De Sirvienta A Señora Del Ceo

Por un momento, Úrsula ejerció demasiada fuerza con el cristal en su muñeca, en un instante, gotas de sangre comenzaron a flotar de su brazo.

Una pequeña línea fue lo que Úrsula, se logró dibujar en su muñeca. Para después, arrojar el trozo de cristal lo más lejos posible.

Úrsula _ ¡Estás cometiendo una estupidez, Úrsula. Si mueres, solo vas a beneficiar a tus enemigos!...

Úrsula se levantó del suelo, limpiando las lágrimas que todavía caían por sus mejillas. Su mirada fría volvió a apoderarse de su cara.

Caminó por todos los cristales hasta llegar a su guardarropa, al abrirlo, inmediatamente agarró un vestido blanco que ha estado guardando desde hace meses.

Úrsula "Eres especial, no solo porque te iba a usar el día de mi boda con Santiago, sino por qué serás el que use para impedir la boda de esa sirvienta y de Santiago".

Úrsula" Santiago, eres únicamente mío, y ninguna criada será quién ocupe mi lugar en tu vida" ...

Úrsula se dio la vuelta, llevando el vestido blanco hasta la cama, lo dejó con mucho cuidado encima de ella.

Al sentirse nerviosa por la amenaza de Antonio, Úrsula se alejó del vestido, para bajar a atender a sus suegros.

Al bajar las escaleras, y entrar a la sala de estar, Úrsula no miró a Antonio ni a sus suegros por ninguna parte.

Levantó los hombros, y se dio la media vuelta, antes de que Úrsula pudiera volver a subir las escaleras, para regresar a su habitación, escuchó unos gritos venir de afuera.

Josefa _ ¡Es una locura!... Vas a ir a la cárcel por el resto de tu vida, si ese hombre se llega a enterar de lo que has hecho.

Antonio _ Mamá, no hay manera de que Santiago se entere de que fui yo quién cortó los frenos de su auto...

Josefa había logrado escuchar toda la conversación que Antonio mantuvo con Úrsula.

Josefa subió a la habitación de Antonio solo para informarle que se iban a retirar, y que a la mañana siguiente regresaría hablar con él y con Úrsula.

Escuchar qué su hijo tuvo que ver con el accidente de Santiago. Josefa estuvo a nada de desmayarse.

Josefa bajó de inmediato las escaleras para contarle a su esposo lo que había escuchado. Al ver a Antonio bajar de nuevo, su madre le dio una fuerte bofetada.

Josefa _ No sabes cómo me has desilusionado. ¡Y todo por una mujer que no vale nada!...

Antonio _ Mamá, escúchame.

Úrsula salió de la mansión; era el momento perfecto para vengarse de Antonio por la bofetada que le dio en su habitación.

Úrsula _ ¿Qué se siente tener un hijo asesino?...

Josefa; como si esposo, voltearon a ver a Úrsula, que se encontraba parada a unos pasos de ellos.

Josefa __ ¡Maldita zorra, has orillado a mi hijo a cometer una locura por ti!...

Úrsula _ Para que se dé cuenta de lo que puedo ser capaz.

Josefa __ ¡Eres una desgraciada!.

Josefa estaba dispuesta a darle un escarmiento a Úrsula. Sin embargo, su esposo no se lo permitió.

Úrsula _ Entienda, señora. Si usted intenta hacerme daño, no solo va a salir perjudicado Antonio, sino también el hijo que estoy esperando.

Josefa __¡Desgraciada, cómo puedes ser tan sinvergüenza de chantajearme con la vida de mi nieto!...

Úrsula __ Señora, cree que a mí me importa la vida del mocoso que llevó en mi vientre. Ahora mismo puedo tragar algo, con lo que aborte inmediatamente.

El rostro de Antonio se volvió frío y si ninguna expresión. Agarró a Úrsula de la mano; para intentar callarla.

Antonio _ ¡Es suficiente!...

Úrsula _ No es suficiente, ¡Nunca será suficiente!... Esta vieja desgraciada debe aprender que no se puede meter conmigo...

Antonio empujó a Úrsula al interior de la mansión. Estaba harto de escuchar a Úrsula comportarse de una manera desquiciada.

Josefa _ Te doy dos días, para que tu matrimonio con esa víbora termine. Si no lo haces, hablaré con mis abogados, sobre lo que he sabido...

Los padres de Antonio subieron a su auto, para irse lo antes posible de allí. Por unos segundos, Antonio se quedó parado, mirando el auto de sus padres desaparecer.

Antonio llevó sus manos a su cabeza, sus lágrimas cayeron lentamente de sus ojos. Todo se estaba saliendo de control, el miedo de ser descubierto, comenzaba a apoderarse de su cuerpo.

Antonio entró de nuevo a la mansión, el ambiente se podía sentir demasiado tenso. Úrsula se encontraba sentada en el sillón cerca de la ventana.

Antonio _ Nos hemos equivocado, al casarnos. Mañana le pediré al abogado que comencé a tramitar el divorcio.

Antonio caminó hacia las escaleras, para regresar a su recámara. Ya no quería discutir más con Úrsula.

Úrsula _ Si así lo quieres, no voy a impedirlo...

Antonio se detuvo por unos segundos, bajó la cabeza tratando de asimilar su divorcio con Úrsula.

Úrsula _ No pienso ser una mujer divorciada, y que por venganza, un día este imbécil termine confesando lo que hizo.

Úrsula _ Te prefiero muerto, y con la boca llena de moscas, a que un día llegues a contarle a Santiago lo que hemos hecho en su contra.

La mujer miró a Antonio, hasta que desapareció de su vista. Volvió a voltear hacia la ventana, por mucho tiempo, Úrsula se quedó mirando a través del cristal.

A la mañana siguiente, Antonio se levantó muy temprano. Bajó las escaleras con una maleta entre sus manos, sin hacer ningún ruido que pudiera despertar a Úrsula, Antonio salió de la mansión.

Úrsula escuchó el ruido del auto de Antonio, encender, enderezo su espalda, y se asomó por la ventana.

Úrsula se había quedado toda la noche en la sala, no quiso parar la última noche con Antonio en su recámara...

Úrsula _ Espero que tú si te mueras, y no como el imbécil de Santiago, que solo quedó inválido de por vida...

Úrsula se levantó de la cama, subió las escaleras hasta llegar a su habitación. Al abrir la puerta, miró el hermoso vestido blanco hecho pedazos por todas partes.

Antonio lo había destrozado al verlo en la cama, cuando entro...

_ ¡Maldito!...

Úrsula entró a la habitación, recogiendo cada pequeño trozo del vestido.