Muñecas De Porcelana

— ¿Cuál es tu nombre completo?— Le pregunté a Kimberly antes de que se marchará.

— Kimberly Kaulitz—

Abri los ojos como platos por el impacto de saber su apellido ya que tenía el mismo apellido que había leído en una identificación que encontré en la cabaña de Richard, pero era demasiada coincidencia ese hecho, más al saber que ese apellido Aleman no era común por la zona.

Kimberly se fué y Ronald me sacó del brazo a uno de los pasillos.

— Si no estás embarazada te mató ahora mismo— Dijo Ronald arrastrandome del brazo hasta el área donde hacían pruebas de embarazo.

Pidió a las enfermeras analizar mi sangre y mi orina, al ser alguien importante analizarian las pruebas con mayor rapidez.

— ¿Puedo pedirte un favor antes de que intentes matarme?— Le pregunté a Ronald mirandolo hacia arriba.

— Claro — Respondió con una sonrisa de lado — .

— ¿Alguna vez Lucas me amó?— Pregunté nerviosa de escuchar algo que me podría doler.

— Al principio no, de hecho su plan inicial era protegerte de mí, yo quería de cierto modo vengarme de tú padre por haberse llevado a mi madre — Dijo Ronald llevándome con el de nuevo a la habitación de Lucas—  Pero se enamoro de tí a primera vista haciendo que se conviertiera en esto.

— ¿Entonces por qué me mantuvo cautiva?—Pregunte confundida.

— El dijo que el hombre que te disparó estaba obsesionado contigo así que cuando escapó y perdimos rastro de él decidió que debíamos fingir toda esa locura de las chicas vestidas de muñecas de porcelana.

— ¿Esas chicas no están cautivas?

— Claro que no, pero para la sociedad han muerto—  Respondió.

Mire hacia el pasillo y vi como una enfermera venía con unos papeles en las manos.

— Aquí tiene señor —

Ronald tomó los papeles y los observó.

— Definitivamente estás embarazada— Dijo atónito.

Lo mire confundida aún sabiendo que mis sospechas eran ciertas. Mi venganza tendría que detenerse un tiempo al estar embarazada.

—¿Tendrás al bebé?— preguntó Ronald mirando mis resultados.

— Claro que lo tendré— Respondí sin pensarlo dos veces.

— Es probable que debas criarlo sola, e doctor no nos dió esperanzas, quizás nunca despierte Lucas—.

— Esto es lo único que tengo de tu hermano— respondí.

Ronald me dejó en la habitación a solas con  Lucas, observé a Lucas, su rostro, sus manos, sus labios que jamas volverían a besarme.

— ¿Richard te hizo esto verdad?— Dije llorando sabiendo que no me respondería.

Tome su mano izquierda y ví que había algo dentro de ella, como si la estuviera protegiendo con su vida. Tome la pulsera que apretaba con la mano y me pareció conocida.

— ¡Esto es de! — Exclamé asombrada.

Esa pulsera llevaba en el tobillo Richard todo el tiempo. Mire asustada a mi alrededor sintiendo una presencia demaciado oscura.

Me oculte detrás de las cortinas y vi entrar a alguien cuyos pasos sonaban idénticos a los de Richard.

— Esa zorra se suicidó — Dijo Richard hablando en voz alta.

Tape mi boca para no hacer ruido alguno.

— La tenía en mi cama y seguía diciendo tu nombre— Dijo Richard sentándose al lado de Lucas — Te dije que al final la haría mía.

El pulso de Lucas se aceleraba como si realmente escuchará lo que Richard le decía.

— Es una lastima que no podré tener hijos con ella para terminar de disecarla culminando mi colección de asesinatos — Dijo Richard en el oído de Lucas— Tendré que buscar a alguien que tenga esa chispa que me obsesión tanto.

El pulso de Lucas se aceleraba y entraba en paro, yo miraba atónita sin poderme mover, Richard era un verdadero demonio

no podía creer como llegué a sentir lastima por él.

Las enfermeras y médicos en cuanto se escucharon los sonidos del aparato vinieron corriendo, pero no tan rápido como para ver a Richard en la habitación.

Ronald llegó a la par que los enfermeros y miraba asustado como le ponían los desfibriladores en el pecho.

Yo miraba escondida toda la escena, con el temor de que Richard me viera. Pero en mi interior solo quería sostener a Lucas y rogarle que no me abandonara.

Ronald vio debajo de la cortina mis zapatos así que me miró molesto y me preguntó el por qué estaba oculta.

— ¡Cierra la maldita puerta no preguntes el por qué!—.

Ronald cerró la puerta y pude salir de donde estaba escondida.

— ¿Pueden fingir su muerte?— Dije a Ronald.

—¿Por qué?— Respondió Ronald.

— Yo sé quién causo el accidente de tu hermano —.

Ronald no quería hacerme caso al principio pero al ver mi rostro mortificado le pidió a los medicos hacer lo que le había pedido.

—¡Pero eso es contra las reglas señor!— Dijo el médico.

Me desespere y golpeé un espejo, rompiéndolo en pedazos, tomé uno de los vidrios poniendolo en mi brazo.

— Háganlo— Dije ejerciendo presión en mi brazo.

Los medicos se miraron unos a otros, tomaron un medicamento y lo inyectaron en Lucas.

— Esto solo durará unos 5 minutos — Dijo el médico.

— Es suficiente— respondí.

Ronald estaba impactado al ver mis acciones.

— Estoy tratando de salvar al único hombre que amare en esta vida — Dije tomando una sábana blanca y colocándola encima de Lucas — Llevense a Lucas a un lugar seguro.

Los enfermeros sacaron la camilla de la habitación, algo que Richard vería y lo haría feliz, creer que había muerto Lucas.

Ronald lo llevo a una ambulancia privada que estaba en el lugar que no era permitido a nadie solo a los Winslow.

Richard se marcharia en paz sabiendo que sus planes habrían salido como él lo planeaba.

Una de las enfermeras me prestó su bata, y un cubrebocas así pude irme de la habitación pasando desapercibida.

Fui al ascensor y baje al primer piso camine rápidamente entre las docenas de reporteros que se encontraban en recepción.

Al encontrarme en la carretera no sabía que camino tomaría.

—¡Súbete!— dijo Ronald jalandome hacia adentro de la ambulancia.

Subí de inmediato sin poner un pero, mire a Lucas y acaricie su rostro.

— Mataré a quien te hizo esto— Prometí.

Ronald me miraba extraño aún sin comprender que es lo que había hecho y sobre todo el motivo. Pero ni siquiera sabía que preguntarme, todo había sucedido muy rápido.

—  Cuando despiertes tengamos un amor bonito ahora sin dolor— Dije acariciando su pelo.

Llegamos a la mansión y entramos en ella.

Todas las chicas miraban como Lucas entraba en una camilla, y me veían a mí tratando de descubrir que había pasado.