Alana una chica de 18 años, ha vivido sola con su madre desde que tenía 2 años de edad, yabque su padre las abandono, pero no fue empedimento para ellas, juntas salieron adelante y eran muy felices hasta que un día de pronto apareció su padre y la entregó para saldar una deuda que tenía.
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capítulo. 24
Después de una extensa conversación, Martín y Ana abandonan el despacho. Se dirigen a la sala donde se encuentra Alana, y Martín expresa: Realmente me encanta tu madre. Alana los mira con sorpresa y responde: En verdad, ella es muy encantadora. Ana añade: Te dije que todo iba a estar bien, cariño. Alana observa a Martín, quien le informa que debe dirigirse a la oficina. Alana permanece en silencio y Ana pregunta: Disculpa, ¿crees que podría preparar algo para la llegada de tus padres?
Martín: Algo así.
Ana: Me gustaría preparar una comida deliciosa para ellos.
Martín: Lo que usted desee. Si necesita algo, no dude en decírmelo.
A continuación, Martín se retiró, y Alana le preguntó a Ana sobre su conversación. Ana le contó lo sucedido, y posteriormente, Alana ayudó a su madre a subir la maleta para que pudiera organizar sus cosas, ya que se quedaría unos días.
Al concluir sus tareas, Alana llevó a su madre a la cocina para verificar si necesitaban algo, mientras Luna les ofrecía su apoyo. Alrededor de las 8 de la noche, disfrutaron de la cena y posteriormente se retiraron a descansar.
Al día siguiente, Alana se despertó, se arregló y salió a saludar a su madre antes de dirigirse a la universidad. Ana, por su parte, se quedó ayudando a Luna a organizar y preparar un delicioso almuerzo para la llegada de los padres de Martín. Durante ese tiempo, Alana se encontraba en la universidad, realizando algunas actividades junto a Olivia, Carlos y Luis.
Para su sorpresa, a mediodía llegó Martín a recogerla. Al ver su auto, ella se preguntó si, por casualidad, se lo había prestado a Cheo. Luego se despidió de Olivia y Luis, y le ofreció un cálido abrazo a Carlos como parte de su despedida.
Al subir al auto, miró a Martín y le dijo: ¿Por qué estás aquí y no Cheo? Ante esta situación, Martín, al notar el abrazo tan afectuoso que había compartido con Carlos, sintió una emoción, aunque decidió no prestarle atención. Respondió: Olvidaste que hoy llegan mis padres; debemos ir juntos a casa.
Alana: Ya han llegado.
Martín: Me imagino que sí, ahora debemos volver a casa.
Alana: ¿Y qué debo hacer? Me siento un poco nerviosa.
Martín: No te preocupes, simplemente sé tú misma.
Alana lo mira y añade: Aunque igual me causa un poco de nervios.
Martín decide cambiar de tema y dice: Ese chico al que abrazaste al final es el mismo de quien me has hablado.
Alana lo mira y responde: ¿Me has visto?
Martín: Sí, es él, ¿verdad?
Alana: Sí, es quien está interesado en mí.
Martín: No es algo malo, pero...
Alana: ¿Pero qué?
Martín se queda en silencio. Al llegar a una pastelería, le dice: Espera un momento.
Alana se queda reflexionando sobre lo que dijo Martín; no está mal, pero se pregunta qué quiso decir con eso más tarde. Martín regresa con un pastel que desprende un aroma delicioso y comenta que es el favorito de sus padres, a lo que Alana sonríe. Martín sube y se dirigen directamente a casa.
Al llegar, tocan el timbre y Luna se acerca a abrir. Han llegado, anuncia Luna. Marta la saluda con un abrazo, expresándole: Hola, nena, te extrañaba. Marco también saluda a Luna, y al entrar, ella presenta a Ana, diciendo: Señores, les presento a Ana, la madre de la señorita Alana.
Ana: Mucho gusto, Ana. Un placer conocerte. Mi nombre es Marta.
