irem conoce a un misterioso hombre con el cual comienza a hablar a escondidas de sus padres
¿su familia podrá aceptar una relación con aquel hombre ? ¿ siendo el 6 años mayor que ella ?
Qué hará irem al saber la verdadera identidad de aquel hombre misterioso.
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cena de novios
Irem se sintió un poco más tranquila después de hablar con Enzo, pero todavía no podía dormir. Su mente seguía pensando en su madre y en su relación con Enzo. Se preguntaba qué pasaría si su madre nunca aceptaba a Enzo.
De repente, escuchó un ruido en la puerta de su habitación. Era su madre. "Irem, ¿estás despierta?", preguntó.
Irem se sentó en la cama. "Sí, mamá", respondió.
Su madre entró en la habitación y se sentó en la cama junto a ella. "Lo siento por lo que dije antes", dijo. "No quiero que pienses que no te amo o que no quiero que seas feliz".
Irem se sintió sorprendida. "Mamá, no tienes que disculparte", dijo. "Entiendo que estés preocupada".
Su madre la miró con lágrimas en los ojos. "Solo quiero lo mejor para ti", dijo. "Y si Enzo es lo que te hace feliz, entonces estoy dispuesta a conocerlo mejor".
Irem se sintió emocionada. "Gracias, mamá", dijo. "Significa mucho para mí que estés dispuesta a darle una oportunidad".
Su madre sonrió un poco. "Pero no te creas que esto significa que voy a dejar de preocuparme por ti", dijo. "Voy a seguir siendo tu madre y voy a seguir cuidándote".
Irem se rió. "Lo sé, mamá", dijo. "Y te amo por eso".
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El día del almuerzo, Irem estaba nerviosa. Su madre había preparado un delicioso menú y la casa estaba impecable. Enzo llegó puntualmente y se presentó en la puerta.
Irem lo recibió con una sonrisa. "Hola, cariño", dijo. "Pasa, mi madre te está esperando".
Enzo se sintió un poco nervioso, pero se tranquilizó al ver a Irem sonreír. Entró en la casa y se dirigió al salón, donde estaba la madre de Irem.
La madre de Irem se levantó para saludarlo. "Hola, Enzo", dijo. "Encantada de conocerte".
Enzo se inclinó para besar su mano. "El placer es mío, señora", dijo.
De repente, el padre de Irem entró en el salón. "Hola, Enzo", dijo. "Soy el padre de Irem. Me alegra conocerte".
Enzo se sorprendió un poco, pero se recuperó rápidamente. "Señor, es un placer conocerlo", dijo, estrechándole la mano.
El padre de Irem lo miró con curiosidad. "Así que eres el joven que ha robado el corazón de mi hija", dijo con una sonrisa.
Enzo se rió. "Sí, señor", dijo. "Me siento muy afortunado de tener a Irem en mi vida".
La madre de Irem intervino. "Bueno, vamos a sentarnos a comer", dijo. "Estoy segura de que todos tenemos hambre".
Se sentaron a la mesa y comenzaron a comer. La conversación fue agradable y relajada, y Irem se sintió feliz de ver a su familia y a Enzo conectándose.
Después de un delicioso almuerzo, Enzo y su padre se sentaron en el salón con la familia de Irem. Enzo se levantó y se acercó a la madre de Irem.
"Señora Olivia", dijo, "quiero pedirle permiso para seguir saliendo con Irem. Me gustaría tener su bendición y su aprobación para nuestra relación".
La madre de Irem se sorprendió por la formalidad de Enzo, pero se sintió conmovida por su respeto. "Enzo, eso es muy amable de tu parte", dijo. "Pero creo que ya hemos hablado sobre esto. Lo que importa es que Irem sea feliz".
Enzo sonrió. "Sí, lo sé", dijo. "Pero quiero hacer las cosas bien. Quiero que sepa que respeto su opinión y que valoro su relación con Irem".
El padre de Enzo intervino. "Olivia, permíteme decir algo", dijo. "Mi hijo es un hombre responsable y honesto. Lo he educado para que respete a las mujeres y a las familias. Estoy seguro de que hará lo mejor para Irem".
La madre de Irem se sintió conmovida por las palabras del padre de Enzo. "Gracias por decir eso", dijo. "Me siento más tranquila sabiendo que Enzo tiene una familia que lo apoya".
Enzo se arrodilló y tomó la mano de Irem. "Irem, ¿quieres seguir saliendo conmigo?", preguntó.
Irem se rió y asintió con la cabeza. "Sí, quiero", dijo.
La madre de Irem sonrió. "Bueno, supongo que no tengo más remedio que dar mi bendición", dijo.
Enzo se levantó y abrazó a la madre de Irem. "Gracias, señora Olivia", dijo. "Me comprometo a cuidar a Irem y a hacerla feliz".
La madre de Irem miró a Enzo con seriedad. "Recuerda, Enzo, solo te pido una cosa", dijo. "Cuida a mi hija y hazla feliz. Si la lastimas, solo te diré una cosa: no te perdonaré nunca".
