Mariana Fernández, una mujer de 40 años, siempre creyó en el amor eterno junto a su esposo Julián Navarro, con quién compartió su vida por 20 años. Sin embargo su mundo se desmorona cuando descubre a Julián siendo le infiel con su secretaria. Tras descubrir que ha estado viviendo en una mentira, decide tomar las riendas de su vida y se divorcia, ahora se enfocará en sacar adelante su empresa de lencería, una pasión que ha cultivado desde hace años.
Mientras Lucha por reconstruirse emocionalmente, conoce a Camilo Santa Cruz, un joven empresario de 27 años que está emergiendo en el mundo de los negocios.
A pesar de la marcada diferencia de edad, en el transcurso de consolidar el proyectó de colaboración de ambas empresas, Camilo va quedando cautivado por la fuerza y determinación de Mariana, se enamora profundamente de ella, y ella, a su vez encuentra en él un renacer de sentimientos.
Sin embargo, el camino hacia la felicidad está plagado de desafíos.
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Capitulo 18 Nada está oculto.
Mariana ha soportado 3 largos días de tortura, hambre y sed a manos de las dos lunaticas de Marlen y Estefanía. Su resistencia está siendo puesta a prueba al límite mientras lucha por mantenerse consciente y esperanzada en medio de la agonía.
Mientras tanto, Julián se unió a Camilo en la búsqueda de Mariana. A pesar de sus diferencias Julián y Camilo comparten algo en común, encontrar a Mariana.
Para Camilo, la presencia de Julián hacen que Camilo tenga una mezcla de emociones. Por un lado, la preocupación por la historia compartida entre Julián y Mariana que genera en él cierta tensión. Sin embargo, la urgencia de la situación y la prioridad de encontrar a Mariana, superan cualquier conflicto personal ya que ambos tienen un mismo objetivo: Salvar a la mujer que aman.
Juntos, Camilo y Julián trabajan codo a codo con la policía, siguiendo cada pista y explorando cada posibilidad para dar con el paradero de Mariana.
Mientras tanto, en eso oscuros, frío y asqueroso sótano donde Mariana está retenida, la esperanza de ser rescatada de las garras de esas 2 sicópatas sigue viva.
- Jefe - dice uno de los policías, llamando la atención del detective Suárez, el encargado del caso - seguimos una de las pistas, y dimos con el hombre que creemos que está vinculado con el caso.
- ¿Dónde está? - pregunto el detective Suárez - lo tenemos en la sala de interrogación.
El detective se dirigió hacia la sala de internación. Y empezó un interrogatorio tenso y minucioso, buscando desentrañar toda la red de conspiración y describir el paradero de Mariana lo mas pronto posible.
- Bien, empecemos desde el principio. Queremos respuestas y las queremos ahora. ¿Quién te contrato para secuestrar a Mariana?
El hombre, visiblemente nervioso, evita la mirada de los detectives mientras se retuerce en el asiento.
- Yo... Yo no sé de qué están hablando. No sé nada de un secuestro. - Dijo el hombre vacilante.
- No trates de jugar con nosotros, tenemos pruebas que te conectan directamente con el secuestro de Mariana. Si cooperas puedo ser muy comprensivo.
El hombre al verse descubierto, traga saliva nerviosamente.
- Está bien, está bien. Fue Estefanía, ella me pagó para... Para hacerlo.
- ¿Dónde está Mariana? No te conviene mentirnos.
El hombre sintiendo la presión del interrogatorio, ya resignado, responde y da la dirección donde llevo a Mariana.
- Yo la llevé a ese lugar junto con Marlén que era la encargada de manejar.
- Marlén también está involucrada entonces.
- ¡Si!
El interrogatorio continúa con la policía presionando al hombre en busca de más detalles sobre el paradero de Mariana y cualquier otra información adicional que pueda ayudar.
Con la información proporcionada por el hombre durante interrogatorio, la policía se prepara para el rescate de Mariana. En un rápido movimiento, coordinan un equipo táctico especializado para infiltrarse en el lugar donde se cree que está Mariana retenida
Camilo y Julián, ansiosos por reunirse con Mariana, se unen al equipo de la policía, terminados a estar presentes cuando finalmente la encuentren y la traigan de vuelta a salvo. Cada uno sabe que el tiempo es esencial y que el éxito del rescate depende de su habilidad para actuar con rapidez.
