Diana es una mujer de una buena familia, desde niña puso sus ojos en el heredero del mayor CEO del país, logró que su padre arreglara un compromiso con aquel joven, sin embargo, con el paso de los años Alexander no deseaba ser atado por un matrimonio.
En un giro de eventos Diana comienza a ser indiferente sobre su compromiso y Alexander comienza a creer que tal vez no debió dejar de lado a su prometida y comienza a luchar por ganar su atención.
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Capítulo 18
Me desperté muy temprano en la mañana siguiente, no dormí muy bien y solo pensaba en volver a casa, ni siquiera pude dormir bien, mi mente estuvo divagando todo el tiempo.
Aunque debo admitir que me enoja y me entristece el deseo que tiene Alexander de verme ser infeliz, porque si realmente quisiera mi felicidad se fijaría un poco más en mis sentimientos, mis deseos o al menos en lo que es conveniente para mí, pero siempre ha sido igual, él solo asegura su felicidad y comodidad.
Al salir de mi habitación salí a la playa y vi a los hijos de la secretaria Méndez corriendo de un lado a otro, su hijo se acercó a mí y me estiró los brazos en señal de que quería ser cargado, al ver tal cosa la secretaria Méndez se acercó asustada a mí.
—Lo siento señorita, normalmente Archi no se acerca a nadie, pero creo que ya la reconoce.
—No te preocupes Mary —Sonreí y cargue al pequeño– es solo un niño de un año, es normal que quiera socializar.
—Que vergüenza señorita.
—Pienso regresar antes, tú puedes quedarte ¿No es molestia?
—¿Cuál es la razón? Creí que descansaría estos días.
Miré al frente y sentí la brisa salada, las olas golpeaban insistentemente la orilla mientras yo estaba inmóvil, era un sentimiento extraño, voltee a ver a Mary para responder.
—Me siento un poco incómoda y quiero regresar, puedes seguir disfrutando de tus vacaciones en familia.
—Puedo buscar un hotel mejor.
El pequeño Archi se acomodó en mi pecho y comenzó a cerrar sus ojos, al parecer seguía cansado, bueno, era muy temprano por lo que era un poco comprensible.
—No cambiaré de idea, mañana mismo regresaré, sé que es un poco incomprensible de mi parte, pero en serio quiero irme, podrías arreglarlo, iré a ver a Evelyn para avisarle.
—Yo podría decirle, además de que podría volver con usted.
—No, quiero que disfrutes tus vacaciones como Mary, no como la secretaria Méndez, tus hijos están muy emocionados, bueno, este pequeño ya está dormido, pero entendiste.
—Está bien señorita.
Le entregué el niño a Mary, por suerte no despertó y pude salir, primero debía hablar con Félix y despedirme decentemente, por suerte había traído a dos guardaespaldas y esto me daba un poco más de seguridad para salir.
Al menos respondió rápido y me mandó una dirección para reunirnos, al llegar fui recibida por su asistente, todo el camino estaba lleno de plantas, pues, era un jardín botánico, no sabía que había personas como Félix que les gustaran los lugares sencillos y llenos de plantas. Había una mesa bajo los árboles en medio de un montón de arbustos, Félix estaba sentado y después de verme se levantó para recibirme.
—Bienvenida, espero y este sitio sea de tu agrado, honestamente, este lugar es uno de mis favoritos.
—Me encanta –Dije y abracé a Félix en forma de saludo– soy fanática de este tipo de sitios.
Nos sentamos uno frente al otro y un empleado de Félix se acercó para dejarnos una botella de vino junto a dos copas y una bandeja llena de postre.
—Me sorprendió mucho recibir una llamada de ti, mucho más tan temprano en la mañana.
—Quería despedirme de forma correcta, mañana regresaré a casa y puedo decir que me agrado mucho haber interactuado contigo.
—¿En serio? –Preguntó Félix con un rostro preocupado– al menos podré visitarte después.
—Sería maravilloso, además, los proyectos que estamos desarrollando necesitan ser supervisados.
—Si –Dijo un poco más relajado– también… sobre el inconveniente de anoche… no te preocupes, hice la denuncia y ya están investigando.
No tenía agallas para decirle que fue Alexander, me gustaba la amistad que estaba entablando con Félix y sería una lástima que Alexander logrará arruinarla.
—Bueno, es bueno que nadie haya sido lastimado, es extraño lo repentino que fue todo, quería dejarte personalmente en el hotel, pues, eres una belleza que debe ser cuidada personalmente.
—Exageras –Respondí sonrojada– además… llegué en perfecto estado, no era necesario que me llevaras personalmente.
Félix apoyó sus codos sobre la mesa en un intento de acercarse más a mí y me dedico una sonrisa a medio lado.
—Sabes… es extraño que pidieras a tus guardaespaldas que te acompañaran, ayer saliste sin ellos ¿Por qué hiciste es diferente? –Dijo con un tono serio– entiendo que seas una mujer impredecible, pero siento que estás ocultando algo, si algo ocurrió anoche solo debes contarme y yo tal vez pueda ayudarte.
—Estoy segura de que tus intensiones son buenas, pero no deberías intentar ayudarme tanto, podría haber algún malentendido y además puedo resolver por mi misma todo de manera eficiente.
—¿Malentendido? –Dijo con un tono dulce y bajo– ¿Creí que haber sido claro? Estoy interesado en ti.
¿Por qué este hombre que se veía tan inocente estaba siendo tan descarado? Félix se levantó y jaló su silla hasta quedar junto a mí, lo extraño es que mi cuerpo no reaccionaba y tampoco busque alejarme.
—Yo no estoy interesada en ti –Dije con un tono serio– tampoco te di alguna señal para que me persigas.
Félix sonrió a medio lado y acercó su rostro al mío, puso una de sus manos alrededor de mi cintura y de un solo movimiento hizo que sentará sobre su regazo, me sorprendí tanto que inconscientemente mi brazo se movió bruscamente en un intento de golpearlo, pero con su mano libre detuvo mi mano.
—Eres agresiva –Dijo con un tono coqueto y me beso– dulce…
Estaba tan atónita que no sabía como reaccionar hasta que intenté apartarme en vano, pues, el agarre de Feliz era lo suficientemente fuerte como para inmovilizarme.
—¿¡Por qué hiciste eso!? –grité con nerviosismo– ¡Suéltame!
—estoy muy cómodo ¿Tú no?
—Hace rato actuabas con timidez, es mejor que te comportes.
Félix me soltó y me levanté avergonzada.
—Me… me voy.
—Está bien, recuerda que iré a visitarte lo más pronto posible.
Caminé rápidamente y mis guardaespaldas me siguieron, subí al auto y me miré por el retrovisor, estaba totalmente sonrojada, no esperaba un ataque de tal forma, era la primera vez que un hombre me coqueteaba de forma tan directa.
—¿Está bien señorita? –Preguntó mi Chófer– se ve un poco incómoda.
—Sí, estoy bien, ve a la dirección de la señorita Evelyn…