DE DISTINTOS UNIVERSOS

Es todo tu potencial? Así pretendes ser digno de llevar la armadura de mi imperio?

- Practicare más, confíe en mi.

Suplicó un joven de apenas dieciséis años a Alessandro, el príncipe estaba poniendo a prueba a los nuevos postulantes para caballeros.

- Estas rechazado.

- Deme una oportunidad, le aseguro que entrenare día y noche pero por favor ..

- Saquenlo._ Ordenó Alessandro a sus guardias.

De lejos Luna y Elissa veían al joven golpeado en la tierra, muchos más de su edad también estaban allí por una oportunidad para entrar a la guardia imperial pero convencer al príncipe heredero no era fácil para ninguno.

- Sueltenlo.

- Princesa, su hermano..

- Solo dejen que se vaya por su cuenta, no lo saquen así.

La hermana de Alessandro sintió lástima por como el joven pedía una oportunidad e iba siendo sacado a la fuerza.

- Te puedes levantar?._ Preguntó Luna agachandose a la misma altura que ese joven para ayudarlo.

- Un poco.. gracias.

Alessandro estaba molesto de que su hermana volviera a interferir en algo que no le competía pero a la vez se sentía aliviado de que ya haya salido de su habitación.

- Ustedes también váyanse.

- Sigues siendo cruel conmigo hermano.. ._ Susurró Elissa.

Él la estaba tratando como una desconocida, ella también era una princesa y más aún su hermana, no tenía derecho de recibir ese trato.

- La princesa tiene derecho de caminar por donde se le plazca.

Intervino Luna, cuando terminó de hablar se dió cuenta de lo que dijo, es como si estuviera dejando su suerte en manos del hermano de Elissa, cuando algo le molestaba eran pocas veces en que lo pensaba ya que la mayoría lo decía en voz alta.

Los presentes miraron con preocupación al joven de ojos rojos, Alessandro caminó hasta donde estaba Luna y le apretó el cuello furioso, no le gustaba que nadie lo contradiciera.

- Sueltalo Alessandro.

Elissa golpeaba a su hermano pero el no le hacía caso, seguía mirando con molestia al joven que ya varias veces le contestaba.

- Qué te pasa? Sueltalo.

Aquella voz hizo que el príncipe soltara a Luna quien ya estaba casi sin aire.

Todos reverenciaron a la emperatriz, ella estaba siendo acompañada por dos doncellas, Alessandro no podía ver a su madre, de todas las personas, no quería que su madre vea esa faceta de él.

- Se encuentra bien?._ Preguntó Alessia a Luna ayudándola a mantenerse de pie.

- Si, no se preocupe por mi majestad.

Luna aún estaba tosiendo, creía que esta vez sí iba a morir, cuando se recompuso, vio a la mujer delante de ella, una dama muy elegante y hermosa.

- Hija.

- Si madre?

- Lleva a tu invitado a la sala de descanso.

- Lo haré.

Respondió Elissa tomando del brazo a Luna, ella fue la más aliviada de que su madre apareciera en ese momento.

- Alessandro.

El príncipe no respondió el llamado de la emperatriz.

- Sigueme.

La madre de él empezó a caminar siendo seguida por Alessandro, ambos llegaron a otra parte del palacio donde no pasaba ningún sirviente o guardia.

- Qué te había dicho?

- Madre, en mis asuntos..

- En tus asuntos nadie se mete? Es eso lo que me quieres decir?

- Sé la manera en que debo hacerme cargo de todo, ese tipo a mi no me agrada, su manera de contestarme es..

- Si quieres respeto, compórtate como alguien digno de merecerlo, solo porque seas el príncipe no tienes ningun derecho a abusar de tu poder.

A la emperatriz lo que menos le gustaba era eso, amaba a su hijo pero cuando vee que hace lo incorrecto, ella estaría para corregirlo así él tenga más años.

- Sabes por lo que pasé y aún así te comportas como ese tipo de personas?

- Lo siento.

Alessandro no quería remover viejos recuerdos en la vida de su madre, ella fue maltratada desde joven, es por eso que la emperatriz no iba a tolerar un comportamiento agresivo.

- Este no eres tú realmente, vuelve a ser el de antes hijo.

Pidió Alessia mientras lo abrazaba, seguía sin soportar ver a su hijo actuar de manera fría con todos, esperaba el día en que volviera a ver una sonrisa genuina en el.

- No sé si podré volver a ser el de antes..

Contestó correspondiendo el abrazo, al principio fue un amor no correspondido, después la traición de sus compañeros al querer matarlo solo para obtener el poder de las bestias divinas que estaban a su cargo y más atentados contra él que no le permitían tener una vida normal.