El convoy policial se dirige hacia el lugar del rescate. La adrenalina corre alta mientras se acercan al objetivo, conscientes de que cada momento cuenta en la carrera del tiempo.
Finalmente, llegan al lugar donde se cree que Mariana está, con rapidez y precisión, el equipo táctico se despliega, asegurando el área y preparándose para entrar y buscar a Mariana.
El equipo entra en el lugar, tomando por sorpresa a Marlén, que es rápidamente capturada por los oficiales, quienes la esposan y la aseguran.
Sin embargo, la situación da un giro peligroso cuando Estefanía saca un arma y se enfrenta directamente a la policía. Sus ojos vibran con una chispa de rabia y desesperación demencial mientras apunta su arma hacia los oficiales, desafiando cualquier intento de arresto.
- Imbéciles, a mi nunca me atraparán - gritaba Estefanía.
Los oficiales mantenían la calma bajo presión, sus armas listas y sus instintos afilados, saben que es una situación peligrosa y que cada movimiento que hagan puede ser crucial para la seguridad de todos.
- Estefanía, baje el arma, está rodeada.- le dice el detective Suárez. - entreguese pacíficamente.
Una risa malvada y desquiciada salió de Estefanía.
- Eso jamás va a pasar. Primero mato a esa perra roba maridos de Mariana.
- Si tocas a Mariana te mato con mis propias manos - le gritó Camilo.
- Jajajaja!!! Amor, ¿Qué crees que le he hecho en estos 3 días?
- Eres una maldita!!! - Grito Julián.
Estefanía empezó a disparar completamente desquiciada y llena de ira, determinada a no rendirse. Los oficiales, con reflejos rápidos y entrenamiento impecable, se movieron para protegerse, también Camilo y Julián, mientras el sonido ensordecedor de los disparos llenaba la habitación.
En medio del caos, el detective Suárez, con calma tensa y determinación en su mirada, respondió con precisión y rapidez. Con un único disparo que le dio a Estefanía haciéndole tambalearse hacia atrás, con una expresión de sorpresa mezclada con el dolor antes de caer al suelo.
El silencio que siguió fue abrumador, roto solo por el sonido de los pesados pasos de los oficiales hacia Estefanía para verificar su condición.
- Está muerta jefe - dijo un oficial dirigiéndose a Suárez.
- Bien ahora, con cuidado busquen a Mariana.
Todos asintieron, los oficiales aseguraron el área y procedieron a buscar el lugar donde estaba Mariana.
En un momento se escuchó la voz de uno de los policías gritar
- Jefe la encontramos
Todos corrieron hacia el sótano, Camilo y Julián se quedaron en shock al ver el estado de Mariana, que al levantar la mirada y ver a Camilo dejó caer por fin las lágrimas que tanto había aguantado.
Un policía la desataba con sumo cuidado, cuando por fin le quitaron sus ataduras cayó en los brazos de Camilo. Julián, quien observa la escena, fue testigo de la intensidad de la emoción entre Mariana y Camilo.
- Sabía que me encontrarías - dijo Mariana para luego caer inconsciente.
Julián se acercó sumamente preocupado y le gritó
- Debemos llevarla al hospital lo más rápido posible.
Camilo cargo el cuerpo inerte de Mariana, mientras la llevaba hacia la ambulancia miraba su rostro pálido que era una dolorosa prueba del trauma que había sufrido. Los paramédicos trabajaban con diligente cuidado para atenderla mientras se apresuraban hacia el hospital, consientes de la urgencia de su condición.
Camilo, con el corazón en un puño observa cada movimiento de los paramédicos. Su mente está llena de preocupación y miedo por el bienestar de Mariana.
En la ambulancia los paramédicos trabajan para estabilizar a Mariana, administrando tratamiento de emergencia y monitoreando su condición de cerca. Cada segundo parece una eternidad mientras la ambulancia avanza rápidamente hacia el hospital, con la esperanza de llegar a tiempo para salvar la vida de Mariana.
Finalmente, la ambulancia llega al hospital, dónde un equipo médico espera para recibir a Mariana y llevarla a cuidados urgentes, su mano aprieta la mano fría de Mariana, Pero al llegar a urgencias debe soltarla, no puede ir con ella. Al ver cerrar esa puertas Camilo se derrumba. El miedo de perderla lo invade.