Enzo se sintió un poco intimidado por la mirada de la madre de Irem, pero se comprometió a cumplir con su petición. "Señora Olivia, le prometo que haré todo lo posible para hacerla feliz", dijo. "La amo y la respeto, y nunca haría nada para lastimarla".
La madre de Irem lo miró fijamente durante un momento, y luego asintió con la cabeza. "Está bien", dijo. "Confío en ti, Enzo. Pero recuerda, solo te estoy dando una oportunidad".
Irem se sintió aliviada de que su madre hubiera aceptado a Enzo. Se levantó y abrazó a su madre. "Gracias, mamá", dijo. "Te amo".
La madre de Irem la abrazó también. "Te amo, hija", dijo. "Y espero que Enzo te haga feliz".
Enzo se sintió emocionado de haber ganado la confianza de la madre de Irem. Se comprometió a hacer todo lo posible para mantenerla y hacerla feliz.
Dos meses habían pasado desde que Irem y Enzo se convirtieron en novios, y todo iba a la perfección entre ellos. Se veían todos los días, salían juntos, se reían y se amaban. La relación era intensa y apasionada, y ambos se sentían muy felices.
Irem se sentía como si hubiera encontrado a su alma gemela en Enzo. Él la hacía sentirse segura, amada y respetada. Y Enzo, por su parte, se sentía afortunado de haber encontrado a alguien como Irem, que lo amaba y lo apoyaba incondicionalmente.
Sus amigos y familiares se dieron cuenta del cambio en ellos y se alegraron de verlos tan felices. La madre de Irem, que al principio había tenido dudas sobre Enzo, ahora lo aceptaba como parte de la familia y lo trataba con cariño.
Un día, mientras paseaban por el parque, Enzo tomó la mano de Irem y se detuvo en un lugar tranquilo. "Irem, ¿sabes qué?", dijo, mirándola a los ojos. "Me encanta estar contigo. Me siento como si hubiera encontrado mi hogar en ti".
Irem sonrió y se acercó a él. "Yo también me siento así", dijo. "Te amo, Enzo".
Enzo la abrazó y la besó. "Te amo también, Irem", dijo. "Y quiero pasar el resto de mi vida contigo".
Irem se sintió emocionada al escuchar esas palabras.
Irem decidió preparar una cena romántica para ellos solos, para celebrar los dos meses de relación y para demostrarle a Enzo lo mucho que lo amaba. Se pasó todo el día cocinando y preparando la mesa, con velas, flores y música suave.
Cuando Enzo llegó a casa, se sorprendió al ver la mesa puesta y el ambiente romántico. "Irem, esto es increíble", dijo, abrazándola. "¿Qué has hecho?"
Irem sonrió. "Quería sorprenderte", dijo. "Quería que esta noche fuera especial".
Enzo la besó y se sentó a la mesa. "Esto es más que especial", dijo. "Esto es perfecto".
Irem se sentó frente a él y comenzaron a cenar. La comida era deliciosa y la conversación fue fácil y relajada. Se reían y se miraban a los ojos, disfrutando del momento.
Después de cenar, Enzo se levantó y se acercó a Irem. "Quiero bailar contigo", dijo, tomándola de la mano.
Irem se levantó y se dejó llevar por Enzo. Bailaron lentamente, con la música suave y las velas encendidas. Se sentían como si estuvieran en un sueño.
De repente, Enzo se detuvo y la miró a los ojos. "Irem, quiero decirte algo", dijo.
Irem se sintió un poco nerviosa. "¿Qué es?", preguntó.
Enzo sonrió. "Quiero que sepas que te amo más que ayer, pero menos que mañana", dijo.
Irem se rió y lo abrazó. "Yo también te amo", dijo.
Irem se sorprendió al ver a su madre bajando las escaleras con una maleta en mano. "¿Mamá, qué pasa?", preguntó.
Su madre sonrió. "Cariño, Enzo me habló esta mañana para pedir permiso para llevarte a una cabaña fuera de la ciudad", dijo. "Y como ya sabes que confío en él, le dije que sí. Así que haz tu maleta, porque te vas por unos días".
Irem se sintió emocionada y un poco sorprendida. "¿Y por qué no me dijiste nada?", preguntó.
Su madre se rió. "Quería que fuera una sorpresa", dijo. "Además, Enzo me pidió que no te dijera nada hasta que estuviera lista para irte. Así que, ¡vamos! Haz tu maleta y cuídate. Nos vemos el lunes por la mañana".
Irem se fue corriendo a hacer su maleta, emocionada por la aventura que la esperaba. Cuando bajó, Enzo estaba esperándola en la puerta, con una sonrisa en el rostro.
"¿Estás lista?", preguntó.
Irem asintió con la cabeza. "Sí, estoy lista", dijo.
Enzo la tomó de la mano y la llevó al auto. "Vamos a pasar unos días juntos, solo nosotros dos", dijo. "Vamos a disfrutar del paisaje, del sol y de la naturaleza. Y, quién sabe, tal vez descubramos algo nuevo sobre nosotros mismos".
