En desarrollo
Larry Russo es un CEO italiano que decide comenzar su vida en Nueva York luego que su prometida Aurora muere de un disparo en la cabeza en un asalto.
Años después se cruza con Abigail, una profesora de la universidad donde él impartía una conferencia, donde él queda prendado de ella por el enorme parecido con su novia fallecida. El destino da un tire y jale en la vida de Abigail, cuando la madre de ella necesita un trasplante de hígado para vivir.
Larry y Abigail, entrecruzan sus vidas y el destino les tiene un contrato.
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XX.
LARRY RUSSO
Pasamos días en casa de mis padres sin salir, Abigail se sentía con el estómago revuelto y todo lo que comía lo vomitaba.
— Vamos a ir al doctor, aunque todo mundo dice que es normal y que son los achaques del embarazo, hasta no escucharlo de un medico no estaré tranquilo.
— Y si vomito en la calle, no quiero hacer escenas.
— Entonces que venga un doctor a la casa.
Llamé a un doctor y llegó en par de horas a la casa. Todos los síntomas eran normales del embarazo, pero me daba un pesar ver Abigaíl en ese estado.
Por la tarde se sintió mejor.
— Caminemos un poco. No es posible que esté en Roma y no conozca un poco.
— Segura.
— Sí.
Ella se puso ropa cómoda y salimos a caminar un poco. Lo último que deseaba era encontrar a alguien que conociera a Aurora, no quería que Abigaíl se incomodara. Caminamos tomados de las manos.
Esas casualidades de la vida que siempre interfieren en mi paz mental y en la paz de Abigail, me tenían al borde.
— Hola Larry— era la mejor amiga de Aurora— ¿Quién es ella? Increíble el parecido.
— Hola Magda. Tanto tiempo sin verte— le sonreí.
— Preséntame a la copia de Aurora.
— No soy ninguna copia— Abigail sonó molesta.
— Ella es mi esposa, Abigaíl. Por favor no le faltes el respeto.
— Perdón, es por el shock. Al parecer cada quien hizo su vida— Magda guardó silencio— digo que tú hiciste tu vida. Porque Aurora descansa en la paz del señor.
Magda era así, irrespetuosa.
— Nos vemos. Quiero continuar el paseo con mi esposa. Estamos en una cita.
— Okey. Lo meloso no se quita. Espero que tú esposita no se aburra de ti. No a todas las mujeres les gusta eso. Mucho dulce, empalaga.
Le puse una cara muy seria. Ella se retiró.
— Quiero regresar a España. Odio que me comparen con tu exnovia. Soy Abigaíl— ella se puso con sus ojos llorosos.
— Yo lo sé amor. Solo dos días y regresamos. Me gustaría que conocieras algunos lugares turísticos.
— Ya no quiero ir a ningún lado.
— Busquemos un lugar para comer algo, y relajarnos.
Llegamos a una cafetería. Pedí un postre para Abi.
Estuvimos un rato.
Entra un joven con un casco puesto y se dirige a la mesa. Por un momento me hizo sentir nervioso y me hizo pensar en lo que pasó con Aurora. Me dio un sobre y se retiró. No dijo nada. Solo me entregó el sobre.
Abrí el sobre en frente de Abi. Eran fotos de Aurora en una playa. También había un papel con letras recortadas "¿Estás seguro de que Aurora murió?"
Abigaíl se llevó las manos a su boca y me miró fijamente como esperando una reacción mía. Un mínimo error y tendría a una mujer hecha una fiera.
Aunque las dudas entraron, dudas al ver las fotos.
— No sé que gana la gente con esto. Estoy cien porciento seguro que está broma de mal gusto es de Magda. Ella es así.
—¿Qué haría si Aurora está viva?— podía sentir la angustia y la tristeza en la voz de Abigaíl.
Me levanté y la abracé
—No haría nada. Tú eres mi esposa, la madre de mi hijo y la mujer que yo amo. Ella es pasado. Ok.
— Regresemos a casa. Ya no quiero estar aquí. Si no regresamos mañana, te juro que yo me voy sola.
— Está bien. Solo que podemos estar así, yo quiero que todos sepan que tú eres mi esposa.
— Eso solo debería de importarle a ti y a mí.
Regresemos a casa de mis padres. Abi se fue a la recámara y yo me quedé con mi mamá en la sala. Siempre fui muy abierto con mis padres, así que le comenté lo ocurrido.
— Mmm no sé, pero un día fui al cementerio a enflorar, tú sabes que yo le tenía aprecio a Aurora y no encontré la lápida, en su lugar había otra, con otro nombre. Pensé que tal vez sus padres la habían movido del cementerio, o simplemente, yo me equivoqué y no di con el punto, Pero ahora no se si tiene sentido todo.
Magda, el sobre y mi madre me habían dejado con la intriga.
Fui al cuarto y le dije a Abi que iba a salir un rato. Ella se quedó acostada.
Salí para el cementerio a buscar la tumba de Aurora. Tenía que verificar lo que mi mamá me había dicho. Confirmé que en la tumba de Aurora estaba otra persona.
Me dirigí a la casa de Magda.
— Dime la verdad, por qué en la tumba de Aurora hay otro nombre. Tú debes saber algo. Porque dijiste cada quien hizo su vida.
— Solo fue un comentario, No significa nada.
Regresé a casa, fui al cuarto y abracé a Abigaíl.
— Mañana nos vamos a Madrid. Jamás debimos venir.
NOTA
Hola a todos mis lectores.
Por ahí le voy a agregar un poco de drama a la historia para darle ese tire y jale a la novela.
Gracias y bendiciones.
son cortas y sin tanto enredo felicidades y más que agradecida por tan linda labor
felicidades
Exitos Éxitos Éxitos