LA VENGANZA

¿Por qué demonios te quitaste la maldita máscara? Alex estaba bastante enojado.

-¿Te importa? - Amara se burló.

- Amara, no cometas el error de rellenar mis límites una orden mía tu no puedes desobedecer - Alex se acercó a la mujer.

- No eres mi dueño - Amara estaba jugando con Fuego al desafiar a Alex de esa manera.

- ¿Te consideras muy valiente? Eres mía me perteneces, así lo declara las leyes, el anillo, eres mía porque yo te hice mujer, mi mujer - Alex la fulminó con la mirada al expresar aquellas palabras.

-Con demonios cómo tú hay que considerarse valientes de lo contrario nos van a pisotear mil veces.

- Cierra la boca - El hombre se acercó a ella Amara por instinto retrocedió- Quitate la ropa y demuestrame tu valentía.

- No lo voy a hacer - Se notaba cierta altanería en la voz de Amara.

- No recuerdo haber escuchado que tu padre me haya dicho que la felina quiera sacar sus garras - Alexander empezó a desprender botón por botón la camisa que traía puesta - Quítate la ropa y no me hagas repetirlo por tercera vez.

-Bien te daré tu despedida - Pensó Amara Mendoza y empezó a dejar que la toalla que envolvía su cuerpo cayera al suelo.

- ¿Has aprendido trucos de seducción? - Alex tragó saliva al ver el cuerpo de la mujer y un deseó loco de poseer su cuerpo se apoderó de él, sin imaginarse que quizás el estaba cayendo en el encantó de Amara.

- Los juegos de la seducción empezaba a gustarle a Amara por la única razón de imaginarse que mañana saldría de este pequeño infierno al que la habían sometido.

-Alex no se opuso a absolutamente nada y se acercó a ella, los besos empezaron a repartirse por todo el cuerpo de la mujer, las caricias podrían dejar marcada la piel de Amara, pero lo que ella no sabía era que la piel puede ser acariciada por otros, pero solamente uno puede volverlo esclavo de quien sepa acariciarlo.

-Era media noche la habitación se llenó del olor de la lujuria, de gemidos suaves el choque frenético de dos cuerpos enredados en la cama, su carita sonrojada le daba un toque de coquetería a Amara.

- Una, dos horas después el éxtasis llegó a su Límite, ambos encontraron su liberación. Amara se había quedado profundamente dormida el hombre se levantó cubrió su cuerpo y se metió a la ducha las gotas de agua recorrían su cuerpo y el recuerdo de los dedos de Amara recorriendo su torso tensó su cuerpo, sus pequeños gemidos se reproducían en su mente, las profundas embestidas dejaba sensaciones en su cuerpo - ¿Qué te pasa Santoro? En tu mundo no existe más espacio para el sexo solamente por necesidad- Empezó a dejar que el agua cayera con mayor intensidad intentando de que borrará los recuerdos de esta noche.

- Unos minutos después salió y se fue directamente a su despacho y sacó la botella de vino más cara que tenía.

- Mientras tanto Amara al sentir que Alex salió de la habitación abrió sus ojos, ella no puede negar que el tacto del hombre erizaba su piel y que reacciona al más mínimo roce con él, pero ellos no eran los adecuados, Amara no quería esto para ella, al levantarse se colocó la bata y salió al balcón, mientras ella observaba la hermosa noche el hacía lo mismo desde el ventanal de su despacho.

- Esto era un juego peligroso y Alexander Santoro podía salir enredado en su propia trampa.

-Habían pasado dos horas para que la puerta de la habitación fuera abierta, Alex se acomodó en la cama observó a la pequeña figura que estaba profundamente dormida - Hoy conociste lo que es el placer, pero desde mañana conocerás el Infierno Amara Mendoza - Expresó en voz baja Alexander Santoro.

- Al día siguiente cuando Amara se despertó no había rastros del hombre así que rápidamente agarró su aparato celular encontrándose con el SMS de su hermana - Está todo listo ni bien llegues a la Universidad debes ver la manera de escapar de las Gorilas que te colocó tu marido.

Amara se vistió rápidamente eligió un Jeans bastante cómodo unas botas y una polera ligera, el chófer estaba esperando por ella y también 3 Guardaespaldas más.

-Amara sentía que le faltaba la respiración los nervios podrían traicionarla el chófer de vez en cuándo le prestaba atención por el espejo retrovisor así que ajustó el micrófono.

- Al momento de llegar en la Universidad Amara cerró los ojos ella estaba dispuesta a alejarse a costa de todo del lugar - Hola nena - La voz de Araceli tranquilizó a su hermana - No hay nadie vigilando es momento de irnos, ve por las escaleras hasta llegar al último piso.

 - ¿El último piso? Lorena Araceli Mendoza eso es peligroso los guardaespaldas están afuera, se darán cuenta - Su hermana frunció el ceño odiaba que Amara la llamará por sus dos nombres.

-Amara tu solamente confía en mí- Lorena abrazó a su hermana.

-¿Te vienes conmigo? - Preguntó Amara aunque su corazón latía desenfrenadamente si algo salía mal el demonio que lleva Alexander Santoro en su interior podría destruirla.

- No, yo me quedo y finjo que no estoy enterada de absolutamente nada, de hecho ya tengo todo un plan empleado ahora vete se libre - Con aquellas palabras Lorena se alejó.

- Unos minutos después se escucharon unos disparos en las afueras de la Universidad, los 3 Guardaespaldas más el chófer había recibido los disparos aquello fue la distracción perfecta para que Amara Mendoza saliera del sitio en un Helicóptero.

-Toda la Universidad había quedado conmocionado ante el ataque.

- En un Imponente Edificio Alexander se encontraba pensativo, pero la tranquilidad se vio afectada cuándo su teléfono celular sonó- Esperó que sea algo importante - Expresó el hombre aflojando la corbata.

- Señor - El hombre al otro lado de la línea tragó saliva antes de hablar - Ha ocurrido una tragedia nuestros hombres fueron atacados en la Universidad las 4 personas que operan cómo Guardaespaldas de la Señora Santoro fueron heridos.

- ¿Y ella? - La voz del hombre se escuchó diferente al preguntar por Amara.

- Señor, nuestros hombres que estaban cerca de la zona es decir a 10 minutos de distancia acaban de informar que de la señora no hay rastros- Para el subordinado el tiempo pareció detenerse y aunque no estuviera viendo se imaginaba la furia de su jefe.

- 5 minutos, escúchame bien les doy 5 malditos minutos de tiempo para que localicen a mi mujer de lo contrario despídanse de la vida - Alexander Santoro terminó con la llamada, pero volvió a marcar el número de alguien más.

- Revisa todos los movimientos de la Familia Mendoza y corrobora las cámaras de Seguridad de la Universidad- Alexander se llevó las manos en el rostro, pero una sonrisa peligrosa se vislumbró en su rostro sus ojos azules derrochan irá- Amara Mendoza eres la primera persona que se atreve a desafiar al Demonio, pequeña Ada no sabes a quién acabas de desafiar.