Irem se sintió emocionada y un poco nerviosa.
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La cabaña era aún más hermosa de lo que Irem había imaginado. Estaba rodeada de enormes pinos que se elevaban hacia el cielo, y un río cristalino corría detrás de ella. Irem se sintió emocionada y se acercó a Enzo para abrazarlo.
"Es hermosa", dijo. "Me encanta".
Enzo sonrió y la besó. "Me alegra que te guste", dijo. "Quería que fuera un lugar especial para nosotros".
Después de un rato de disfrutar del paisaje y de la cabaña, Enzo sugirió que fueran al pueblo que quedaba a medio hora de ahí. "Vamos a conocer el lugar", dijo. "Puedo mostrarles algunos de los lugares más bonitos de la zona".
Irem asintió con la cabeza y se subieron al auto. El pueblo era pequeño y acogedor, con calles empedradas y casas de madera. Había un mercado en el centro, donde vendían productos locales y artesanías.
Irem se sintió fascinada por la cultura y la historia del lugar. Enzo la tomó de la mano y la llevó a recorrer las calles, mostrándole los lugares más interesantes.
Llegaron a una plaza central, donde había una fuente y un monumento a un héroe local. Irem se sentó en un banco y miró alrededor. "Es un lugar tan tranquilo y pacífico", dijo.
Enzo se sentó a su lado y la abrazó. "Sí, lo es", dijo. "Me encanta venir aquí para escapar del estrés de la ciudad".
De repente, Irem vio un cartel que decía "Festival de la Luna" y se sintió emocionada. "¿Qué es esto?", preguntó.
Enzo sonrió. "Es un festival que se celebra esta noche", dijo. "Hay música, comida y baile bajo la luna llena. ¿Quieres ir?"
Irem asintió con la cabeza. "Sí, quiero ir", dijo.
La noche cayó sobre el pueblo y el festival comenzó a animarse. La música sonaba desde un escenario en el centro de la plaza y la gente bailaba y se reía. Irem y Enzo se unieron a la multitud y se dejaron llevar por la energía del festival.
Irem se sintió emocionada al ver la variedad de puestos de comida y artesanías que había en el festival. Enzo la llevó a probar algunos de los platos típicos de la región y ella se sorprendió por la riqueza de sabores y texturas.
Mientras bailaban, Irem se sintió como si estuviera en un sueño. La luna llena brillaba sobre ellos y la música era como una melodía que los unía. Enzo la tomó de la mano y la llevó a un lugar más tranquilo, cerca del río.
"Quiero que veas algo", dijo, llevándola a una zona más oscura del festival.
Irem se sintió un poco nerviosa, pero confiaba en Enzo. Cuando llegaron al lugar, vio que era un paseo de luces que se reflejaban en el río. Era como un camino de estrellas que los llevaba a un lugar mágico.
"Es hermoso", dijo Irem, emocionada.
Enzo sonrió y la abrazó. "Quería que lo vieras", dijo. "Es un lugar especial".
De repente, la música se detuvo y un hombre subió al escenario. "¡Atención, atención!", gritó. "Es hora de la tradición del festival de la luna".
Irem se sintió curiosa. "¿Qué es?", preguntó.
Enzo sonrió. "Es una tradición que se hace cada año en este festival", dijo. "Un hombre y una mujer se suben al escenario y hacen una promesa de amor bajo la luna llena".
Irem se sintió emocionada. "¿Y qué pasa si...", comenzó a decir.
Enzo la interrumpió. "¿Quieres hacerlo conmigo?", preguntó, mirándola a los ojos.
Irem se sintió sorprendida, pero también emocionada.
Irem asintió con la cabeza, emocionada. "Sí, vamos", dijo.
Enzo sonrió y la tomó de la mano. Subieron al escenario, donde los esperaba el hombre que había anunciado la tradición. La multitud los rodeó, aplaudiendo y vitoreando.
El hombre les dio la bienvenida y explicó la tradición. "La promesa de amor bajo la luna llena es un compromiso eterno", dijo. "Es un voto de amor y lealtad que se hace en presencia de la luna y de la comunidad".
Irem y Enzo se miraron a los ojos, emocionados. El hombre les dio un anillo cada uno y les pidió que se tomaran de la mano.
"Repitan conmigo", dijo el hombre. "Prometo amarte y respetarte, en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe".
Irem y Enzo repitieron las palabras, mirándose a los ojos. La multitud aplaudió y vitoreó mientras ellos se besaban bajo la luna llena.
Fue un momento mágico, lleno de emoción y amor. Irem se sintió como si estuviera flotando en el aire, con Enzo a su lado.
Después de la ceremonia, la multitud los rodeó para felicitarlos. Irem y Enzo se abrazaron y se besaron, rodeados de la gente.
"Te amo", dijo Enzo, mirándola a los ojos.
"Te amo también", respondió Irem.
La noche continuó con música, baile y celebración. Irem y Enzo se sintieron como si estuvieran en un sueño, rodeados de amor y felicidad.