En un mundo medieval sumido en la oscuridad, Carter, un hombre joven de 27 años que había aceptado su muerte solitaria a causa de un cáncer, se encuentra resucitado en un bosque desconocido. Conserva sus recuerdos del pasado y un error en su curiosidad le hace ser rescatado por unos hermanos de un pueblo cercano.
A medida que busca respuestas sobre su resurrección, Carter descubre que la humanidad lucha por sobrevivir contra criaturas terroríficas y que la magia es su única esperanza. Sin embargo, su búsqueda de propósito se convierte en una lucha con múltiples emociones ante sucesos inesperados y múltiples traiciones.
Con cada paso, Carter se sumerge en un abismo de violencia y venganza, cuestionando su propio destino y el futuro que le espera. ¿Podrá encontrar una razón de por qué fue traído a un mundo que parece estar al borde del colapso?
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Tragedia
Samantha finalmente llegó a la entrada de Babel, pero ya era demasiado tarde para intentar entrar. Encontró afuera aún a caballeros atendiéndose unos con otros. Varios heridos la reconocieron y le saludaron, ella correspondió y se acercó al grupo más cercano que tenía.
—¿Mis hombres pasaron por aquí?—preguntó apresuradamente a uno de los caballeros del grupo que tenía una venda alrededor de la cabeza.
—Ah, noble Samantha, es un placer verla por aquí. Sí, sus hombres pasaron por aquí, ¿era una investigación de su parte? Escuché a su comandante decir que irían a investigar sobre los cambios que ha sufrido Babel y del porqué han aparecido criaturas salvajes merodeando pueblos y ciudades...—guardo silencio, bajo la cabeza.
—¿Qué sucede? Mis hombres siguen allí y yo...
—No—interrumpió el caballero—. Ya no están dentro. El único que salió de allí fue el sujeto de allá—finalizo y señalo a un hombre que estaba sentado sobre una raíz enorme, de los árboles alrededor de Babel, a una distancia bastante considerable.
—Eso es... Gracias, con su permiso caballero—dijo y se marchó con paso veloz hacia el hombre sobre la raíz.
Antes de llegar siquiera, Samantha noto un fuerte olor a sangre y muerto en el ambiente. Miro que aquel caballero tenía la mirada completamente perdida en el suelo y anotaba algo en una libreta.
Finalmente, llegó a su lado.
—Ah, ¿Caballero? ¿No es acaso usted el que lleva el registro sobre nuestras misiones?—preguntó.
—Ah...—dijo volteando sus ojos a ella—. ¡Señorita Samantha!—gritó y se arrojó a sus pies—. Fue horrible, algo... Cosas... Muchos seres que nunca habíamos visto... El señor Batlar está muerto...
Samantha quedó en completo silencio y con los ojos como platos. Las palabras que recibió debían ser una broma, pensaba.
—¿Qué clase de broma es esa? ¿Dónde está Batlar?—preguntó con nerviosismo.
—Ya se lo dije... Todos están muertos... Esa cosa cayó desde no se dónde y devoró a mis compañeros. El comandante Batlar intento defenderse pero esa mierda lo devoró—dijo temblando y sosteniendo las botas de la blanca armadura de Samantha.
Samantha estaba completamente atónita. Miro a su alrededor y no vio a ningún otro caballero más que aquel tirado mirando sus botas.
—¿Qué fue lo que los atacó...?
—Era... Yo...—el hombre no podía pronunciar palabra alguna debido al miedo.
En un movimiento repentino y sin previo aviso, aquel hombre comenzó a temblar descontroladamente y se desparramó sobre el suelo. Samantha grito por ayuda y varios caballeros con habilidades sanadoras de orbe rojo llegaron para intentar auxiliarlo, pero todo fue inútil.
—Noble Samantha... Este hombre está muerto...
Samantha pidió con la cabeza y voz baja que le dejarán sola. Estaba completamente destruida moralmente. Todos sus hombres habían perdido la vida en un solo instante, por su deseo de hacerla sentir orgullosa, y todos se habían ido. Casi lloro, pero se controlo, se levantó y recordando que aquel hombre estaba escribiendo algo, busco en su armadura y encontró la libreta con sus anotaciones. En las últimas páginas al hojearlo, noto que solo había dos frases escritas de forma grande y sin estética.
