Comprometida A Los 17

Antes de hacer las cajas con mis cosas, llamaré a Diego, está sonando, pero nadie responde, luego de unos beep contestaron,

¿-Aló? Diego, ¿eres tú?

—Lo siento usted se ha equivocado de número.

—¿Qué, pero cómo? Lo lamen…

—¿En serio? Caíste —se ríe del otro lado del teléfono-

—No puede ser tú y tus malditas bromas, lo admito que esta vez si caí, pero ahora respóndeme ¿por qué no me has llamado?

—Lo siento mía apenas tengo tiempo para mi

—Oh ya veo ¿cómo está la tía molly?

—La verdad no ha mejorado mucho y por lo visto mamá quiere quedarse más tiempo

—¿Queeee? No, no puede ser, no aguanto más tiempo sin ti, creí que nunca lo diría, pero extraños tus bromas, tus golpes de puerta (llorando) vuelve pronto

—Ay mía me harás llorar yo te extraño más, extraño despertarte cada mañana, tu sonrisa burlona cada vez que no caías en una de mis bromas, pero mamá no puede dejar sola a la tía molly, lo siento, no llores mía volveré lo antes posible te lo prometo, bueno

—(secándose las lágrimas) Adiós no olvides que te quiero mucho

—Yo igual mía nos vemos (cuelga).

—A quien extrañas tanto, hasta lloraste por él, que patética (extraña a alguien que no soy yo) —mía se gira y ve parado a eduard en la puerta.-

—¿Qué haces aquí? ¿Hace rato que estás parado ahí?

—No llegué recién, además vengo a ayudarte con las cajas, ¿dónde están?

—Je, je, je sobre las cajas

—No, no me digas que todavía no la haces

—Las iba a hacer ahora, porque antes estaba ocupada

—Si ocupada extrañando a otros hombres

—Eso no te incumbe a ti

—No olvides que puedo averiguar quién es y desaparecerlo de la tierra

—¡Ja, ja, ja me amenazas por hablar con Diego por favor!!

—Ah pues si es él puede seguir vivo por el momento.

—(Calma mía, no los golpes) ok como digas.

—(Esta mujer sí que es rara) Te ayudaré a hacer las cajas, aprovechando que tengo el día libre

—No, no hace falta las puedo hacer solas

—Me parece bien entonces yo bajaré a platicar con tus padres en una de esas se me escapé que te traje borracha a tu casa

—Eres un (maldito, estúpido, bla) amor por ofrecerte a ayudarme a hacer las cajas, yo guardaré la ropa, mientras tú guardas los libros

—Y si te ayudo a guardar la ropa, así veo cuál no quiero que uses, a veces muestras mucho

—No gracias me gusta mi ropa y si llegas a intentar oponerte a mi ropa, usaré unas peores

—Niña atrevida, tú solo eres mía,  bueno as lo que quieras…

—¿Entonces eso significa que puedo quedarme en mi casa?

—Que astuta pero no.

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—Al fin terminamos, ¿tú lees todos estos libros?

—No je, je, je son de decoración

—Mejor ni pregunto si usas la alarma.

—Vamos ¿a dónde?

—¿A tú hiciste las cajas para mudarte a tu misma casa?,

—Ah ja, ja, ja vamos a tu casa

—No cariño a nuestra casa, (mía empieza a tomar una caja)

—No déjalas mis sirvientas llevarán las cajas, nosotros nos vamos para que conozcas las casa, el personal y los lugares donde no puedes entrar.

—(o esos lugares serán los primeros que quiero ver)