Una Esposa Infiel.

Muy temprano por la mañana, Un cielo azul cobalto saluda al amanecer, el Astro rey busca su soberanía entre las nubes que lo cubren, Javier sale de su departamento para ir a correr. a insistencia de Ellen, ella lo acompaña, con una gorra de visera que cubre su rostro, unos auriculares con música que llena de energía su espíritu, los dos enamorados hacen carreras, entre otros juegos, para alegrar su recorrido.

Frente al edificio se encuentra en un auto negro observando a la feliz pareja. tomando fotos las cuales les mostrará a Francisco el cual estaba tomando un café mientras se actualiza con las noticias del mercado de valores, derrama un poco de café sobre su Tableta al ver las fotos que mando el hombre que mandó a seguir a Ellen, rápido reconoce a Ellen y al joven que la acompaña.

Francisco _ El maldito escritor de quinta.

Después de terminar su recorrido la feliz pareja vuelve al departamento donde juntos ingresan a tomar una satisfactoria ducha juntos.

Luego Javier va a trabajar a la librería, donde por una extraña razón se siente vigilado.

La verdad es que no está lejos de la verdad. a través de las cámaras, Javier es vigilado por el ojo crítico de Francisco. el cuál está disgustado, por qué este joven el que goza a diario del cuerpo de Ellen.

La que ahora aparte de ser un reto, se está convirtiendo en una obsesión para Francisco Tamayo, al cual no le gusta perder y menos ante un humilde escritor, puede que sea joven aún pero carece de la experiencia y malicia de Francisco, el cual siempre se ha rodeado de bellas y sofisticadas mujeres.

Francisco pide que llamen a Andres Acuña, su abogado y encargado de ciertos trabajos especiales.

Andres se presenta ante Francisco. _ Digame señor Tamayo.

Francisco _ Quiero que investigues todo acerca de Javier el escritor que trabaja en la librería.

Andres _ Algo en especial señor.

Francisco _ ¿No me oíste? Toda su vida, debilidades sueños aspiraciones, planes etc.

Andres _ Si señor así lo haré ahora mismo.

Por otro lado Felipe está en casa de Cecilia, tratando de que ella le diga el paradero de Ellen.

Ellen _ tranquila en el departamento de Javier, con tantas horas libres, piensa en cómo hacer para plasmar sus ideas en un libro, si Ellen quiere escribir un libro, aún no sabe de qué, tal vez de sus memorias, los momentos de felicidad junto a Javier, si escribe acerca de Javier, podría relatar como son sus encuentros en la intimidad. Una sonrisa de lado se le escapa, Así es como pone como primera palabra en las líneas de ese cuaderno en blanco.

Había una vez....

Hasta que siente como unas suaves y grandes manos pasan por su espalda, los dedos largos invaden el interior de la blusa que lleva puesta.

Una sonrisa cómplice emite Ellen.

Javier un tanto más atrevido, peñisca las puntas excitadas de Ellen. la que atrapa sus manos para aferrarse a el.

Ellen piensa. _ Será posible tanta felicidad, tener a su lado a un hombre tan cariñoso, atento, cada día que viene a su encuentro, le trae algo, un pequeño detalle así sea una pequeña flor que tomo de un jardín.

Javier levanta el cuerpo de Ellen, estando a su espalda aspira todo su aroma, sus labios gruesos recorren el cuello de Ellen, la que entre delirios se apega más al cuerpo de su amado, así es que puede sentir como despierta el deseo en Javier y se hace notar, se hace sentir, apretando a su mujer mas hacia el, lo insaciable que son ellos dos. Es increíble, pues no pasa ni un día en que ellos dos se entreguen y disfruten de la pasión que sus cuerpos desbordan.

Allí en el balcón es que los dos se siguen besando, caminando hacia la sala del departamento, las manos expertas de Javier recorren la piel de Ellen, la que se separa de el, y decide dar besos hacia el sur.

Javier que presiente lo que Ellen va a hacer cierra los ojos para sentir todas las sensaciones que le brinda su mujer, Las mejillas de Javier se tornan rojas, al igual que sus orejas. sus manos toman el cabello de Ellen.

Mientras Ellen tiene entre sus manos la longitud de Javier, el brillo que tiene su cabeza, da la clara necesidad de besarlo. Los labios de Ellen se apoderan de Javier. pequeños besos, hasta probar todo su sabor. Ellen va más allá y quiere probar hasta donde puede recibirlo, Javier se entusiasma y con jadeos empieza a dar pequeñas estocadas al rostro de Ellen, Lágrimas empiezan a brotar de los ojos de Ellen, la que se siente ahogar y pone una mano en el estómago de Javier para tratar de detenerlo.

Javier vuelve en si, y al bajar su mirada para ver a su mujer, le apena ver como ella sufre, pero que más da por ser un poco descarado, decide levantarla, darle vuelta y meter sus manos debajo de su falda, para hacer a un lado sus Bragas y colocarse dentro, tan dentro que Ellen, se queja por la gran intromisión.

_ Pa. para. Dice Ellen.

Pero Javier esta vuelto loco que aprieta con sus dos manos las caderas de Ellen y dando cada vez más duro en ella.

Las rodillas de Ellen tiemblan así que las sube sobre el sofá.

Unas estocadas más y Javier explota dentro de Ellen. se acerca a su espalda la cual besa. y dice. _ Disculpa cariño, es que eres tan, tan deliciosa.

Ellen _ Aja, déjame ir al baño.

Javier se acerca a ella y la toma en brazos. _ Yo mismo te llevo. mostrando una sonrisa satisfactoria a Ellen.

Después de la ducha no tan rápida como hubiera querido Ellen. los dos se aproximan a la cocina. Comen juntos, al acabar es Javier quien decide lavar los platos, primero besa las manos de Ellen y le agradece por la comida que le preparo.

Juntos luego van al dormitorio pues están cansados, Ellen se acomoda en el brazo de Javier. El por su parte atrae hacia el a su mujer, acomoda su cabeza a un lado de la de ella y la estrecha por la cintura. es así que la noche es cómplice de la unión de estos dos amantes, a los cuales la intrusa luz de luna ilumina su descanso.