Red Oscura

Noel.

Estábamos a mitad de clase y lo vi pasar, por un instante me distraje, pero de inmediato reorganice mi mente y me concentre en la clase.

Al terminar, me despedí de mi profesor y salí al jardín hasta el alejado campo de tiro donde ya estaba Balder con una mesa y diferente armas.

Me acerque hasta la mesa, no sabía porque no podía verlo a los ojos, así que le hable para pedirle que iniciará.

Al verlo por el rabillo del ojo, él solo asintió mientras sonreía, carraspeo y comenzó a señalarme aquellas enormes y pesadas armas - esta de aquí Noel se llama glock 17 semiautomática con un disparo preciso, esta de acá es un revolver colt single con un tambor rotatorio automático a cada acción del gatillo, esta es una escopeta mossberg 500 de largo alcance con mirilla incluida y esta última de acá es la carabina M4 con una precisión increíble, y solo por mencionarte estas de acá son de uso específico y quizás más adelante aprendas a utilizarlas - asentí prestando atención a cada arma que me mostraba, tomo una de las primeras armas que me había mencionado y me la dio - comencemos con la clase.

Dos de su gente puso una mesa con varias latas a diferente distancia, Balder apuntó con firmeza con el arma que siempre llevaba con él y disparo hacia las latas las cuales cayeron al suelo.

Me hizo señas de que era mi turno, apunté y a la primera tire una lata, sonreí y seguí disparando, hasta que Balder se me acercó y me quito el arma - eres buena Noel, ahora prueba con esta.

Era un arma larga y muy distinta a la que conocía y a la que me había enseñado a manejar Kalisto, la tome como pensé que era, apunte a una lata, presione el gatillo, pero la fuerza era increíble, tanto que se me zafo de las manos, me golpeó en la frente y caí al suelo por el mismo impacto.

Lo escuche gritar en el tiempo que caí al suelo, se acercó y me ayudo a levantarme, me toco la frente con delicadeza, al sentir su sutil tacto, mi cuerpo se erizo y solo me aleje de él al sentir esa sensación - ¿estas bien?.

- si, si, solo fue un golpe, nada grave - recogí aquella escopeta y volví a apuntar.

- deja te muestro como tienes que agarrarla - me hizo la demostración y me la dio, al imitar su pose, él, se acercó tras de mí y me mostró como sujetarla con firmeza.

Sus manos estaban sobre las mías, sus brazos tocaban los míos, su pecho acariciaba con cada movimiento mi espalda y eso me hacia tenzarme sin razón aparente.

Solté un poco el aire retenido por mis pulmones, estaba consentrada cuando su aliento hizo cosquillas en mi nuca y mis piernas por un momento las sentí temblar al igual que el resto de mi cuerpo.

- ahora dispara - asentí temblorosa, apreté el gatillo y el sonido se escucho junto al fuego qué expedia la escopeta, y dos latas cayeron al suelo - lo lograste Noel, eres fantástica.

Se alejó de mi y era como sentir que podía respirar de nuevo, dejó la escopeta sobre la mesa, tomo mi mano y caminamos, pensaba que iríamos de regreso a casa, pero no, me llevó a las caballerizas donde había unos hermosos ejemplares pura sangre.

Acaricie sus hermosos pelajes, mientras que la mirada de Balder estaba puesta en mi, la profundidad de sus ojos me ponía muy nerviosa y sentía como si mi alma se fuera desnudando poco a poco ante cada parpadeo de sus hermosos ojos azules.

Suspiré y decidí enfrentarlo.

- Balder, si tienes algo que decírme, sabes que puedes hacerlo, no me gusta que me vean tanto.

Él asintió mientras se reía, pero al siguiente segundo estaba completamente serio.

- Noel, solo quiero pedirte que no acostumbres a Eva, se que en algún momento tu querrás irte cuando termine lo que aun no inicia, pero cuando lo hagas mi hija sufrirá.

Me sorprendí al escuchar su confesión temerosa de lo que pudiera pasar en el futuro y solo negué - entiendo lo que dices Balder, pero yo no había pensado en eso, no aun.

Él asintió sin darle cabida a más respuestas, y solo nos fuimos de aquellas caballerizas, olvidando esa conversación.

