Una sola noche, cambio mi vida para siempre.
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20
Mis ojos se iluminaron de ilusión, ya que había visto muchos vídeos de esta postura. El placer que se debía sentir tenía que ser glorioso, por lo que me abalancé encima de Jared, colocando mi cabeza a la altura de su cintura y mis piernas a cada lado de su cabeza.
Jared me quitó finalmente los pantaloncillos, dejando a la vista mi intimidad, todavía a pleno rendimiento, esperando su turno en la boca de él.
Yo hice lo propio con los calzoncillos, dejándolo a la vista y con una pequeña gota transparente, que brillaba con el reflejo de la luz que nos brindaba la calle. Tiramos a la vez la ropa al suelo, quedándonos sin nada completamente.
Lo tomé con una de mis manos, mientras que con la otra me apoyaba. Comencé a subir y a bajar, extendiendo el contenido de esa gotita por el resto de Jared.
Jared ya había jugado lo suficiente conmigo y ahora se dedicaba a hacerme disfrutar de lo lindo. Un escalofrío se apoderó de mí e hizo que todos mis vellos se pusieran de punta.
Dios mío, nunca terminaría de acostumbrarme a semejante placer.
Me repuse como pude y me obligué a no quedarme atrás. Jared estaba muy excitado.
Seguí por acaririarlo, tan grande como siempre.
Todo esto mientras Joel me hacia casi temblar de placer en todo el proceso. Obvié en todo momento el punto más placentero de todo hombre, hasta que Jared no aguantó más y me dijo, desesperado:
* Bebé, no seas vengativa, por lo que más quiera . Ahora me tocó a mí reírme, justo antes de sentir su calidez. Estaba sumida en un mar de sensaciones.
Aquello era una carrera en la cual ganaba quien consiguiera hacer que el otro se corriese primero, por lo que puse todo mi empeño en ello, ya que él me sacaba ventaja.
Lo que no sabía es que Jared tenía un As bajo la manga. En aquella postura, con mis piernas abiertas a su altura.
Una sensación eléctrica me recorrió desde aquella zona hasta mi cerebro, haciéndome sacar y proferir un sonoro “Uff”.
Caí ante los placeres que este me propiciaba, rindiéndome y cediéndole la batalla, teniendo un increíble orgasmo, mientras gemía en voz baja, jadeando descontroladamente. Su cuerpo lentamente se volteó nuevamente hasta que nuestras miradas se volvieron a encontrar
El deseo y la pasión nos consumían, nuestros cuerpos parecían uno, se sentía volar tan alto, tan mágico. Sentí
que mis piernas me fallarían en cualquier momento. Un pequeño y ahogado gemido salió inconscientemente de mi boca, sentí que rio en mi cuello al escuchar la respuesta de mi cuerpo.
En mi mente sólo pensaba que no debería estar haciendo esto, pero mi corazón y mi cuerpo decían lo contrario. Su boca comía desesperadamente la mía, su lengua entró sin permiso, desatando una batalla entre ellas. Sentía que esto era el jodido paraíso. Los jadeos, gemidos y el sonido de su cuerpo chocando con el mío eran lo único que se escuchaba en la amplia habitación.
No escuchamos cuándo se cerró el grifo del cuarto de baño, ni abrirse la puerta de este, ni siquiera pasos, pero sí que escuchamos cómo se abría la puerta de mi cuarto, iluminando casi por completo mi habitación.
me gustaría ver el final