¿Cómo No Amarte, Mi Querido Comandante?

Matthew miró atentamente a su sobrino disparar felizmente las bolitas de papel en un pequeño tiro al blanco colocado para él.

Sasha se puso en cuclillas al lado del niño para explicarle la mejor forma de hacerlo, lo cual, alegro en gran medida al pequeño Max.

De repente, una fuerte explosión resonó por todo el lugar, Sasha se levantó y miró a Matthew con seriedad, viendo como este miraba detenidamente el arma en sus manos. Se acercó a él y lo tomó de la mano con suavidad, sus ojos cayeron sobre la muñeca roja.

-La mala manipulación de mi juguete puede lesionar las muñecas si no es sostenida de la manera adecuada. Aunque se paro del mismo modo que yo, sus muñecas no se colocaron de la forma correcta.- Dijo Sasha con gran seriedad.

Ella troto hasta la mesa y busco un ungüento especial para eso, se acerco nuevamente a Matthew y lo aplicó suavemente sobre la parte lastimada.

Matthew solo se dejó ser, esta era la primera vez que alguien que no fuese su doctor personal lo trataba, aunque el toque era mucho más gentil y cálido sobre la piel. Su expresión fría se relajo un poco.

Sasha levantó la cabeza y lo miro directamente a los ojos con una sonrisa -No se preocupe, la lesión desaparecerá esta noche, es solo un pequeño empujón. Permítame mostrarle la forma correcta de hacerlo.- Dijo la joven, captando con sus ojos azules la completa atención de Matthew.

Ella bajo la cabeza y tomó la mano de Matthew que tenía el arma y luego tomó la otra, acomodandolas de manera correcta para que las muñecas no se lastimaran.

-Listo...- de repente, se dio cuenta de algo, estaba envuelta por los brazos de Matthew y sus manos sosteniendo las manos de este. Soltando un pequeño suspiro, salió de los brazos de éste y tocó con ligereza el gatillo, dando a entender que ya estaba listo.

Matthew lo apretó y otra explosión le fue seguida, una pequeña vibración recorrió su cuerpo cuando jalo del gatillo, encontrándolo algo emocionante. Ahora entendía porque estos juguetes le gustaban a Sasha.

-Comandante Liang tengo curiosidad ¿Tú estás dispuesto a casarte conmigo?- Esa pregunta, tomó a Matthew completamente desprevenido, volvió su mirada hacia la chica con indiferencia.

Sabía que la chica era muy directa, pero no pensó que fuese TAN directa.

-Es algo que el mismo Emperador eligió ¿Acaso puedo negarme? Después de todo, es un premio, tu eres mi premio y yo soy el premio de tu padre.- Dijo él con indiferencia antes de tomar otra bala y meterla en el arma.

-Eso suena raro cuando lo dices de esa manera, lamento eso.- Dijo Sasha en voz baja, confundiendo un poco a Matthew -¿Porqué lo lamentas?- Preguntó con indiferencia, aunque estaba curioso por saber la respuesta.

Sasha cruzó los brazos y lo señaló de arriba hacia abajo con el dedo, con una expresión extremadamente sería en su rostro -Me gustas, eres una persona agradable y fácil de llevar, por lo que le pedí a mi padre que usará el decreto blanco para que te eligiera como mi esposo ante el Emperador.

La dama fue tan directa y sincera que Matthew no supo que decir durante varios minutos, sólo se quedó en silencio mientras la miraba ¿Él le gustaba a ella? ¿A sus ojos era una persona agradable y fácil de llevar? ¡Nunca nadie le había dicho eso!

-Creo que eres una gran persona y no estoy dispuesta a mentirte, así que quiero aclarar las cosas. Mi padre teme que sufra a manos de las concubinas si me caso con algún príncipe o noble y yo tampoco deseo esa vida. Eres el único que no tiene esposas ni concubinas, tienes una personalidad tranquila y sencilla, eres amable a tu manera y aunque eres frío, sabes ser cuidadoso. Por eso me gustas, eres alguien de admirar.- Termino la joven.

Matthew proceso todas aquellas palabras en silencio, sin saber que decir al respecto o si tomarlo bien o mal, si debía sentirse ofendido o halagado.

-Mi Señorita, no debería decir las cosas así como así, tiene que tener más tacto ¿No ve que ya dejo al pobre Comandante Liang conmocionado? ¡Ha sido muy directa!- Riu dijo desde el techo del patio, mirando a su dama con regaño.

Entendía que la chica siempre fuese muy abierta al hablar y dijera todo lo que quería realmente, pero ¡Era demasiado directa! Cosa que no es bien vista en una dama.

-Señorita Kun, su guardia tiene razón, no puede decir este tipo de cosas a la ligera.- Las mejillas de Matthew se pusieron un poco rojas cuando entendió del todo lo que quería decir la chica, sobre todo ese 'Me gustas' qué repitió en dos ocasiones.

