Mi Bello Espejismo

Jairo.

El anestesiólogo realizó su trabajo ella solo hizo lo que los médicos decían, más bien parecía como un cordero inocente listo para ser sacrificado, sentí escalofríos como es que la mujer sufre tanto para dar otra vida la imagen de mi madre invadió mi mente cuánto tuvo que haber sufrido mi madre por nosotros, lo único bueno que mi hermana también sufrirá este mal.

Anestesiólogo---: Señor Dele ánimo a su novia.

Jairo---: ¡Claro!

Jairo se acerca a Larissa ella ya estaba cubierta con los campos lista para la cesárea ella estaba tan pálida, que se podía apreciar en su rostro preocupación.

Larissa---: Cuiden a mi hija.

Jairo sobó su rostro, Larissa lo miro antes de cerrar sus ojos pronuncio su nombre con ternura, Jairo se asusto porque Larissa no volvió abrir sus ojos pregunto que sucedía, el anestesiólogo reviso sus parámetros vitales e informo que estaban normales.

Jairo---: ¿Que le pasó doctor?

Anestesiólogo---: Está estable solo se ha desmayado, eso le sucede a las primerisas.

Mientras el anestesiólogo le explicaba él escucha el llanto más inocente que en toda su vida había escuchado, su corazón empezó a palpitar tan fuerte que los sonidos se asimilaban a un de tambor de guerra.

Enfermera---: Es una niña, es hermosa.

Jairo quería moverse pero sus pies no respondía igual que su cuerpo, no sabía que hacer sus emociones estaban encontrando, sentía una felicidad infinita que no sabía cómo mostrarlo.

Anestesiólogo---: Ve a conocer a tu hija.

Jairo camino hasta la sala de preparación dónde ya el pediatra la examinaba con tanta delicadeza.

Jairo---: ¿Como está?

Pediatra---: Está sana, tiene una hija muy hermosa ¡felicidades!.

Enfermera---: Si es hermosa y esa mancha púrpura que tiene en el antebrazo le hace ver única.

Jairo---: ¡Mancha!

Enfermera---: Si, ¿la quiere ver?

Jairo se acercó tomo a la bebé en sus brazos, toco su delicada manito y su piel tan suave, pudo observar en el brazo de la pequeña una mancha púrpura, las lágrimas de arrepentimiento salieron y rodaron por sus mejillas la bebé no solo tenía la mancha que acertaba que era su hija si no que también se parecía mucho a su amada abuela María.

Jairo---: Perdón bebé, tu eres mi hija siempre lo supe, perdóname mi niña ahora todo será diferente lo prometo.

Enfermera---: Estás emocionado, pero dame a la bebé para ponerla en la cuna.

Jairo---: Si es hermosa verdad.

Enfermera---: Si, ahora ve por tu novia.

Jairo volvió al quirófano pero Larissa era trasladada a la sala de observación, el la siguió Larissa continuaba dormida, el se acercó a pesar que Larissa estaba inconsciente el podía ver la inocente belleza que transmite el rostro de Larissa.

Jairo---: Perdón, mi pequeña Larissa.

Jairo tenía un nudo en su garganta que por lo mucho que el tragaba grueso, no podía pronunciar las palabras claramente, el beso el delicado rostro de la pequeña Larissa, mientras que Larissa abrió sus pesado párpados y vio entre imágenes al ser que siempre quiso que este a su lado en esos momentos.

Larissa---: Jairo mi amor estás aquí(volviendo a cerrar sus ojos).

Jairo---: Si pequeña estoy aquí! perdón, perdóname mi pequeña Larissa.

Enfermera----: Disculpe señor no puede estar aquí.

Jairo---: Si me despido y me voy.

Jairo dió un pequeño beso en los labios de Larissa y salió del área con los sentimientos encontrados, al llegar a su auto Carlos su amigo lo esperaba.

Carlos----: Cuéntame, todo.

Jairo---: Es mi hija Carlos, soy un idiota mi orgullo y la desesperación de meterme en problema me hizo convertirme en un auténtico desgraciado.

Carlos---: ¿Como sabes que es tu hija si no le has hecho una prueba de ADN?

Jairo---: No hace falta, ella es mi hija tiene la marca familiar de los Mera y sobre todo se parece a mi abuela.

Carlos---: Pues que te puedo decir amigo, felicidades.

Los amigos conversaban afuera del hospital Jairo conoció a su hija el pudo estar en su nacimiento aún encontrá de voluntad de los padres de Larissa él sabía dentro de su corazón que tendrá que esforzarse mucho para que Larissa pueda volver a confiar en él.