"Voy a morir". "Me arrojo algo y me pico".
Ambas se repetían una y otra y otra vez cambiando su tamaño, pero escritas con total frenesí. Samantha cerró los ojos de su caballero, se guardo la libreta y pidió a los caballeros más cercanos que le dieran santa sepultura bajo su orden y ellos aceptaron.
Todos los caballeros le vieron marcharse cabizbaja y su armadura blanca tan característica parecía perder brillo.
...****************...
Samantha llegó totalmente destrozada ante el rey después de leer todas las anotaciones de su último hombre. Hablaba de como fueron encontrando seres que nadie había documentado antes en las miles de incursiones que se habían hecho en Babel. Seres a veces difíciles de describir, y zonas totalmente nuevas que vieron además de la flora anormalmente grande y que con cada zona que pasaban parecía hacerse más espesa y grande. Y leyó por último sobre aquello que les atacó a sus hombres, un intento de dibujo de su último hombre, pero no pudo leer el contenido al 100% debido al par de palabras que su hombre plasmo con locura antes de morir. Parecía describir a un ser enorme que les atacó cuando subían los escalones para ir directo al cuarto nivel. De proporciones que no pudo medir, decía que se movía como un limo, que llevaba múltiples apéndices y unos rasgos mas que eran inlegibles, y la última característica que pudo notar es que decía su hombre haber visto a aquella cosa devorar a sus compañeros y lanzar cosas puntiagudas en todas las direcciones. Samantha especuló que posiblemente una de esas cosas tocó a su hombre y eso le causó un posible envenenamiento y por consecuente la muerte.
El rey recibió con gran pena a Samantha y le juro hacer que los 6 y los demás caballeros de la capital dieran unas palabrass y oraran por ellos; pero Samantha se negó y dijo que ellos murieron con valentía de cualquier forma. El rey no sé nego. Recibió la información del último caballero y la mando directamente con los encargados de información que conecta mediante cartas o anuncios de casi todo tipo a las ciudades y pueblos, y les indico que enviaran un reporte a todos lados lo más rápido posible. Después de ello, Samantha hablo:
—Señor, la situación ha cambiado. Cómo miembro de los 6, una perdida de tal magnitud solamente implica que incluso nosotros podríamos tener problemas con lo que sucede en Babel. Con total respeto, le pido que por lo que más quiera del mundo, convoque en el menor tiempo posible al hombre de Ra'aft del que le hable, incluso si debe amenazarlo. Con mi perdida, su presencia aquí podría ser fundamental...—terminó y se arrodilló.
El rey pensó y ante la oferta finalmente acepto.
—Noble Samantha, cuente con mi apoyo. Pero tal como recuerdo, ese joven perdió sus conocimientos mágicos, ¿está segura de esa decisión?—preguntó el rey.
—Solamente necesita un par de meses para entrenar y dominar la magia señor—respondió Samantha con vergüenza.
—¡Bien! ¡Ey tu!—gritó y señalo a uno de los hombres encargados de la información.
El sujeto corrió hacía el rey.
—Quiero que escriban una carta para el hombre "Carter" del pueblo de Ra'aft, amenacen con asesinarlo si no se nos une, e indiquen que tiene solamente 2 meses para prepararse, a petición de la señorita Samantha.
Samantha no dijo palabra alguna ni se negó. Afirmó con la cabeza más bien, y dirigiendo su mirada al rey, bajo la cabeza en señal de respeto, dio las gracias y salió.
Samantha pagó el caballo y lo devolvió sano y salvo. Tomo una carreta que dijo que pasaría por las inmediaciones de la academia. Finalmente, llegó y entro directamente al cuartel.
Al verla, el noble 4: Von Reinhardt, del reino del rey Guiles. Un hombre tan poderoso como altanero e insensible.
—Ah, Samantha, supimos lo de tus hombres, ¿necesitas desahogarte? Aquí estamos—dijo en un tono presumido, pero Samantha no escatimó en el.
Se fue directo a su habitación y no supo cuándo, pero cayó profundamente dormida con la mente totalmente devastada por las decenas de imágenes de sus hombres siendo destruidos.