Mahtob

Capítulo 19

Pasaban los días en la familia Rashid, ninguno de ellos comentaba nada sobre Mahtob era como si nunca hubiera existido. Ali había llegado al límite, así que ya no pudo contenerse más. Mientras estaban preparándose para tomar los alimentos su padre quería hablar con él.

—Ali estuve hablando con Hassan con quien hago tratos sobre las pieles. Me comento que su hija ya está en edad del matrimonio, la esposa de tu hermano la conoce y dice que es linda, vive dentro de nuestras costumbres, además de que es muy apegada a la religión. Después de la mancha que yace sobre nosotros es una buena oportunidad para ti. Su nombre es Latifah, así que iremos a casa de Hassan para que hagas una propuesta.—dijo Mohamed

—No pienso casarme hasta que encuentre a Mahtob.—dijo Ali

—Basta! El nombre de esa odalisca está prohibido en esta casa, como musulmán es tu deber seguir la tradición del matrimonio. Hijo ingrato, pero que hice que Allah me está torturando con este hijo.—dijo Mohamed

—Ella jamás te faltaría y lo sabes. Es mejor para ti creer lo que te conviene, pero que le dirás a Allah el día del juicio. Que ignoraste lo que tu conciencia te decía porque era más cómodo ignorar que enfrentar, te condenarás padre porque al igual que yo, sabes que mi hermana jamás haría una ofensa tan grande en nuestra contra. Ya han pasado días ni siquiera te preguntas ¿si ya comió?, ¿si paso días enferma o peor aún si algo le sucedió?. Vamos respóndeme.—le reprochó Ali

—Tu no eres nadie para exigirme que te responda, no olvides que soy tu padre y él Corán manda ser obediente. Y tu no lo estás siendo.—dijo Mohamed mientras hacía una pausa.—Aunque tu hermana vuelva, ella estará corrompida. Escucha bien no voy a volver a repetirlo. Aunque se la hayan llevado ya no pertenece a nosotros, y la ley es muy clara. Y prefiero que se quede donde está, a que yo tenga que mandarla al castigo por mi propia mano. El crimen de honor sería la sentencia para Mahtob, Allah sabe que siempre voy amar a mi hija y que llegado el momento no podré cumplir con su mandato. Así arrastraré conmigo y mi falla a todos ustedes, por favor Ali ya detente.—respondió Mohamed.

—Ella me llamó a la facultad y se que todo lo que ella hizo saber es mentira. Se escuchaba asustada, me pidió lo mismo que tú, que buscará ser feliz y que la olvidara. Sobre todo que cuidará de ti. Por nadie más pregunto o mencionó, solo por ti. Aún así dudas de la lealtad de tu hija.—dijo Ali

—Vas a provocar que pierda un hijo más y no estoy dispuesto hacerlo. Farid me contó que te amenazo su cliente más importante. ¿Por qué fuiste a tratar de asesinarlo?, Sabes que si Farid quiere puede denunciarte y no lo hizo por consideración. Si te denuncia serás encarcelado porque él si tiene a los testigos que te vieron usar una daga en su contra. No soportaría perderte a ti también, te lo suplicó ya detente hijo. Esto que sucedió es porque ya estaba escrito, nada sucede sin la voluntad de Allah.—insistia Mohamed mientras tocaba el rostro de su hijo.

—Estoy seguro que el cliente que te mencionó Farid, tiene a mi hermana. ¿Recuerdas cuando Mahtob te preguntó por los tatuajes en un hombre?.—dijo Ali

—Si, pero es un hombre peligroso. A lo que dijo Farid. Por favor hijo has lo que se te dice, cumple con lo que manda el profeta. Pide por tu hermana para que se encuentre bien. Aquí con nosotros no estará a salvo.—dijo Mohamed, Ali estaba perdiendo el rumbo, era momento de tomar una decisión.

—Está bien padre, me casare con la hija de Hassan.—dijo Ali

Mohamed sintió alivio, pero a su vez él también vivía su propio infierno. Solo de pensar lo que habrá hecho ese hombre con su hija, solo le quedaba continuar con su vida. Seguir orando por su salvación y la de su hija.

Mientras tanto en Milán Pedro despertó tarde ese día, Mahtob ya no estaba al lado de él. Jamás había compartido la cama y solo dormido con una mujer, se sentía relajado y tranquilo. Se levantó para ir a su habitación para tomar un baño.

Mahtob estaba en la cocina con Refugio, al igual que ella le estaba enseñando hacer pan francés. Se había vuelto el desayuno favorito de Mahtob, además Refugio estaba preparando el desayuno para el señor.

—¿Que es esto Refugio?—preguntó Mahtob

—Es tocino es para el desayuno del Señor. — respondió Refugio

—Huele extraño.—dijo Mahtob

—¿Quiere probarlo señorita?—preguntó Refugio

—No se, ¿dé que es?. Me refiero ¿de qué animal es?—preguntó Mahtob

—Lo hacen del cerdo.—dijo Refugio

—El Corán prohíbe el consumo de carne de cerdo, en no menos de cuatro versos diferentes.—dijo Mahtob

—¿Por que?.—preguntó Refugio

—Son haram, pecado. Se consideran impuros al igual que el camello, el conejo, la liebre, y todos aquellos con almohadillas en patas delanteras y traseras, tales como la mayoría de los carnívoros. Como se ve, las condiciones son también, según la apariencia vulgar. Además que son malos para la salud porque están llenos de parásitos.—respondió Mahtob

—Jamás le daré cerdo entonces, es bueno saberlo.—dijo Refugio

Mahtob vivía bajo muchas reglas y prohibiciones, ahora entendía ¿por que la había elegido el señor?. Simple porqué era fácil de doblegar, aún así sentía mucha ternura y a la vez lastima, ya que su vida al lado del señor, no sería sencilla.

—Buen día Refugio ¿Ya esta el desayuno del señor?.—preguntó Danilo

—Si, lo subiré en seguida.—respondió Refugio

—Si quieres yo puedo subirlo.—dijo Mahtob

—El señor me pidió que lo subiera Refugio.—dijo Danilo

—Está bien señorita yo lo subo.—dijo Refugio

Mahtob sentía el rechazo de Danilo pero no entendía el ¿por qué?, ella solo quería vivir tranquila. Por eso había decidido no pelear en contra de su situación actual.