La joven hija de un gran rey, del reino vecino, siendo parte de una numerosa familia de gran estatus, nadie jamás habría imaginado que Evangeline Valyrian sufriera desde el interior de aquellas puertas, de esos mismos muros que se hacían pasar por un hogar, esperando su salvación, el compromiso llegó a ella, salvándola de ese infierno, con la esperanza de que siendo esposa fuera los alcances de su familia fuera diferente, pero se encontró cara a cara con su verdadero verdugo, más fuerte, haciéndo que su sufrimiento incrementar.
—Prometo amarte y protegerte con mi vida —. Con voz baja menciono aquellas palabras a la mujer que derramaba lágrimas —Mi amada futura esposa —.
Enfrentándose a su destino, Evangeline Valyrian siendo una princesa de una gran casa y apellido, es sentenciada a contraer matrimonio con su verdugo, el príncipe Erick.
Siendo obligada a refugiarse en los muros del palacio, la guerra no tarda en azotar al reino tras los ataques insistentes del enemigo en común.
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Primera comida
Era inexplicable el sentimiento que sentía en ese momento. Topo parecía haberse detenido justo ahí, donde apreciaba la maravilla de la naturaleza.
Había un enorme árbol a la orilla de un lago de aguas cristalinas y brillantes, una pequeña cascada, los pájaros brincaban de árbol en árbol.
Y yo, no podía apartar la vista de esa majestuosa vista.
—Es hermoso, ¿no es así?
—Lo es
Dije sin apartar la vista. Podría vivir toda mi vida ahí, contagiando me dé la naturaleza y de la vida que había a mi alrededor. Era inimaginable, jamás habría pensado que yo viviría un momento como este, pues solo me limitaba a apreciarlos en la lectura.
—Vamos, debemos volver antes de que el sol se oculte
Asentí y la volví a seguir de regreso a aquella casa que se alzaba como mi nuevo hogar.
Caminé recordando los caminos al lago.
Apreté la costura de mi chalina y aprecié la enorme mansión en la cual había despertado esa mañana. Al entrar, aprecié el suave olor a jazmín, los tonos cálidos de las paredes, el olor a la madera de las paredes, el aroma de la cocina.
—Prepare el desayuno, y espero que esta vez, termines tu plato
Hice una ligera mueca con disgusto, no me había agradado la idea de que el médico real les hiciera saber sobre mi complicación alimenticia, me dispuse a tomar a asiento en una de las sillas del comedor y delante de mí fue colocado un plato hondo con avena.
—He visto centenares de veces a mujer pasar por tu complicación y esta avena te abrirá apetito
—He intentado en enumerables ocasiones el intento por comer un platillo, pero jamás lo he logrado
—Ahora lo aras, comerás y recuperar la fuerza, bien, prueba un bocado, anda
Tome el cubierto y tome un poco de la avena caliente, sople un poco y la lleve a mi boca. Sentí el calor de la avena, el sabor a acaramelado combinado con un poco de leche, el sabor invadió mis papilas gustativas.
Ese era el momento, el momento de sentir las náuseas invadirme, pero fue todo lo contrario, sentí el rugido de mi estómago al primer bocado y Leticia logró ver el ambiente en mis ojos pues me miró con una sonrisa.
—Despacio, si comes apresurada sentirás el resentimiento de tu estómago, así termina tu avena con lentitud
Asentí lentamente volviendo a repetir la misma acción y comer en pausas de la avena. La vi sonreír, mostrando su blanca dentadura y después se alejó para colocar frente a mi un trozo de pan con mantequilla y un vaso de leche.
Por primera vez en años, no había vomitado al probar bocado, no había sentido náuseas, no tuve la necesidad de haber corrido hasta tomar un valde y derrochar mi vida en su interior, no habia nada que me impidiera disgustar y probar los aliementos que no podia tolerar en mi boca y eso me hizo sentir verdaderamente, ¿Feliz? Si, estaba feliz, de que no me vi en la necesidad de devolver la primera cucharada de mi plato.
Cubrí mi boca con una de mis manos, antes de que un jadeo de la alegría fuera emitido de mi garganta, las lágrimas no tardaron en brotar, con mi mano apreté mi chalina y cerré mis ojos con fuerza, intente evitar que se me escuchara, pero Leticia escucho mi jadeo lo que provocó que llamara su atención, sonrió con ligereza y camino rápidamente a mi lado, envolviéndome en sus brazos compartiendo mi felicidad, una felicidad que, de no ser por ella, jamás hubiera sido posible, que yo, comiera.
conozco personas q padecen lo mismo y son más tenebrosos q hermosos, no tiene sentido
Voy a arrancar otra vez haber q onda🤣