Los días siguieron avanzando y cada día practicaba sin descanso bajo supervisión, Balder era un buen mentor sobre esto y una gran admiración hacia él, surgía de los más profundo de mi corazón, era un gran hombre y un magnífico padre con Eva.

Estaba bajando las escaleras cuando Balder salió de su despacho con su rostro impregnado de preocupación.

Al verme de inmediato me habló mientras veía a hombres atravesar la casa, con sus armas en mano yendo al frente del rancho.

- necesito que vayas por Eva, ¡cuídala! - bajé al escuchar sus palabras, corrí hacia él para detenerlo.

- ¿qué sucede? - al no tener respuesta hacia mi pregunta le grite con desesperación - ¡Balder, contéstame!.

- están aquí.

Al escucharlo mis sentidos se conmocionaron tanto que el estruendo de una bomba me hizo reaccionar y dirigir mi vista hacia la de Balder, quien con su mirada me suplicaba que fuera por Eva.

Asentí y subí a prisa las escaleras yendo directo a la habitación de Eva, al abrir no estaba por ningún lado, entre y la busqué debajo de su cama, pero no se encontraba allí, estaba a punto de llamarla cuando vi la puerta de su armario e intuí qué estaría escondida en ese lugar.

Al abrir las puertas allí estaba sentada en el rincón abrazada a un oso de felpa, ella al verme se levantó y corrió a mi hasta abrazarme con mucha fuerza.

Su pequeño cuerpo estaba temblando y entendía su miedo, ella no sabía que pasaba y era mejor mantenerla así.

La cargue e iba a salir - tranquila todo estará bien, ¿si preciosa?.

- papá, ¿dónde está?, tengo miedo Noel.

- tranquila princesa, papá vendrá pronto por nosotros - ella asintió mientras le limpiaba sus lágrimas - Eva no tienes por qué tener miedo, yo te protegeré.

Volvió a asentir, me abrazó con más fuerza y salimos de la habitación, caminamos por el pasillo hasta llegar a las orillas de la escalera, donde podía ver un panorama no muy agradable a la vista de mi pequeña.

- Eva cierra los ojos y no los abras si no, me molestaré contigo.

- no los abriré Noel.

Al saber que no los abriría regrese a mi habitación con rapidez, de mi armario saque una chaqueta con una capucha, se la puse y cubrí su cabeza,

- ¡quiero a papá!, ¡quiero a mi papi!.

Al ver su estado alterado y al borde de llorar, la abracé con fuerza para que se calmara, mientras que de fondo se escuchaban las bombas y los disparos.

Mi mente de inmediato comenzó a pensar a gran velocidad para hacer que Eva se calmara y poder salir de este lugar.

- Eva, Eva, tranquila, escuchame - le hable con calma a pesar que los estremecedores sonidos de fondo no ayudaban mucho. - princesa, jugaremos un juego, ¿te parece?. - ella asintió poniéndome atención. - este juego se llama deseo, deseo.

- y, ¿cómo se juega? - al lograr su interés del juego inventado, le sonreí para transmitirle calma.

- es muy sencillo, dices en voz alta, deseo, deseo y al decirte yo, que cierres tus ojos piensas en lo que quieres y hasta que yo te diga que los abras lo harás.

Ella asintió entusiasmada, juntó sus manos y escuché su dulce voz. - ¡deseo, deseo!.

- pero par que se cumpla tu deseo, la regla es no abrir los ojos escuches lo que escuches, si lo haces no se cumplirá tu deseo ¿entendiste?.

- si, te prometo que tendré mis ojos bien cerrados. - sonreí al escucharla, junto nuevamente sus manitas y las palabras las pronunció. - ¡deseo, deseo!.

Al cerrar sus ojos, tome con rapidez mi arma, la cual estaba en el buro al lado de la cama.

La cargue, ella se acurrucó posando su cabeza en mi hombro y su rostro pegado a mi cuello, cubrí bien su rostro y salí de mi habitación.

-¿a dónde vamos, Noel? - baje las escaleras con cautela, mientras sostenía en mi brazo a Eva y con la otra mi arma, apuntando a todos lados. - ¿Noel?.

- tranquila, tu deseo nos está guiando, piensa con todas tus fuerzas para que se cumpla, preciosa guarda silencio.

Le susurré al tocar el último peldaño de la escalera, sentí su agarre fuerte y seguí mi camino.