Adhara una joven de 19 años acepta casarse con un desconocido por cumplir con la última voluntad de su padre.
¿Podrá ella cumplir con lo pactado en el tiempo estipulado? ¿Su corazón saldrá ileso? ¿O caerá en las garras del amor?
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#19
Tomados de la mano salieron de aquel lugar. Alejandro condujo hasta llegar a un pintoresco parque, al bajar del auto caminaron por sus estrechas calles, a Adhara ya se había acostumbrado a sentir el toque tibio de la mano de Alejandro y de como entrelazaba sus dedos con los de ella, de esa forma dieron pasos lentos hasta llegar a una banca con vista a una pequeña laguna, donde unos niños alimentaban a los patos que allí nadaban. El atardecer en ese lugar era hermoso y la lleno de mucha paz.
- Como te sientes?
- Mucho mejor, debo aprender a lidiar con este dolor y seguir adelante para un día alcanzar lo que deseo en mí vida.
- Y que es lo que deseas?
- Deseo manejar muy bien las empresas y todos los bienes de mi papá, que se sienta orgulloso de mi, deseo vivir tranquila, un hombre que me ame, que me haga feliz y quizás algún día tener mi propia familia.
- Eso suena muy bien!
- Y que desea un hombre como tú?
- Eh bueno! La verdad, hace un tiempo tenía otras perspectivas para mi futuro, solo quería destacar en el trabajo, conseguir por mérito propio instalarme en las grandes esferas de los negocios, construir mi empresa y disfrutar mi soltería conociendo mujeres sin ninguna clase de compromiso y por supuesto no tener hijos. Tenía una visión de la vida muy diferente, sigo queriendo algunas cosas, pero otras cambiaron, ahora deseo una sola hermosa mujer a la cual amar, ser feliz y posteriormente convertir en la madre de mis hijos.
- Maduraste!
- Si, alguien me hizo mirar las cosas diferentes y desear con ansias lo que antes no quería - dijo Alejandro mirándola a los ojos.
- Estas enamorado?
- No lo sé, solo sé que la quiero para siempre junto a mí y voy a luchar para estar con ella...
Esa última frase, hizo que Adhara sintiera un gran vacío en su pecho, le dolió hasta el punto de no poder respirar, de inmediato su mente fue invadida por muchos pensamientos, quizás Alejandro estaba enamorado de alguna chica y su matrimonio era la causa de no poder estar con ella, quizás era amable con ella por consideración a su padre, quizás esos besos para él no significaron nada y para ella eran los únicos que había dado en su vida, quizás él solo le tenía lástima y en cualquier momento rompería con el contrato de matrimonio, lo que la llevo a pensar en que debía aprender mucho más rápido el funcionamiento de la empresa por si él le pedía el divorcio, eso le dolía de manera agonizante sin saber por qué.
- Te pasa algo? Porque te quedas tan callada!
- No, solo pensaba que para ti debe ser difícil no poder estar con la mujer que amas por estar sujeto a un matrimonio por contrato.
- En realidad esa mujer esta jus... Alejandro no terminó de hablar cuando fue interrumpido por un niño de por lo menos 10 años quien se acercó con una flor en su mano.
- Esta flor es para la chica más linda que he visto en toda mi vida!.. Señorita hermosa, quiere casarse conmigo? - dijo el niño postrándose de rodillas ante Adhara a la vez que extendía su mano con la flor hacia ella.
Los ojos de Adhara casi salen volando de su órbita por aquella propuesta de matrimonio, pero sobre todo de quien venía dicha propuesta.
- Claro que no! Dijo Alejandro con una evidente molestia y mirando al niño con desdén.
- Por supuesto que si!!, no podría decir que no, ante una propuesta de matrimonio tan romántica, en un lugar con un atardecer tan bello y menos de un hombre tan guapo como usted! - respondió Adhara con una sonrisa radiante tomando la flor y colocándosela sobre una de orejas como adorno.
- No puedes aceptar, te recuerdo que ya estás casada y conmigo, yo soy su esposo! a sí que tu vez a proponer matrimonio a otro lado.