Marcos: Igualmente, un placer conocerte. Soy Marcos, el padre de Martín.
Luego, se dirigieron a la sala para esperar juntos a Martín. Luna les ofreció té a todos.
En aproximadamente 20 minutos, llegó Martín acompañado de Alana. Al llegar, él le comentó: Debemos entrar de la mano.
Alana respondió: Pero no entiendo, si aún no somos esposos. Ellos no saben lo que está por venir.
Martín la interrumpe y dice: Mis padres piensan que terminé con Sara y que ahora estoy con una novia que ellos acepten, y todo lo demás.
Alana asiente y Martín toma su mano, notando su nerviosismo. La tranquiliza diciendo: Quédate tranquila, todo estará bien. Alana siente un escalofrío recorrer su cuerpo. Luego, ambos caminan juntos y Martín abre la puerta, exclamando: ¡Buenas, hemos llegado!.
Todos se levantan para recibirlos. Martín suelta la mano de Alana y dice: Mamá, llegaste, abrazando a su madre y, posteriormente, a su padre. Alana saluda a su mamá y, en un susurro, le confiesa: Estoy nerviosa. Ana la abraza con fuerza, y a continuación, Martín se dirige a sus padres: Les presento a mi novia, Alana.
Mucho gusto, dice Alana sonriendo.
Marta la abraza y le responde: Un placer, cariño. Eres muy hermosa.
Marcos añade: Bienvenida a la familia.
Gracias, dice Alana, completamente sorprendida. Nunca antes le habían hecho preguntas y ya le han dado la bienvenida.
Martín pregunta a sus padres: ¿Qué les parece mi novia?
Marta responde: Es preciosa, pero me gustaría saber qué hace, ya que no estaba en casa.
Marcos aclara: Porque llegaron juntos.
Martín explica: Porque mi adorada novia está estudiando y siempre paso a recogerla para que venga a comer con nosotros.
Marta: Me parece maravilloso. ¿Qué estás estudiando, cariño?
Alana: Actualmente estoy cursando Administración, y más adelante me gustaría estudiar Idiomas.
Marta: Excelente, me parece fantástico; la educación es fundamental.
Ves, hijo mío, has logrado encontrar a alguien que realmente vale la pena. No todo se basa en gastos y apariencia; lo esencial es estudiar y convertirse en una persona de valor en la vida. Martín hizo una mueca, pero no la notaron; Alana solo escuchaba.
Marcos: Tienes una hija muy hermosa e inteligente; se nota que la has educado bien.
Ana: Muchas gracias. si, le enseñe mucho, ella. Es mi tesoro.
Marta: Ana, Y ¿qué opinas de la relación entre ellos?
Ana: Bueno, al principio no estaba satisfecha; sentía que mi hija no encajaba en la relación, dado que Martín es un hombre muy adinerado. Sin embargo, mi hija me hizo entender que en el amor no hay reglas y que el dinero no tiene relevancia.
Marta: Buenos pensamientos, y si estudia pronto ella también será alguien muy afortunado y adinerada en la vida. Qué hermosa eres, Alana. Ahora tienes en mi otra madre, así que me quedaré un poco más, quiero conocerte mejor.
Martín abrió los ojos y pensó que se quedaría más tiempo.
Marcos: ¿Qué te parece la idea, hijo? Nos quedaremos un poco más después de la boda. Como entendemos que no podrán viajar a su luna de miel hasta dentro de dos meses, permaneceremos aquí hasta entonces.
Martín: ¿Por qué no podemos viajar, mamá?
Marta: La boda será el sábado, ya está todo arreglado. Dado que tienes algunos asuntos pendientes en la empresa, no podrán viajar, pero no se preocupen, también he organizado su viaje.
Alana pensaba: Me casaré el sábado.
Martín comentó: Mamá, ¿preparaste la boda para el sábado?
????????????.Quedé como un Condorito
¿ exigo una explicación ?
se de cuenta del erro que cometio dejar a su hija y la madre de su hija