El Demonio De Altamar

¿Por dónde debería empezar? Quizás diciéndole mis sentimientos, aunque después de que me encontró en lo de Lady Gisel, era ser medio morboso. ¿Explicándole mis palabras el día del velorio de su hermana? No sé por dónde empezar y me carcomen los nervios. Siento su mirada, su profunda mirada pendiente del movimiento de mis labios, pero aquí estoy asustado ¿dije asustado? Por primera vez en mi vida, siento miedo.

¿cómo ha estado?- ¿En serio le pregunte eso? Soy un idiota.

Bien ¿y usted?- veo cómo bebe su te.

perdón- dije sin darle más vueltas, vi como ella dejó la taza en su platito y levanto su mirada confundida -quiero pedirle perdón por todo, lo que dije hace años atrás en su presencia, sé que quizás no merezco sus disculpas, pero aun así quiero poder decirle todo aquello que mi corazón alberga. Soy un impulsivo que muchas veces no piensa en las palabras adecuadas y larga directamente lo que piensa, sé que la he deshonrado en más de una ocasión y nunca pude decirle cuanto lo lamento- no sé si eran las palabras adecuadas, pero así las sentía.

¿Usted sabía que Anabella escaparía con Aníbal?- abrí los ojos como platos, ¿a qué se debía esa pregunta?.

sí, estaba enterado- le dije, no tenía porque mentirle.

Mi hermana se enamoró de él cuando éramos pequeños, un día me lo confesó y yo estaba muy emocionada con su idea de escape, más allá de que era como un amor de aquellos libros que ella me leía ¿Sabe por qué?- me pregunto y yo negué con la cabeza -porque yo estaba enamorada de usted- sus palabras me descolocaron, hablaba en pasado, eso quiere decir que ya no sentía nada por mi -sabía que su romance iba a hacer que nuestros padres tuviesen que cambiar sus planes y le juro que mi corazón estaba más que contento con esa idea, ella lo sabía y siempre tendría mi apoyo, pero las cosas no se dieron de esa manera y debo decirle que sus palabras el día de su velorio me partieron el corazón siempre me pregunté ¿cómo podía haberme enamorado de alguien tan frío?-

No tenía palabras para contestar eso, aun recordaba el motivo que había hecho que enojado dijera aquello de lo que siempre me había reprochado.

No hay palabras que pueda decir que alivien su dolor, pero debo ser sincero, mi dolor fue el verla llorar de esa manera y no poder ser yo quien la abrazara y la consolará, primero porque nadie sabía que yo correspondía a sus sentimientos, ni siquiera mi hermano y segundo porque sería mal visto que esté tan pendiente de usted cuando la que había fallecido era mi prometida. No podía permitir que mancillaran su nombre- le dije sinceramente.

Su hermano le prometió que siempre cuidaría de mí, por eso teníamos tan buena relación, más allá de que siempre nos sentimos como familia, el jamás dejo de protegerme. me enteré de él promesa un año después de la partida de mi hermana- podía ver como sus lágrimas caían sobre sus manos, extendí mi mano para poder secarle una de las mejillas y por primera vez ella me permitió tocarla.

Yo no sabía nada de eso, mi hermano jamás hablo conmigo- le dije sintiendo un nudo en la garganta. ¿por qué Aníbal me había ocultado eso?

