Rodrigo un militar condecorado se ha enamorado de Regina la hermana menor de su mejor amigo. Ella le corresponde, en secreto ambos están enamorados.
Luciano el hermano de Regina se opone a la relación, al menos eso es lo que expresa. Si le sumamos a esto que la mejor amiga de Regina conspira contra la chica, Luciano es el heredero de uno de los grupos mafiosos más importantes del mundo, el matrimonio de los padres de Rodrigo se viene abajo y un grupo criminal está decidido a evitar que el grupo Blanco (fachada legal de la familia mafiosa de Luciano) mantenga las actividades criminales bajo control este romance podría fracasar antes de siquiera comenzar.
Te invito a leer que le pasa a esta hermosa pareja. Esta es una historia que viene de AMOR DE MADRE.
NovelToon tiene autorización de CLOUDMV para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
19. Reunión en casa
Este día Luciano se encontraba molesto, a pesar que su hermanita le aseguró que no estaba durmiendo con su mejor amigo, la idea no acababa de gustarle, pero sería tonto si no admitía que bastante había interferido entre ambos hasta el momento, además Esther le amenazó con que si él volvía a meterse en donde nadie le llamaba ella no le permitiría estar con ella sexualmente y ahí debía terminar el hermano celoso, debido a los acontecimientos de la noche anterior se les olvidó la llegada de los invitados más importantes de estas navidades y del aniversario que celebraban.
Acordaron reunirse en casa de Luciano, razón por la cual llegaron al mismo tiempo Luciano con su esposa y Sebastián con la suya, salieron al mismo tiempo, además Rodrigo llegó un minuto después con su ahora esposa, sonreía como un idiota, aquellos que llegaron a la entrada de la mansión fueron los padres de Rodrigo, Perla sonreía triunfal, pues por fin su hijo había colocado el anillo en alguien, y que mejor que en el dedo de una chica que apreciaba (porque si en el camino a la rueda de prensa pararon antes en una joyería y compraron sus anillos, los de matrimonio y el de compromiso), era cierto que cuando Regina se involucró con la alta sociedad muchos la rechazaron por su madre y la relación que vivió con el mafioso, pero Perla no era snob o elitista, así que conque amara a su hijo le parecía suficiente y que se cuidara quien le hiciera daño, Augusto era otra historia, para él estar enredado con los mafiosos aunque fuera de manera remota le hacía sentir sucio, no le interesaba mucho el amor ya que no lo había necesitado en su vida, su matrimonio era prueba de ello ¿no? Pero ahí se encontraba tratando de comprender una situación por demás ridícula.
Poco después mientras todos terminaron sus saludos en la entrada llegó Neto, solo, como de costumbre, Rodrigo y Luciano no le impedirían llevar a su novia, la conocieron unas dos o tres veces y la consideraban una chica sensata, sin embargo, las enseñanzas de Sandra jamás se le olvidaban, respondió parcamente “aún no es familia” y se encaminó a entrar a la casa, él no deseaba darles explicaciones de su vida sentimental, además un tiempo atrás vio algo en el celular de su novia que le hizo desconfiar de la misma, aún no estaba listo para confiar en sus amigos compartiendo la noticia que quizá su novia le era infiel.
En sus pensamientos necesitaba pruebas. Finalmente entraron, al cruzar el umbral se encontraron con los intrusos que causaron todo este lío, Luna y Andrés creyendo que no sabían de su participación habían acordado hacer un drama.
- Amor, ¿por qué me dejaste ayer? – Andrés se acercó a la hermosa recién casada que antes de poder reaccionar se encontró detrás de Rodrigo, este le propinó un golpe tan duro que lo tumbó haciéndolo caer pesadamente al suelo
- No te acerques a mi esposa – gruñó defensivamente, Regina se asomó tímidamente y observó el cachete hinchado que se enrojecía cada vez más, se sintió complacida, este imbécil se lo merecía
- Amiga, ¿por qué tratas así a tu novio? – dijo Luna desde su lugar con miedo a acercarse después de lo que presenció – estábamos tan nerviosos, cuéntame, es mentira ¿verdad?, tú no te casarías con nadie más que Andy ¿cierto?
Al escuchar semejante estupidez Regina deseaba darse un tiro, debería haber notado los fingidos lamentos y las frases hechas de su “mejor amiga” resopló y salió detrás de su esposo que le rodeó la cintura para darle apoyo, esto sólo logró que los ojos de Luna brillaran con más celos, ¿cómo podría Regina tener un hermano y un esposo tan guapos y ricos?, luego notó el inmenso diamante en su dedo anular. Los presentes fueron testigos de sus leves acciones, si fueran normales así sería, pero la ingenua estaba frente dos magnates de los negocios (Perla y Sebastián), dos militares de carrera (Rodrigo y su padre), dos genios en todo sentido (Neto y Luciano) una ex detective de las fuerzas internacionales (Oliva) y una hija de la mafia (Esther) desde el principio el par de estafadores jamás tuvieron la más mínima posibilidad de escapar, la mirada de todos hizo que Luna tragara en seco, no sabía que más decir, quería salir corriendo.
