Los Gemelos Alfas Y Su Pequeña Princesa

Kiara —Nadia.

Han pasado dos semanas desde que desperté de ese terrible accidente, los únicos recuerdos que tengo son los de cuando desperté en ese hospital, cuando me dieron el alta Mario y yo nos vinimos a un pueblo de los Ángeles California donde empezaremos de nuevo.

Todo para mi es completamente nuevo, me siento extraña, siento como si no pertenecíera aquí, por las noches lloro y que siento que algo me falta algo valioso pero no se que es y eso es lo que me frustra, estas semanas han sido complicadas, mi relación con Mario ha sido complicada, muchas veces no quiero que se me acerque y son muy pocas las veces en la que le acepto un beso, no se por que pasa esto se supone que antes del accidente estaba completamente enamorada de él. Era para que mi corazón lo reconociera ¿no?.

—Me voy a la escuela adiós — digo bajando de las escaleras y yendo a la puerta.

—¿No te vas a despedir? — pregunta Mario y yo sonrío apenada.

Quizás era una costumbre irme y darle un beso pero cada que lo hago me siento rara.

Me acerco a él y le dejo un beso en la mejilla y el frunce el ceño pero no dice nada, sabe que todo esto es prácticamente nuevo para mi.

Llego a la escuela y saludo a mi compañera que más que una compañera se convirtió en una amiga en estas dos semanas.

—¿Que tal tu día? — pregunta.

—No se Val, cada día las cosas se ponen peor.

Ella me mira, le conté todo lo que se y como me sentía respecto a todo esto.

—Date tiempo es lo mejor, él tiene que entender que tomará tiempo o para que las cosas vuelvan hacer como antes — me dice.

—El lo entiende y la verdad se lo agradezco, es bastante considerado pero a pesar del tiempo que hemos pasado junto me sigo sintiendo igual y con la sensación de que he perdido algo.

—Hay Nadi, es complicó lo entiendo pero no fuerces nada vas a ver que el amor que sentías por él va a volver tarde o temprano y es mejor tarde que temprano — me abraza y dejo que lo haga, cuando abrazo a Mario no me siento cálida.

El timbre suena y nos vamos a nuestras clases.

Aiden

La búsqueda no ha parado y no se encuentra en ninguna manada, ni ella y ni el desgraciado de Bryan, tenemos a su padre quien nos ha ayudado en la búsqueda y cada que puede se disculpa por lo que ha hecho su hijo.

Si nos esteramos que él se llevó a Kiara pero no sabemos a donde, él padre de Bryan nos ha llevado los lugare que él cree que podría estar su hijo pero no, no hay rastro de él.

Los reyes del Oeste se fueron hace unos días cuando cancelamos todo lo que estábamos haciendo y han dicho que nos ayudarían a buscarla, Luna Marie está devastada mi madre ha estado a su lado todo el tiempo.

Keyden y yo fuimos liberados hace un par de días, nuestros instintos asesinos aún siguen ahí pero hacemos lo posible para no perder el control.

Presentimos que algo está mal y que Kiara está siendo obligada hacer algo con él ya que hemos sentido mucho dolor el cual pasa cuando nuestra compañera nos he infiel, pero sabemos que no es nada más allá de un beso ya que el dolor no es tan fuerte, y sabemos que es por que nuestra compañera está poniendo resistencia.

—¿Como es posible que nuestra compañera aún no se ha transformado? — pregunta Keyden enojado.

Ya Kiara va para diecisiete años, ya era para que se transformara como normalmente pasa cuando los hombres lobos cumple los dieciséis años, la luna llena ya paso y con ella la oportunidad de que se transforme, ahora para que se transforme hay que esperar a la siguiente luna llena.

—Tal vez Bryan lo ha evitado, sabe que sería fácil para nosotros encontrarla si eso pasa— respondo.

La puerta del despacho se abre y le da paso a Jacob quien también nos ha estado ayudando a buscarla.

—No hay rastro de ella— es lo primero que dice al entrar.

Keyden y yo solo respiramos hondo para no perder el control, cada que escuchamos esas palabras solo hace que nos desesperemos mucho más.

Esto ha sido una tortura, la peor de todas, ya no sabemos dónde buscar.

—Creo que debemos considerar buscar en el mundo humano — dice Jacob de repente.

—¿Por qué se la llevaría para ese lugar? — le pregunta Keyden

—Piénsalo, no quiere que la encuentren y sabe que si la dejaba aquí iban a contrárla ya que nadie querrían tener a los reyes como enemigos por lo que no podría ocultarla, a diferencia del mundo humano, sería muy difícil encontrarla allá ya que nadie les debe respeto y nadie los conoce — explica Jacob.

Keyden y yo nos miramos sabiendo que sería una posibilidad.

—Nos tomaría demasiado tiempo pero valdría la pena— dice Keyden.

—Cualquier posibilidad la tomaremos ya no aguanto un segundo más con ella lejos — digo ya hastiado.