Él jamás se lo iba a decir, porque así yo se lo pedí, acepte cuando cambiaron las propuestas nuestros padres, pero debo serle sincera, el dolor de sus palabras aún retumbaban en mi cabeza y la fiesta donde se anunciaría nuestro compromiso fue el detonante. Lo vi coquetear con Lady Gisel, vi como le entregaba algo y luego en el baño la escuché hablar de que cuando nos casáramos iban a ser amantes- quise decir algo, pero su mirada fulminante me lo impidió -salí corriendo de la fiesta y fui al único lugar donde podría llorar sin que nadie me molestará, me fui al mausoleo donde está mi hermana, debo admitir que de noche el camino al cementerio es muy aterrador, pero quería estar sola. Salte la reja, aún con el vestido que llevaba, estuve varias horas ahí, hasta que Aníbal me encontró. Como había estado sentada en mis piernas durante tiempo que no pude pararme, por eso me cargo en sus brazos y me llevó de nuevo hasta la fiesta. Sabía que todos pensarían mal, pero siendo sinceros ya no me importaba, no había nada que me importara porque tanto mi corazón como mi alma dolían horrores- podía sentir su dolor y la escuchaba tragar saliva amargamente -jamás pensé que usted fuese de esas personas que eligieran creer a los demás antes de a la mujer que iba a casarse- suspiro de forma fuerte -me fui esa misma noche, ya no había nada acá que me pudiese dar lo que necesitaba para sanar- tomó el último sorbo de té y dejó la taza - mi tía fue de mucha ayuda, me enseñó todo lo que sé dé medicina y de plantas, volví al pueblo luego del ataque, solamente para enterarme de que no podría quedarme con nada de lo que mis padres tenían, debía dimitir que pensaba irme, pero el doctor necesitaba ayuda y me acogió en su casa como si fuese su hija, quizás por el hecho de que mi padre siempre donaba para este consultorio o porque le di lástima, la verdad es que no lo sé-

Déjeme ayudarla- me miro sorprendida, no sabía que más decirle, sus palabras me habían dolido hasta el alma, porque siendo sinceros jamás pensé que realmente todo eso hubiese pasado y yo no hubiese sabido nada.

Se lo agradezco Lord Black, pero no es necesario, tengo aquí todo lo que necesito- nuevamente volvió a enfriar su mirada hacia mí y me lo merecía.

Usted merece mucho más y lo sabe, déjeme arreglar o enmendar mis errores por favor- le supliqué sinceramente.

No es necesario, créame. Estoy bastante cómoda con mi vida y no me gustaría que mi reputación manchara su nombre- me dijo sin dejar de mirarme.

¿Cree que eso me interesa?- le pregunte serio.

No es si le interesa o no, es lo que yo siento, no quiero ser la damisela rescatada de nadie ni tampoco quiero que se sienta obligado por la amistad de nuestros padres- sus palabras eran duras pero ciertas, aunque en ningún momento me sentiría obligado.

Le propongo esto y por favor piénselo, yo debo retirarme, tengo un duelo al amanecer, pero en serio piense en mi propuesta, me gustaría poder de alguna manera enmendar los errores del pasado- le dije y me levante de la silla.

¿Duelo?- pregunto sorprendida.

Con Lord Brishop- le dije.

Tenga cuidado, suele tener a alguien escondido que dispara en el mismo momento que él, en caso de que no acierte- me dijo.

Bien, cambiaré las armas a espadas- intenté sonar duro, pero siendo sinceros mi mente era un puto caos.

Espero que resulte vencedor y en cuanto a su propuesta, no hay nada que pensar ya le dije mi respuesta, Lord Black- me dijo acompañándome hasta la puerta -que tenga éxitos Mañana-

mañana vendré a verla, por favor espéreme- le dije y me retire, no deje que me dijera nada más, no quería que me rechazara de nuevo.

Me fui directamente al hotel, tenía mucho en que pensar e intentar descansar un rato para el duelo, seguro que Luis me estaría esperando despierto y si tenía suerte me había conseguido algo de comer. Aunque siendo sinceros, no podría pasar un solo bocado por mi garganta, esta noche y esa charla me habían dado muchísimo en que creer y me habían aclarado demasiadas cosas. Pagaría demasiado caro mis errores y ya hoy los estaba pagando, el haberla escuchado decirme que me amaba por un momento me había alegrado, hasta que entendí que hablaba en pasado. tenía que intentar recuperar ese amor que me tenía.