Mientras Tu No Estabas. Dinastia Beaumont

Katherine Beaumont ingresó a la casa.

— ¿Dónde estabas Katherine?, pregunto su padre. Estaba muy molesto.

— Estábamos en el club, hice que llevarán a Katherine a una oficina cuando sucedió el altercado dijo Karim asumiendo la responsabilidad.

— ¿Qué fue lo que paso?, Henry llegó furioso.

— Ahora no papá, hablaremos mañana dijo Kat —no creo poder controlar la rabia que siento. — Karim gracias por cuidar de mí...

Katherine se encontraba en su habitación. Se habia duchado y se puso su pijama.

Después dar vueltas en la cama por más de una hora, se levantó frustrada. Abrió con cuidado la puerta de su habitación y salió de ahí. Camino sigilosamente por el pasillo, se detuvo frente a la puerta, lo dudo unos segundos y abrio la puerta.

La habitación estaba oscura, pero podía ver el contorno del cuerpo de Karim tumbado bajo las mantas en la cama y se acercó a ella sin hacer ruido con mucho cuidado. Estaba a punto de tocarlo. Pero Karim fue más rápido, la tomó de la muñeca y la tumbó sobre la cama a continuación y murmuró algo en un idioma extranjero.

—¿Qué haces en mi habitación?, pregunto él molestó.

El peso del cuerpo de Karim impedía que ella se concentrara y no fue capaz de decir nada. Atrapada por su fuerza viril y por el fuego de sus ojos, se quedó simplemente mirándolo. Tenía el cuerpo paralizado por una impresionante excitación sexual. Quizá él detectó sus sentimientos ya que se movió un poco y su actitud cambió… de molesto a seductor, ella lo empujó por el pecho, pero sus dedos tocaron una cálida y desnuda piel. El vello y los fuertes músculos de aquel cuerpo de hombre le alteraron los nervios pero, en vez de apartar la mano, comenzó a acariciarlo con una inconsciente fascinación femenina.

Karim respiró profundamente y gruñó algo que ella no comprendió. Entonces comenzaron a besarse. La boca de él era exigente y ferozmente posesiva y Kat sintió cómo le ardía la sangre en las venas.

Entonces sintió cómo Karim deslizaba su caliente lengua sobre la suya y la erótica intimidad de aquella conexión la dejó débil y sin voluntad. Se olvidó de qué estaba haciendo en la habitación de él. Se olvidó de todo mientras su cuerpo se veía invadido por una peligrosa calidez. Sólo era capaz de sentir…

Entonces, repentinamente, él dejó de besarla y levantó la cabeza. Tenía el enfado reflejado en los ojos.

 —¿Qué crees que estás haciendo?

—Tú me has besado —aclaró ella.

 —Me estabas tocando y has entrado a mi habitación dijo Karim apartándose de ella.

Karim se puso tenso porque solo podía pensar en morderle los generosos labios, pero, por primera vez en su vida, se contuvo con una mujer. No podía abalanzarse sobre ella, tenía que ser capaz de contenerse.

Se sentó en la cama y encendió la luz, Kat se arrodilló sobre la cama y lo miró.

— ¿Porque has venido?, sabes en el lío que nos meteremos si te encuentran aquí.

—No estamos haciendo nada malo y solo quería decirte algo respondió ella.

Karim la observó, llevaba un simple pijama de algodón.

—Te escucho, tienes toda mi atención dijo él.

— Tienes razón me siento totalmente atraída por ti, cada vez que me besas deseo mucho de ti. Una Arrogante sonrisa se dibujó en el rostro de Karim, sus penetrantes ojos oscuros se clavaron en ella. La vio sonrojarse bajo su mirada, un rosa suave surgió bajo su piel clara, realzando sus ojos brillantes y sus marcados pómulos. Le gustaba que se ruborizase, no recordaba haber estado con ninguna mujer a la que todavía le ocurriese. Fijó la vista en sus labios y en la piel de su cuello. Se excitó fácilmente y deseó tocarla y acariciar esa suave piel.— No soy tonta. He venido a preguntarte qué quieres.

