En el antiguo jardín de la mansión, la mesa de té estaba meticulosamente dispuesta para dos, mientras el sol de la tarde bañaba el escenario con suavidad. El hombre, impecable en su apariencia pero distante en su mirada, apenas prestaba atención a la dama frente a él. Sus cabellos rubios danzaban con la brisa, pero su expresión reflejaba tristeza y resignación. Con voz serena pero cargada de pesar, ella deslizó un documento sobre la mesa, diciendo: "Espero que encuentre a alguien que lo ame en la medida en que usted no lo considere una molestia."
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Capitulo 14
En el ducado Beaumont, un ambiente extraño y sombrío se había instalado desde la partida repentina de la joven Everglen. El Duque Lucian, por lo general imperturbable y elegante, mostraba signos de irritación constante, y su temperamento se volvía cada vez más impredecible. Una atmósfera pesada y opresiva envolvía la mansión Beaumont, extendiéndose por cada rincón y afectando incluso a los sirvientes y criados que deambulaban por los pasillos.
En la elegante y sobria oficina ducal, el Duque Lucian se encontraba sentado tras su escritorio, con una expresión más fría y distante de lo habitual. Frunció el ceño cuando el mayordomo entró con la noticia de que no había llegado ninguna carta de Lady Edith. Dos meses habían pasado desde su partida, y la ausencia de noticias solo aumentaban la incomodidad y el disgusto en Lucian.
- Lucian: [Ya han pasado dos meses... el suficiente tiempo como para que reflexiones]
Pensó Lucian para sí mismo, mientras se perdía en sus pensamientos. Sin darse cuenta, un descuido hizo que derramara su té, empapando los documentos sobre su escritorio. Este error, algo inusual para el meticuloso Duque, lo desconcertó profundamente.
Al sacar su pañuelo para secarse, el Duque detuvo su movimiento al ver el escudo del ducado Beaumont bordado en él, junto con su propio nombre.
La imagen de cuando Edith le entregó ese pañuelo, con su delicadeza y gentileza característica, se apoderó de su mente. Por un instante, la fría máscara de Lucian pareció temblar, revelando una grieta en su aparente indiferencia. Sin embargo, en un instante, volvió a su expresión impasible, ocultando cualquier rastro de emoción que pudiera haber mostrado.
En medio del caos silencioso de su oficina, con los documentos empapados y el té derramado, Lucian se encontraba inmerso en sus pensamientos.
En un momento de claridad, mientras miraba fijamente el pañuelo bordado con el emblema de su ducado, una seguridad orgullosa lleno sus ojos. La idea de que no importaba cuánto tiempo pasara, porque Edith Everglen regresaría a él, se aferraba a su mente
- Lucian: [Por qué Edith Everglen me ama, porque Edith Everglen no sabe vivir sin mí... porque inevitablemental final del día, cuando voltee estarás ahí... volverás a mi Edith]
Edith, frente a la mirada aparentemente tranquila de su padre, se sorprendió por la falta de severidad en su interrogatorio sobre la ruptura del compromiso con el Duque Lucian. Mientras se preguntaba si había oído correctamente, la inesperada pregunta de su padre la desconcertó.
- Marqués Everglen: ¿Por qué has roto tu compromiso con el Duque Beaumont?
Edith, incrédula, creyó por un momento haber malinterpretado la situació. Edith creyó haber oído mal. No esperaba que él mostrara interés en sus motivos. Pero entonces, un pensamiento le cruzó la mente, sembrando la duda: ¿qué pasaría si su respuesta cambiaba la percepción que su padre tenía de ella?
- Edith:[Me dirá que soy estúpida y que eso no es un problema.
pensó Edith, imaginando la reacción de su padre. Sin embargo, sabía que no podía mentirle. Aunque las palabras se atascaban en su garganta y le causaban dolor, Edith finalmente reunió el coraje para decir la verdad.
- Edith: Porque era infeliz.
Declaró con firmeza. El Marqués abrió los ojos con sorpresa ante la respuesta de su hija. El silencio se hizo eco, llenando el espacio entre ellos. Los minutos parecían eternos mientras Edith esperaba una reacción de su padre.
El pánico y la inseguridad comenzaron a apoderarse de ella mientras el silencio persistía. Incapaz de soportar la tensión, Edith empezó a balbucear incoherencias, impulsada por el nerviosismo que la consumía.
- Edith: En realidad, Dalton tenía razón. El Duque me dejó porque no era lo suficientemente buena. Discúlpame, padre, yo... yo no quería decepcionarlos. Mi madre tiene razón, me avergüenzo de mí misma por ser tan incompetente. Yo...
La voz de su padre rsono está vez si molesta y cortante, interrumpiendo las angustiantes palabras de Edith.
- Marqués Everglen: Edith Everglen, por favor, no digas una palabra más.
Edith, al escuchar la voz molesta de su padre, se estremeció.
- Edith: [Está molesto... lo arruiné]
Pensó, sintiendo un profundo dolor en su interior. Sin embargo, antes de que pudiera procesar completamente su reacción, en lugar de reproches, su padre continuó hablando, y cada palabra resonó en la habitación, impactando a Edith de maneras inesperadas.
-Marqués Everglen: ¿Qué no tienes orgullo? ¿No es la familia Everglen lo suficientemente importante como para que menosprecies este apellido aceptando que digan ese tipo de cosas sobre ti? ¿Por qué mientes, Edith? ¿Por qué dices que eres incompetente? ¿Por qué dices que no eres lo suficientemente buena? No es así en absoluto. Quién debería preguntarse qué ha hecho para merecerte es ese hombre, Lucian Beaumont. ¿Quién demonios se cree para hacer infeliz a mi hija?
Edith, atónita, no podía creer las palabras que salían de la boca de su padre. La sorpresa se mezclaba con una sensación agradable y dolorosa a la vez. Nunca habían tenido una relación cercana; pocas veces compartieron conversaciones significativas. De repente, su padre expresaba un apoyo y una protección que Edith nunca imaginó.
- Marqués Everglen: levanta la cabeza Edith y mírame a los ojos.
Lentamente, Edith levantó la cabeza, encontrándose con una mirada más suave de lo que esperaba en los ojos de su padre. Sin embargo, en medio del alivio que sentía al ver esa expresión, una verdad dolorosa la golpeó como una pregunta: ¿por qué había tenido que sufrir tanto para poder ver esa mirada reconfortante?
Se preguntaba si el sufrimiento que había experimentado era un requisito necesario para obtener ese tipo de comprensión y apoyo. ¿Valía la pena esperar tanto tiempo por ese sentimiento de alivio y comprensión?
Mientras luchaba con estas preguntas internas, el dolor en su corazón parecía intensificarse. Había pasado por tantos momentos difíciles y dolorosos desde que rompió su compromiso con el Duque, no , incluso desde antes. La incertidumbre, el miedo y la soledad habían sido compañeros constantes en su vida en la que siempre estuvo sola, y en quién únicamente podía confiar era en ella misma.
El Marqués se sorprendió al ver la expresión de Edith. Aunque las lágrimas caían como grandes gotas de lluvia, su expresión era dura y sus ojos expresaban un sentimiento odioso.
Pasó saliva nerviosamente, sintiendo la presión de la situación. No se había preparado para una reacción tan intensa por parte de Edith. En su intento de reconfortarla, no había considerado lo profundamente dañada que estaba, y parecía haberla herido más.
Muchas felicidades, ya que desde el comienzo se vio el esmero que puso por hacer o escribir de forma hermosa su libro 💐
/Heart/