El Demonio De Altamar

El viaje a la estancia York fue muy tranquilo, las conversaciones entre Luis e Isabella eran amistosas, pero no despertaban en mí los malditos celos, quizás era porque sabía que mí amigo no tenía ninguna intención escondida detrás de su charla o porque ya no quería meter más la pata con ella. Me fascinaba ver con la felicidad que hablaba cuando le contó de sus dos años con su tía, había aprendido mucho de medicina y de plantas. Podía ver su genuina sonrisa y eso me hacía sentir un calor en el pecho que nunca antes había sentido con otra mujer.

¿Teniente? ¿Teniente?- las palabras de Luis me sacaron de mi ensoñación.

Perdón, estaba distraído- sé que quizás me sonroje, pase tanto tiempo viéndola que no había prestado atención cuando me hicieron partícipe de la charla.

Le está a contando a la señorita sobre su barco- me dijo Luis.

Oh si, el Doncella ¿qué le gustaría saber?- pregunte esperando que ella me cortara la cara, pero podía ver en sus ojos un brillo como si le gustara saber más de mí.

¿Quería saber donde está atracado? he oído varias historias suyas Demonio de Alta mar- ese apodo me encantaba, pero por alguna razón en sus labios me disgustaba.

En estos momentos está en el puerto de otro pueblo, las tareas de mantenimiento suelen durar un mes o mes y medio, si gusta en alguna ocasión que usted desee, puede conocerlo- ahí estaba de nuevo, ese brillo tan hermoso en esos ojos azules que me volvían loco.

¿En serio?- me pregunto sorprendida y solamente pude asentir. Su sonrisa era hipnotizante y hubiese preferido quedarme hablando con ella todo el día.

Pero el cochero aviso que ya habíamos llegado. El primero en bajar fue Luis, luego baje yo y extendí mi mano para ayudar a Isabella, debo admitir que me sorprendí cuando ella la tomó y a pesar de que usaba guantes, la sensación fue perfecta.

Madrina- el grito de una niña me sacó de mis pensamientos. Era una pequeña de a penas unas tres años quizás, vestía un vestido de color celeste muy hermoso y venía corriendo hacia nosotros, bueno en realidad hacía ella.

Salto a sus brazos y ambas se fundieron en un abrazo sumamente amoroso, la pequeña le rodeaba el cuello con sus bracitos y le decía cuanto la había extrañado.

Hola mi hermosa princesa, ¿te has portado bien?- dijo ella con dulzura.

Ana no es propio de una señorita correr de esa manera y colgarse en el cuello de los demás- Lord York venía a nuestro encuentro con una mujer muy linda a su lado.

Buenas noches, Lord y Lady York- reverencia Isabella aun con la pequeña en brazos.

Isabella, no nos debes reverencia. Cariño ellos son Lord Black y su amigo Luis, te había comentado de ellos. Señores ella es mi bella esposa Helena y la pequeña que ven ahí es nuestra perfecta hija Ana- dijo sonriendo el Lord.

La pequeña se bajó de los brazos de Isabella y se posicionó frente a nosotros para darnos una reverencia, la cual obviamente correspondimos.

Sean bienvenidos a nuestra humilde casa- dijo Helena también dándonos una reverencia.

Muchas gracias a ustedes por la invitación- contesté con una sonrisa en mi cara, se sentía un aire tan amistoso y de familia que daban ganas de quedarse para siempre aquí.

Vengan vamos a entrar, la comida estará lista en unos minutos- dijo Lord York levantando en brazos a la pequeña y haciendo una seña para que ingresemos en su casa.

Hija, enséñale a la madrina lo que has aprendido en estos días- dijo Helena con ternura a su hija.

Mira madrina, ahora sé tocar el pianoforte como tú- le dijo con una sonrisa invaluable en su rostro.

Eso debo escucharlo ¿puedo sentarme a tu lado?- le dijo Isabella.

Para ti querida hermana, tenemos algo mejor- dijo Helena trayendo consigo una caja de madera tallada a mano.

Oh por dios, esto es hermoso- dijo ella y sus ojos se llenaron de lágrimas, sacó de la caja hermosa flauta traversa de plata.

Ahora tocaremos juntas, madrina- le dijo la niña y comenzó a tocar sutilmente las teclas.

Ambas se fundieron en una melodía tan relajante que de no ser porque había descansado me hubiese dormido allí mismo, la pequeña a pesar de que le erraba de teclas seguía haciendo música ahí junto a su madrina, quien debo admitir no había perdido el encanto. A mi mente llegaron los recuerdos de aquella fogata y ella danzando alrededor con los niños del convento. ¿Cuán enamorado me tenía está mujer? Siempre había creído que era una bruja por como me hacía desearla, pero ahora lo entendía, ella era lo opuesto a mí. No se dejaba pasar por encima por la sociedad, tenía pensamiento propio y no temía decirlo. Ella podía decirme que hacer y la obedecería con gusto, porque me había enamorado, me tenía a su merced.

La cena está servida mi lord- dijo una de las sirvientes.

Bien, dejemos la música por ahora y vayamos a comer algo- dijo York levantándose de su asiento y todos lo seguimos.

él se sentaba en la cabecera y a su derecha estaba su esposa y a la izquierda su hija, del otro lado de Helena está Isabella y del otro lado de Ana estaba Luis, en la otra cabecera estaba sentado yo. la cena fue muy tranquila, risas, aventuras y todo lo que cada uno quisiera contar.

¿Sabe como conocimos a Isabella, señor Black?- me pregunto en un momento Helena y pude ver por el rabillo del ojo como Isabella empezaba a ponerse nerviosa -es la historia más hermosa que alguna vez escuchara, hace un poco más de tres años, me dirigía a mi último control prenatal, mi hermosa niña pronto llegaría a alumbrar nuestras vidas. Pasamos el convento y por el camino del bosque nos dirigimos a la ciudad, cuando de repente un grupo de ladrones nos emboscaron, asustaron de tal manera a los caballos, que se liberaron de sus riendas y terminaron volteando de lado el carruaje. En un momento todo era gritos y choque de espadas, hasta que la puerta se abrió y la vi a ella, tenía una herida en su frente que chorreaba sangre, pero aun así me sacó de aquel lugar y corrió conmigo hasta lo más cerca del pueblo que pudimos llegar. Aún faltaba un poco, pero mi hermosa niña no quiso esperar más y comencé el trabajo de parto, Isabella aun sabiendo que algo iba mal con mis contracciones, me cuido y me pidió de partera, haciendo que todo pensamiento negativo volará del lugar. Mi niña nació semi muerta y ella le dio el aliento de la vida. Salvo a mi pequeña y me cuido hasta que llegaron otros refuerzos. Por eso niña lleva el nombre de su hermana y ella es su madrina, fue nuestro regalo por habernos cuidado tanto- podía ver como la niña se acercaba a ella y la abrazaba con mucha fuerza.