–Nada que no estés dispuesta a darme –le contestó él en tono seco.

Kat estaba muy tensa. –¿Acaso esperas que me convierta en tu amante? –le preguntó directamente, levantando la barbilla. La repentina risa de Karim la alarmó.

–¿No debería esperarlo? Como a la mayoría de los hombres, me gusta tener compañía femenina. Ella pensó que seguro que le interesaba menos si se enteraba de la poca experiencia que tenía.

— Pero para mi no es suficiente, No quiero que me utilicen solo por mi cuerpo. Solo te interesa el sexo – protestó.

Karim se dio cuenta de que se había metido en una de esas discusiones de pareja que siempre había evitado. Era evidente que solo estaba interesado en el sexo, pero ¿qué tenía eso de malo? Siempre le había parecido que el sexo era algo sano, hasta que la había conocido a ella y se había convertido en una prueba de resistencia.

—A mí también me han utilizado muchas mujeres –le dijo con frío cinismo–. Por sexo, por dinero, por mis contactos. Nos ocurre a todos. No te puedes proteger de esas experiencias y es de débiles huir de ellas... –¡No es de débiles!, es de sensatos.

— ¿Qué había de sensato en intentar irte con el hombre de la discoteca?, pregunto él molestó.

— No iba a irme con el, soy virgen no me entregaria a un hombre qué no significa nada para mi respondió Kat.

Karim quedo sorprendido. La inocencia física era algo que él nunca había conocido y que lo incomodaba y por primera vez no supo qué decir. —Solo quería hacer enfurecer a Henry, sabía que lo iba a golpear.

Karim estuvo a punto de echarse a reír al oírla, pero en vez de eso la miró con ternura. No sabía qué tenía Kat, pero despertaba en él cosas que nadie había despertado, y en esos momentos lo necesitaba. Estiró su mano y la atrajo hacia él y la besó con delicadeza.

— Regresa a tu habitación dijo él. No quiero que te vean aquí y piensen que me aproveche de ti.

— Qué descanses dijo ella, se bajó de la cama y salió sigilosamente.

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Horas después Katherine bajo a desayunar, todos estaban reunidos en la terraza.

— Buenos días, papá, Natalie dijo ella.

— No piensas saludarme dijo Alexos mirándola intensamente.

— No, es más deberías perderte.

— ¡Kat!, exclamo Natalie avergonzada.

— Kat nada, estoy harta de que controlen lo que hago, mañana cumplo dieciocho años y no permitiré más intromisiones en mi vida, estoy cansada de su comportamiento naindertal.

— Te ibas a ir con un completo extraño la acuso Henry.

—No me iba a ir, sabía perfectamente que te pondrías como loco y no permitirias que saliera de ahi . Le pedí permiso a papá, para salir, y fueron deliberadamente para controlarme.

— Nos preocupamos por tu seguridad dijo Chris.

— Kat eres muy chica y aún no ves los peligros dijo Natalie.

— Soy hermana de Chris Beaumont cambia de mujer más que de corbata, crees que no sé los peligros que corren las mujeres en manos de hombres inescrupulosos. Piensas que no sé que hoy te prometen la luna y mañana se van con otra.

— ¡Katherine!, exclamó su padre.

— Déjala papá, cuando la vida la golpe entenderá que solo queríamos cuidarla.

— Te recuerdo que la vida me golpeo cuando tenía siete años, y perdí a mi otra mitad, no hay nada más doloroso que eso. Voy a salir papá le dijo Kat y se puso de pie y se dirigió a su habitación.

Charles Beaumont se quedó observando a su hija.

Luego de cambiarse, salió de la casa, necesitaba despejar su mente iba caminando cuando un auto paro a su lado....