- Mi mamá dice que es malo decir mentiras, ella no esta casada con usted por que mire muy bien sus dedos y no tiene un anillo de matrimonio, o es usted un esposo tan descuidado que ni siquiera le compro un anillo a una mujer tan bella? - replico el niño.
- Y no te ha enseñado tu madre que es de mala educación interrumpir conversaciones ajenas, Largo de aquí!
- No le hables así a mi prometido Alejandro! Dijo Adhara con una mirada asesina.
¡Verás! Él y yo si estamos casados, pero es un jueguito, es solo un contrato que terminara pasado un tiempo.
- Siendo así por favor acepte este anillo como símbolo de nuestro compromiso, la esperare hasta que se divorcie de este descuidado esposo. - el niño le coloco a Adhara un anillo echo de piedritas de colores sujetas por un hilo.
- Es el anillo más hermoso del mundo!
- Santiago hijo, no está bien molestar a las personas!
- Escucha a tu madre! Dijo Alejandro con cara de Poker
- Espero que mi hijo no los haya incomodado.
- No, solo le propuso matrimonio a mi esposa!
- Oh, dios mío! Lamento mucho el mal rato, Santiago disculpate con los señores.
- Pero mamá, como iba a saber que está casada si no tiene un anillo como el que te dio papá, además ya ella me explico que solo juegan a estar casados, ósea que si puede ser mi prometida.
- Por favor disculpen, ya nos retiramos - dijo la señora mientras tapaba la boca del niño con una de sus manos.
- No! No, nos incomodó, al contrario, fue muy agradable su compañía, es un niño encantador! - dijo Adhara con una sonrisa.
- Yo no pienso igual - dijo Alejandro ganándose un pequeño pellizcon de Adhara.
- Prometida ya me voy pero cuando crezca como papá te buscare y nos casaremos, me podrías dar un beso de despedida?
- Santiago por dios! Dijo la mamá muy avergonzada por las ocurrencias de su hijo.
- Claro que si! - dijo Adhara quien se acercó al niño y le planto un beso en una de sus mejillas, siendo un poco incómodo para ella darle el beso, ya que Alejandro la jalaba hacia atrás sujetándola de su mano.
- Ahora si me voy - dijo el niño más que feliz, pero de su expresión de felicidad pasó a una muy seria al mirar a Alejandro
- Y tu cuida muy bien a mi prometida porque si no te las veras conmigo - le dijo a Alejandro a la vez que le sacaba la lengua, para luego mirar a Adhara y sonreirle ampliamente.
- Nos vemos prometido!
- Adiós mi bella dama!
El niño se fue con su madre, perdiéndose a la vista de Adhara, quien volteo a mirar a Alejandro siendo de inmediato interceptada por los labios de él, quien le dio el beso más demandante hasta ahora, borrándole la sensación de suavidad que había quedado en sus labios después de besar al niño.
- Mientras seas mi esposa no puedes besar a otro hombre - dijo Alejandro entre dientes, apretando su mandíbula yestando aún entre los labios de Adhara para luego seguir besándola hasta dejarla sin aire.
- Vámonos, ya se hizo de noche! - ordeno Alejandro aún molesto.
- Alejandro, solo era un niño y fue un beso en la mejilla porque te pones así? - preguntó Adhara quien estaba muy sorprendida por la reacción de Alejandro, quien solo guardo silencio.
Durante el camino el hombre no dijo una sola palabra, hasta que llegaron a un restaurante.
- Espero que aquí no te vuelvan a proponer matrimonio.
En aquel lugar cenaron, Alejandro se molestaba más cada vez que Adhara sonreía al mirar el anillo que el niño le había regalado y lo demostraba al cortar la carne ya que hacia mucho ruido con los cubiertos, lo que a Adhara le parecía gracioso. Luego de terminar se fueron a descansar, debían viajar muy temprano y el día seria bastante agotador sobre todo para Adhara quien descubriría lo dominante que puede llegar a ser su esposito.