Un Juego Peligroso

Al llegar a casa, Scarlett se encontró con su abuelo, quien la estaba esperando bastante serio.

—Vamos, jovencita, debemos hablar —el anciano caminó hacia su despacho.

—Está bien, abuelo, te contaré todo.

Scarlett no le ocultaría todo, o al menos gran parte de la información; tampoco era necesario que le dijera absolutamente todo.

—Habla, ¿qué es lo que pasa con Massimo? —preguntó el abuelo.

Scarlett se encogió de hombros, miró a su abuelo y comenzó a explicarse.

—No es nada. Ambos perseguimos un fin y nos ayudaremos a completarlo. Así que te contaré que dentro de poco seré la señora Vitale —le dijo la joven de inmediato, dejando a su abuelo con la boca abierta y más confundido de lo que estaba.

—¿Qué carajos? —le dijo el anciano.

—Tranquilo, abuelo. Será un matrimonio de mutuo acuerdo. Yo logro lo que quiero y luego, pues, nos separamos, simple —le dijo Scarlett con total tranquilidad.

Incrédulo, su abuelo la miraba sin dar crédito.

—Te volviste loca, eso es.

El anciano estaba en shock; esa no era su nieta.

—No dejaré que Gianluca se salga con la suya y simplemente siga como si nada. Ayudar a Massimo a conseguir que sus padres lo vean con buenos ojos es algo que estoy dispuesta a hacer. Puedes estar tranquilo, abuelo, que Massimo y yo no somos una pareja real y no lo seremos —le explicó.

El hombre suspiró.

—No voy a meterme en tus decisiones, pero quiero que me cuentes todo. Si esto es lo que crees que te dará tranquilidad, hazlo. Pero no estoy de acuerdo con tu decisión, aunque la respetaré.

Scarlett se levantó y abrazó a su abuelo.

—Gracias, eres, junto a Niccolo, lo más importante que tengo.

El hombre le devolvió el abrazo.

—Ustedes dos son también lo más importante para mí.

Después de esa conversación, ambos decidieron contarle en su momento a Niccolo. Él también merecía saber todo lo que ocurría en la vida de Scarlett. Sin más, se lo dijeron. Niccolo se escandalizó y se enojó, pero luego decidió no involucrarse en las decisiones de su hermana.

**Cuatro días después:**

Scarlett conducía hacia el registro civil. Allí, Massimo la esperaba junto al juez y su testigo, que sería su amigo Diego, quien sonreía de oreja a oreja. Valentina también se encontraba en el lugar esperando a Scarlett.

Al llegar, la joven saludó a su amiga y ambas se dirigieron hacia Massimo y Diego.

—Pensé que te habías arrepentido —le dijo Massimo.

—Jamás —respondió la joven de inmediato.

—Si están todos presentes, demos inicio con la ceremonia —les dijo el juez indicándoles que debían comenzar.

Scarlett llevaba un vestido blanco sencillo pero muy bonito, su cabello rojo en ondas y un maquillaje suave que resaltaba su belleza, mientras que Massimo iba vestido con un traje gris y su camisa blanca.

El juez dio inicio, ambos firmaron y dieron el sí.

—Con el poder conferido por la ley, los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia —les dijo el juez con una sonrisa, mientras Diego miraba a Massimo con gracia.

—Debemos empezar a practicar —le dijo Massimo a la joven mientras se acercaba a ella.

—Supongo que tienes razón —dijo Scarlett mirando hacia los labios de Massimo, mientras escuchaba su corazón acelerado.

Massimo colocó su mano en la nuca de la joven y acercó sus labios a los de ella. Al principio, el beso fue suave, exploratorio. La experiencia de Massimo se hacía evidente en la manera en que sus labios se movían con precisión, buscando la respuesta de Scarlett. A medida que el beso se profundizaba, Massimo introdujo su lengua con una destreza que solo un hombre experimentado podría tener, saboreando cada rincón de la boca de Scarlett. Para Scarlett, era una mezcla abrumadora de sensaciones; el calor de su boca, la presión de su mano en su nuca, todo era nuevo y excitante. La falta de experiencia en ese tipo de besos no la detuvo, sino que la hizo más consciente de cada movimiento, de cada roce, lo que intensificó la conexión entre ambos. Para Massimo, el beso resultó más intoxicante de lo que había anticipado. La inocencia y la dulzura de Scarlett, combinadas con su inesperada respuesta, lo dejaron deseando mucho más.

Scarlett se separó al necesitar aire para respirar, miró a Valentina y, tragando en seco, mientras intentaba calmar su corazón, se acercó a Valentina, quien la abrazó.

—Para ser una boda falsa, ese beso decía mucho —dijo esta mientras sonreía.

—Calla —le dijo Scarlett con el ceño fruncido, pero disimuladamente miró hacia Massimo, quien hablaba tranquilamente con su amigo, que no quitaba los ojos de Valentina.

—Creí que tu abuelo y hermano estarían aquí —le dijo Valentina, sacándola de sus pensamientos.

—El abuelo y Niccolo no están de acuerdo con lo que haré; sin embargo, no se meterán en mis decisiones. Además, ¿para qué venir a una boda falsa como esta? Mejor así —le dijo Scarlett con sinceridad.

Valentina asintió.

Massimo se acercó a Scarlett, separándola de Valentina.

—¿Trajiste tus cosas? —le preguntó de inmediato.

—Sí, ya nos casamos, ahora debemos mudarnos juntos —Massimo asintió.

—Viviremos en mi apartamento —le dijo de inmediato.

Scarlett soltó una risa.

—No viviré bajo el techo a donde llevas a todas tus conquistas —le dijo de inmediato.

—Te recuerdo que esto es un matrimonio falso, ¿qué más da quién entró allí? —le dijo.

—No se trata de celos, no seas ridículo. Cuido mi imagen frente a los medios. No pienso vivir bajo el mismo techo a donde mi marido llevaba a sus queridas. Por lo tanto, viviremos en la casa que tenemos en el centro de Milán; esa casa no la uso hace mucho tiempo —le dijo Scarlett.

Massimo se tocó el puente de la nariz.

—A mi apartamento no ha ingresado ninguna mujer, es más, serás la primera. Ninguna de ellas tuvo el privilegio de acercarse a mi cuarto, o a mi sala, o a mi cocina. No soy tan imbécil —le dijo mientras acercaba su rostro al de la joven.

Massimo podía apreciar cada parte del rostro perfecto de Scarlett: sus ojos, su olor, esos labios tan tentadores que lo invitaban a tomarlos y saborearlos. entre más pensaba en esto, imaginaba a la joven debajo de el, mientras la hacía suya. Pero negó, no podía estar pensando en eso, a el ninguna mujer le había ocasionado tales pensamientos.

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Nota:

Ok, les cuento las razones por las cuales no había actualizado, no es por qué vaya a dejar la historia sin terminar, la razón es que ya ingresé a clases y he tenido unos días muy pesados, no me ha dado tiempo de nada, por lo que les aviso que estaré publicando viernes, sábado y domingos. Son los únicos días libres. Besos y que tengan linda noche