Estuve ciega por mucho tiempo, amando a un hombre que nunca me quiso, dando todo por una familia que no era la mía, viviendo en una mentira tan grande, de la cual no me es posible salir, muriendo de a poco y llevándome conmigo el mayor secreto de amor.
Siendo una mera sustituta, sin llegar a poseer nada en realidad, atada a lo que el destino caprichoso quiera llevarla, ocultado su verdadera yo, ¿Podrá alguna vez ser libre y amar en realidad?
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Capitulo XX Nueva vida
Tener a mi familia reunida fue el mayor regalo de todos, aún no olvido todo lo que viví y menos me olvidé de Carolina, como quisiera que apareciera. Algún día la tendré frente a mi y me las pagará por ahora solo quiero disfrutar de mi familia y sobre todo de mi hija.
Samuel: daría todo lo que tengo por saber que piensas.
Amanda: entonces perderías mucho pues mis pensamientos no son importantes.
Samuel: si tú lo dices, pero para mí todo lo tuyo es importante.
Amanda: gracias por tus palabras.
Samuel: quiero preguntarte algo.
Amanda: bien pregunta.
Samuel: te gustaría salir por un helado?
Amanda: claro que sí me gustaría.
Samuel: bien vayamos por nuestros abrigos y salgamos por ese helado.
Amanda: le diré a la niñera para que esté al pendiente de Mili.
Samuel: está bien.
Di instrucciones para el cuidado de Mili y me despedí de mis padres, salimos en el auto de Samuel, avanzamos mucho para ir por ese helado.
Amanda: a donde vamos?
Samuel: es un lugar muy especial, te gustará.
Amanda: no había necesidad de ir tan lejos.
Samuel: valdrá la pena, te lo aseguro.
Amanda: está bien, confiaré en ti.
Llegamos a una colina, realmente era hermoso este lugar, Samuel se estacionó a un lado de la carretera y me pidió lo esperará un momento, así hice. Llegó diez minutos después con un par de helados, él sabía mis gustos así que trajo mi preferido.
Amanda: gracias, caballero.
Samuel: siempre a la orden mi bella dama.
Amanda: valió la pena el viaje, este lugar es hermoso.
Samuel: te dije que te gustaría.
Amanda: gracias.
Samuel: por qué?
Amanda: por todo, has sido mi mejor amigo todo este tiempo y nunca me abandonaste, eres el mejor.
Samuel: como te iba a dejar, eres mi mejor amiga así que no podía abandonarte, además si yo te dejaba como podrías vivir sin mí.
Amanda: jajaja eres muy creído. Ni que fueras tan importante.
Samuel se paró frente a mí y me miró de una manera diferente, mi respiración se detuvo y mi corazón latía más rápido de lo normal, por un momento pensé que me besaría, pero eso no paso, solo se quedó ahí viéndome y sin decir palabra alguna.
Samuel: si soy importante, sin mí no tuvieras ese helado.
Empezamos a reírnos como locos, me dolían las costillas de tanto reír, después de aquel momento volvimos a la casa, nos despedimos y cada quien volvió a su habitación, cuando entré a mi habitación me recosté en la puerta y suspiré profundamente, nunca antes me había dado cuenta lo guapo que es Samuel, es alto, con un cuerpo muy bien trabajado, sus ojos son negros al igual que su cabello, su piel bronceada, esos labios carnosos que me invitaban a... ¿Qué estoy pensando? Samuel solo es mi amigo él nunca me ha dado motivos para pensar en esa forma, esas ideas me planto mi madre en la cabeza, si todo es culpa de ella, mejor olvidó esos pensamientos, mejor lo olvido sino como lo veré de nuevo a los ojos.
Me fui a bañar y luego a dormir mañana era un día largo, mis padres habían establecido su sede de las empresas en este país y me habían pedido que trabajará con ellos, aún no termino mi carrera de derecho y pienso que es la oportunidad de terminar y ejercer, así que esa era mi nueva meta, seguir trabajando en mi futuro y el de mi hija. Al día siguiente saliendo de mi habitación tropecé sin querer con Samuel, este para que yo no cayera al suelo me agarró por la cintura quedamos muy cerca el uno del otro, los pensamientos de la noche anterior vinieron a mi mente, y en ese justo momento salió mi mamá.
Natalia: buenos días, jóvenes, como amanecen?
Juro que vi una sonrisa formada en los labios de mi mamá, la mire con una cara de desaprobación y me separé de Samuel.
Samuel: buenos días señora, todo bien gracias por preguntar.
Natalia: si ya veo, pero bueno bajemos a desayunar y cada quien a sus trabajos y dime Samuel donde trabajas?
Samuel: en el hospital del centro de la ciudad.
Natalia: en serio bueno estaremos muy cerca, nuestras oficinas también están en el centro, y Amanda empezará a trabajar con nosotros desde hoy.
Estos dos siguieron hablando hasta el comedor donde ya mi papá y mi hija nos esperaban.
Milagros: mami, papi hola.
Mili apenas articulaba oraciones, es muy pequeña por tanto su lenguaje aún no se ha desarrollado, la niñera estaba al lado de Mili dándole de comer, y nosotros los adultos nos centramos en nuestros temas, éramos una familia feliz y a partir de hoy empezaremos una nueva vida.