- Debieron irse por la noche – dijo Luciano sin permitir que su hermana se dignara a contestar, sus ojos se iluminaban con la siniestra intención de fulminarlos a ambos, sin darse cuenta Andrés se arrastró hasta el sofá donde su hermana se encontraba – ustedes par de ratas avariciosas pretendían causarle daño a mi hermana, par de infelices, tú – dijo señalando a Luna, la que aun ingenuamente se ilusionó – no sólo fingiste ser su amiga, si no que intentaste meterte en mi cama sin ningún pudor, traicionando a mi hermana – Luna abrió los ojos con horror mirando a Regina que ahora sólo la miraba con desprecio – y tú imbécil – señaló al idiota de Andrés que temblaba porque se daba cuenta que Luciano no era un rico normal, había estafado a varios, pero este no era normal en absoluto, sintió miedo, demasiado tarde, pensó horrorizado - ¿trataste de abusar de mi hermana?
- No… yo no – balbuceó, mientras una voz rugía detrás de ellos
- ¡Quién se atrevió a lastimar a tu familia y lo dejas vivo! – todos voltearon a ver la puerta abierta donde Mateo había llegado tomado de la mano de Andrea que llevaba a su hija en brazos, la voz de Mateo retumbó en la estancia, pero sobre todo en los corazones de los hermanos estafadores, Andrés había reconocido a Mateo Blanco, esto no podía ser cierto, ¿o sí?, su cuerpo tembló de arriba abajo poniéndose pálido de inmediato
- Tío estaba a punto de hacerme cargo, no te preocupes – dijo el chico que aún sentía que no podía derrotar al hombre frente a él Rodrigo volvió a cubrir el cuerpo de Regina con el suyo ya no era un chico como antes, Mateo apenas reparó en él, no le interesaban los dramas de la hermana de su hijo pero no podía tolerar que este no les diera el escarmiento adecuado, eso era todo – su cómplice ya se encuentra en un lugar adecuado y ellos serán trasladados hasta ese mismo lugar – luego pensó algo más – yo mismo me aseguraré de que reciban lo que merecen
- Sí, tú eres quien no debe perdonar a los traidores, menos si alguien intenta separarte de tu esposa – todos casi se desmayan, él mismo le fue infiel a su mujer, aunque ahora se arrepentía, les miró cínicamente – te lo dice alguien que casi muere al perder a la mujer amada
- Señor – Lisandro se acercó con cuatro hombres – me llevaré a los prisioneros
- Está bien – dijo Luciano moviendo la cabeza, le dolía un poco, se había olvidado de la llegada de su madre, eso era imperdonable, mientras arrastraban a los hermanos, estos observaron que los modales de Luciano cambiaban del serio rostro que siempre mostraba se lanzó sin ningún pudor a Sandra emocionado - ¡Mamá! – gritó levantándola del suelo
- Mi hijo – replicó ella mirándolo con amor – esta sería la última escena que Luna grabaría en su mente, Luciano si podía sonreír, abrazar y besar, era sólo que con quien él desearía y nada más
La avariciosa mujer se arrepintió en su corazón, si sólo se hubiera conformado con ser amiga de Regina quizá se hubiera asociado con alguien de buen estatus, pero su avaricia la llevó a ese punto, Andrés por su lado le recriminaba que le llamara para este trabajo, ambos aún creían que saldrían vivos, hasta que la voz de Lisandro en la camioneta les sacó de las dudas.
- Ustedes jovencitos jugaron con fuego, nadie trata de verle la cara al heredero de Mateo Blanco y vive para contarlo – se rió de forma sabrosa, disfrutándolo, ambos intentaron escapar, pero no pudieron silenciosas lágrimas se derramaron, viajaron por mucho tiempo hasta llegar a un almacén.
El cuerpo destrozado de Ezequiel colgaba de una cuerda, aún respiraba, lentamente, al mirar a Luna sus ojos se iluminaron y después se opacaron, era claro que acababa de morir, Lisandro sonrió, estúpido muchacho, de sólo haberse quedado quieto y no seguir a sus hormonas evitaría este castigo. Miró a Luna y Andrés con tristeza eran jóvenes y estúpidos que podía decir, uno de sus hombres le alertó alguien se acercaba, parecía que liberarían a este par, Lisandro contrario a lo que pudieron prever dio unas instrucciones, luego levantó el arma y disparó dos veces entre las cejas a Luna y Andrés. Después defendió el lugar con su vida, al final quienes llegaron comandados por una figura completamente tapada y una voz distorsionada maldijo al ver a los hermanos muertos, había trazado un plan usándolos, no esperaba que Lisandro les matara sin consideración y luego para desgracia de ellos escapara, herido, esperaba que muriera antes de llegar ante su jefe.