regresar también.

—Lo se… ¿No preguntarás nada sobre esto?

Stolaz me miró con la misma expresión apacible.

—Si, dejaré que me cuentes cuando regresemos a la ciudad.

Tuve que pensar en todo el camino lo que le diría a Stolaz.

Tampoco podía revelarle toda la historia.

…

Tan pronto llegamos al departamento, Stolaz no se contuvo y empezó a cuestionarme.

Bueno, podía haberme negado ya que era mi aprendiz pero Kael era un humano y no podía excusarme de la situación.

—¿Qué pasó allí? ¿Por qué ese demonio intentaba atacarte?

—Mm. Lo que pasa es que no sería la primera vez; ya lo conozco de antes.

Stolaz suspiró.

—Ya veo, por eso no dejaba de gritar que el humano es su presa y que tú se lo robaste.

«¿Tan obsesionado está con Kael?»

—Que loco. Ni siquiera se lo robé. Todo fue una terrible coincidencia. —aclaré.

—¿Qué relación tienes con el humano? Apenas estoy aprendiendo de la convivencia pero he escuchado que es raro que uno de nosotros se mezcle con los humanos a menos que esté un pacto de por medio.

Las elocuentes palabras atravesaron mi consciencia.

Primero necesitaba guardar las apariencias para no levantar sospechas en él.

No obstante, Stolaz se mostraba demasiado interesado en la historia.

—No soy de guardar secretos así que te lo contaré.

Sin embargo, no estaba dispuesta a contarle toda la historia.

Stolaz se sentó cómodamente mientras bebía una soda.

Le conté como fue que conocí a Kael (omitiendo que lo estuve cuidando por un mes) y que después Bennit me acuso falsamente por atacarlo y robarle su presa.

Al parecer Stolaz ya se había enterado de aquello.

Le dije que Kael no era cercano a mí, que simplemente por casualidad nos habíamos encontrado nuevamente.

Tuve que recurrir a la mentira de decir que lo había tomado como mi presa pero al final se me escapó.

Entonces Stolaz se dio una idea equivocada: yo quería devorarme al humano al haberlo encontrado nuevamente.

Era mejor si él pensaba de esa manera.

No pude decirle que no podía devorarlo aunque quisiera.

Después de todo, Stolaz quedó conforme con la dichosa historia.

También me avisó que mandó a Bennit a una celda acusado de causar disturbios y que la sangre en su traje era del mismo Bennit ya que intentó golpearlo con la cabeza.

***

Al siguiente día, continuamos vigilando como si nada.

Me alejé unos días de la universidad para no ver a Kael.

“Como una organización de la mafia era mejor mantener un perfil bajo”, fue lo que pensé.

Solo una semana fue lo que duró la distancia entre yo y Kael.

Por casualidad me lo tope en la calle, justo cuando me dirigía a comer algo.

Al menos estaba sola.

«No puede ser, quizás si lo ignoró no se de cuenta que soy yo.»

Entonces pasé de largo.

Ese aroma de él me causaba un cosquilleo por todo mi ser.

—Irina, ¿ahora haces como si no me conocieras?

Me detuve en seco.

«No debería, pero no puedo ignorarlo.»

Me di la media vuelta.

Kael tenía una expresión de molestia.

—Yo…

Ni siquiera supe que decir.

Ninguna excusa llegó a mi cabeza.

—No tienes que ignorarme, ya no me importa a que te dediques. —mencionó.

Sonreí sutilmente.

—Si tú lo dices, está bien. ¿Ya saliste de la universidad?

—Si.

—¿Qué te parece si vamos a comer algo?

No esperaba que aceptará ya que Kael no dejaba de mostrar su frialdad.

Pero él aceptó con una sonrisa que me descalabro.

Era el inicio de una amistad: un humano y un demonio.