-Además, yo no soy una segunda opción de nadie, me has elegido para facilitar tu vida...- Ya para este momento, Matthew se había enojado ligeramente, pues, de esa manera lo veía él.

Sin embargo, la chica se acercó a él y lo miró con los ojos muy abiertos, haciendo que se detuviera de repente, ya que, tenerla tan cerca lo ponía un poco nervioso.

Sasha soltó un suspiro y lo miro con la cabeza algo ladeada, sus ojos rebosaban de seriedad cuando dijo -No eres la segunda opción, eres la única opción, porque si no es contigo, no estoy dispuesta a casarme con nadie más.

-¡¿Eh?!- Tanto las orejas como el rostro de Matthew se pusieron rojos ¿Porqué simplemente no podía hablar un poco mejor?¿Porqué ser tan sincera? ¡Y lo peor de todo era que ni siquiera se sonrojaba!

-¡Mi Señorita!- Riu ya no pudo soportarlo -Explíquese mejor, no cree malentendidos tan temprano.- Dijo la joven con seriedad, cruzándose de brazos.

Sasha frunció el ceño, sin entender a lo que se refería del todo. Siempre fue muy poca para hablar y entablar conversaciones, era discreta y directa, además de ser una persona inteligente y de carácter corto que se enojaba fácilmente, no era muy buena expresándose.

En el mundo moderno, eso también era un problema, ya que cuando decía que era una luchadora de artes marciales mixtas, los hombres se alejaban inmediatamente. Incluso algunas chicas que conoció en la universidad la criticaban a escondidas por eso, pero nunca le importo.

-¿Pero como quieres que me exprese si es la verdad?- Preguntó Sasha con calma, mirando a la guardia personal de su padre.

-Señorita ¿Cómo se le dice a una persona que le agrada?- Preguntó Riu, tratando de hacer qué se diera cuenta de lo que dijo mal.

Matthew llevó sus manos a su rostro, tratando de cubrir un poco su pena, después de todo, la chica parecía haberse confundido en algunas cosas.

-¿Me agradas?- Preguntó Sasha con seriedad, ahora no muy convencida de lo que dijo exactamente, nunca se había enamorado y tampoco se había sentido atraída por un chico ¿Cómo sabría como dirigirse hacia éste?

Admitía que la apariencia de Matthew le atrae pero lo que le agrada más es su personalidad y temperamento imperturbable.

-No, Señorita, sí yo te agrado ¿Me dirás que te gustó?- Preguntó una vez más, esperando que su Señorita la entendiera. Sasha frunció el ceño y negó con la cabeza -Tu me agradas pero él...- Señaló a Matthew con el dedo -...Me gusta

Tanto los sirvientes como el mismo Matthew quedaron con la boca abierta, eso quería decir que la chica si sabía la diferencia entre ambos, solo que todo esté tiempo ellos lo entendieron un poco... mal.

-Parece que aquí nadie me entiende. Me gusta la personalidad de Matthew y su temperamento por que es fácil de llevar, y aunque es misterioso, es amable a su manera ¿Me explico o no? No me refiero a que él me gusta de amor, si no, al me gusta por su persona y por como es.- Explicó la chica con los brazos cruzados.

Las cenas ya comenzaban a saltar en su frente, y esta vez, incluso un niño estaba viendo esto. Sus ojos cayeron sobre Max, quien miraba atentamente a su tío.

-A mi me gusta la tía Sasha, es amable y cariñosa, también tiene brazos cálidos que me dan seguridad.- La voz de Max rompió el silencio que había en el lugar, sorprendiendo a todos menos a Sasha, quien miró con ojos brillantes al pequeño.

-¿Lo ven? Incluso Maxi lo entiende.- Dijo ella con una expresión ligeramente enojada, volviéndose hacia Riu, quien rasco su cabeza un tanto avergonzada.

Matthew soltó un suspiro y continuo con lo suyo, ignorando esta charla que había llegado a un resultado tan decepcionante.

-¿Comandante Liang?- Sasha llamo en voz baja cuando vio a este apretar el gatillo y el disparo sonar. Matthew la miró, sabiendo lo que quería saber la chica. Lo que ella sentía por él, no era más que pura admiración.

-Eso ya no importa, Su Majestad ya lo decidió, no puedo romper el compromiso aunque yo lo quiera.- Dijo él con frialdad, volviendo a rellenar el arma, le gustaba este juguete, era emocionante.

Habiendo recibido una respuesta, Sasha bajo la cabeza, decepcionada, tal vez ella no le agradaba ni mucho menos le gustaba.

Tal vez solo se iba a casar con ella por ser orden del Emperador.