La dulce y amable Mia ve su vida trastocada luego una tragedia familiar, la adolescente tendrá que encontrar la manera de convivir con los hijos de su tutora. Y tendrá que tomar una difícil decisión.
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Capítulo 17
MIA NARRANDO:
Por más que no quiera aceptarlo, ¡Jhony está extraño! Intenté hablar con él toda la mañana, incluso se sentó a mi lado en clase, pero se quedó callado todo el tiempo, le preguntaba algo y respondía con lo necesario. Entonces tomé una decisión, voy a dejar que se tome el tiempo que necesite, para que pueda decirme qué está pasando, de hecho creo que la cuestión es que ni él lo sabe.
Estamos en la última clase del día, él está allí en su silla en silencio pasando las hojas de su cuaderno mientras lo observo sin decir nada, me asusto con la voz grave de Bryan.
Bryan- ¿Qué anotaste en la pregunta 5?
Él discretamente cerca de mi oído
Mia- ¡Ay, qué susto Bryan!
Digo arrastrando la voz para no llamar la atención del profesor. Bryan ríe.
Bryan- Lo siento, ¡no quise asustarte!
Mia- ¡Está bien! ¿Qué anoté?
Hago una pausa antes de continuar.
Mia- ¿Sabías que copiar la prueba del compañero está mal, Bryan Peterson?
Parece que ahora está avergonzado.
Bryan- Ah, es solo una ayudita, vamos.
Le sonrío y le digo la respuesta a la pregunta.
Bryan- ¿Qué van a hacer después de clase? Ryan y yo estábamos pensando en ir a Starbucks.
Dice estirándose aún más para alcanzar mi silla.
Mia- Uy, ¡hoy no va a poder ser! Ahora tengo un trabajo.
Digo en voz baja con la mano en la boca.
Bryan- Uau, además de inteligente también es trabajadora.
Dice suspirando en broma.
Mia- ¡Deja de bromear!
Bryan- ¡Ahora yo también quiero un trabajo!
Ryan- Oigan ustedes dos, ¿quieren conversar? ¡Agenden un café!
Dice Ryan entrando en la conversación y jalándonos las orejas a los dos con sus palabras.
Bryan le tira un trozo de papel, lo que me hace reír en voz baja y volver a concentrarme en la clase.
Y cuando estoy haciendo las últimas anotaciones de la clase escucho el último timbre sonar, avisando que es hora de irse, escucho a algunos quejarse y a otros aliviados de que haya terminado.
Miro el reloj y ya son las 1:10 p. m., tengo 40 minutos para llegar a StaFood, qué mal, esta parte no la acordamos ayer, ¿cómo voy a llegar allí y sola?
Bajo las escaleras rápidamente, tan rápido que hasta me olvido de despedirme de los chicos, ah, está bien, luego les mando un mensaje.
Camino por todos los pasillos muy rápido y pronto estoy afuera de la escuela, estoy a punto de tener un colapso cuando veo un auto negro muy grande detenerse frente a mí, la ventana delantera baja lentamente y adentro hay un hombre, aparentemente mayor pero bien conservado, me mira por unos instantes, y acto seguido mira la pantalla del celular, cuando estoy pensando en salir corriendo de allí, él abre la boca.
Washington- ¿Es usted la señorita Milena?
Pienso por unos instantes si debo responder o correr, pero él enseguida habla de nuevo.
Washington- Soy Washington, chófer de StaFood y fui enviado aquí por el señor Armando para buscarla.
¿ÉL ENVIÓ A ALGUIEN A RECOGERME? No sé si sentirme aliviada o asustada.
Mia- ¿E-en serio?
Antes de que pueda responder, mi celular suena indicando un nuevo mensaje y para mi sorpresa y ataque, es Armando.
MENSAJE:
"Envié a mi chófer a buscarte, ¡está todo bien! Puedes venir, y recuerda ODIO LOS RETRASOS."
Se asegura de escribir las dos últimas palabras en mayúsculas.
¡Simplemente no recuerdo el día que le di mi número de teléfono!
Ya sintiéndome un poco más cómoda, entro al auto por la puerta trasera.
