Un Final Feliz Para La Extra.

Después de vestirnos Raymond se sentó en el sofá y me puso en su regazo.

–Para dejarlo claro entonces –mueve mi cabellos detrás de mi cabeza – ¿No te arrepientes de lo que pasó?

–No me arrepiento, solo estoy preocupada.

–No tienes que preocuparte por nada, yo los protegeré de todo.

–Muchas gracias.

Tomó su rostro entre mis manos y lo besó despacio.

–Sí quieres puedo ayudarte a conseguir el divorcio sin que él se entere donde estás.

–¿Hablas en serio?

–Tendría que hablar con mi hermano para que nos ayude, pero creo que se puede.

–Te lo agradecería mucho.

Continuamos besándonos un tiempo más sin ir a más, me siento tan en paz junto a él.

–¿Qué venía a hacer aquí?

–Oh.

Me paro rápido en cuanto recuerdo a qué venía al despacho antes de distraerme. Revuelvo los papeles que hay por el piso hasta encontrar el que buscaba.

–¿Qué es eso?

–Son los planos de un parque que quiero construir.

–¿Lo harás con tus poderes?

–No, quiero fomentar el trabajo, así que le envié una carta a Augusto para que encuentre un material para lograrlo.

–¿Qué son estos que están aquí?

Señala los juegos infantiles que se encuentran en un lado del parque.

–Juegos infantiles, resbalines, columpios, tacitas locas, etc.

–Se ven interesantes.

–Espero que a los niños les guste, siempre que voy al pueblo los veo jugando en las calles y eso es peligroso, ahora gracias a su majestad el emperador tengo un territorio grande en el que puedo hacer cosas para mejorar la vida de estas personas, quiero ayudarlos sobre todo porque todos fueron muy buenos con nosotros al llegar aquí.

–Eso solo demuestra que eres una persona maravillosa.

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–¿Nosotros no podemos ir mami?

–Solo voy a ver un terreno y vuelvo cariño, cuando tenga todo listo en el sitio los llevaré ¿Bueno?

–Está bien mami.

Beso en la frente a mis hijos y me doy la vuelta para subir al carruaje junto con Raymond, ayer insistió en acompañarme a ver el terreno para la plaza.

–¿Queda muy lejos el terreno para el parque?

–No, siguiendo el camino está un poco antes de llegar al pueblo.

En poco tiempo llegamos al lugar donde quiero construir el parque.

–¿Puede llevar esto por mi?

–Por supuesto.

–Son piedras, tengo planeado delimitar el terreno con un muro mientras el parque está en construcción por lo que necesitaré reponer fuerzas después.

De un bolso que llevaba sacó el dron que cree la última vez que fui a la capital y una tableta que cree para estos casos.

–¿Qué es eso?

Raymond mira con curiosidad lo que llevo en las manos.

–Esto es un dron, nos ayudará a ver el terreno desde las alturas para poder delimitar el terreno correctamente y esto otro es una tablet –la enciendo y le muestro –Este punto somos nosotros y cuando el dron vuele mostrará en terreno con una imagen de mi plano para que todo encaje bien.

Por su mirada se que no entendió muy bien mi explicación por lo que no hay mejor manera que viéndolo por sí mismo. Presiono el anillo que tengo en la mano derecha y el dron comienza a funcionar.

Antes de venir escanee el plano con el dron para guardar la imagen y proyectarla en tamaño real.

Con la mano comienzo a manejar el drone hasta que creo que está en una buena altura.

Con la mano izquierda presione algunas veces hasta que el plano se haga presente junto al punto rojo en la tablet, hago algunos cambios hasta que estoy satisfecha, presionó para que el dron proyecte una línea en el piso y es ahí donde irá el muro.

–Sostenlo por favor.

–Está bien.

–Sígueme.

Con un asentimiento me sigue a medida que voy creando el muro en la marca del piso. Luego de unos minutos me canso, es mucho terreno a cubrir.

–Aquí.

Antes de que se la pida el ya me da una piedra.

–Gracias.

La aprieto con mi mano cerca de mí cara hasta que se rompe, esta es una de las formas más rápidas de absorber su poder, al instante que entra por mi nariz y boca me siento recargada, llena de energía.

–Todo esto que puedes hacer me parece increíble, también eres capaz de crear cosas fantásticas.

–Gracias.

Le sonrío antes de continuar con mi trabajo. Terminar el muro nos lleva unas cuantas horas y dos piedras más. Dentro del terreno creó una banca de madera y hierro, también creó una sombrilla para taparnos del sol y poder descansar un rato.

– ¿Quieres que te muestre otra cosa?

–Por supuesto.

Tomó la tablet y le muestro los dibujos de como quiero que se vean los juegos.

– Así tendrían que quedar, quiero que sean resistentes y se puedan acondicionar automáticamente para una mejor experiencia de juego.

–¿Cómo es eso?

– Por ejemplo si hace mucho calor el juego de inmediato se enfriará para que los niños no se quemen al sentarse o tocarlos.

–Vaya, piensas en todo.

–Quiero que mis hijos puedan disfrutar de lo que nosotros no pudimos.

– Insisto en que eres una mujer maravillosa.

Se sienta de lado en la banca y se acerca para besarme, coloco mi mano en su nuca para profundizar el beso.

Es una suerte que haya hecho el muro un poco alto porque en el momento que el beso se hizo más intenso Raymond me tomó de la cintura y me sentó en sus piernas, con una de sus manos en mi cintura la otra se fue a mi pierna comenzando a subir mi vestido.

Comienzo a desabotonar su chaleco y camisa para acariciar su pecho. Hecho mi cabeza hacia atrás soltando un gemido cuando besa mi cuello,

Vuelvo a besar sus labios y me pongo de pie para acomodarme mejor. Me pongo a horcajadas, ansiosa desabrocho su pantalón mientras continuamos con el beso.

Ambos soltamos un gemido cuando entra en mí, se siente tan bien. Agarra mi cintura con ambas manos para ayudarme con los movimientos. Deja mis labios para besar mi cuello nuevamente hasta llegar al escote de mi vestido, no puedo contener los ruidos que salen de mi boca por lo que agarro su cabeza para volver a besarlo.

Cuando estoy por llegar al orgasmo escondo mi cara en su cuello y es tanto el placer que siento que no puedo evitar morderlo. Sé que llegó al orgasmo cuando aprieta mi cintura y suelta un gemido ronco junto a mi oído.