Soy huérfana desde los 6 años, y ahora que estoy apunto de cumplir los 18 años, las cuidadoras me vendieron en matrimonio. Mi nombre es Rouse y fui obligada a casarme con el único hijo de Mrs Hassan... Pero hay algo que no saben... Tengo cáncer en etapa terminal.
NovelToon tiene autorización de leudimar seijas para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
La única persona de la que me enamoré
Rouse
Entonces todo pasó así, Cristian ni siquiera intentó hablar ni nada, sólo dio media vuelta y se fue, así que yo subí a mi habitación con la fuerza que me quedaba…
Me sentía tan casada los últimos días… Siempre era un sube y baja de emociones que me tenían al tope, y se supone que yo me tengo que quedar aquí y ser la esposa perfecta, pero… La presión en mi pecho es muy fuerte.
-¿Por qué no puedes quererme, Cristian? ¿Por qué no puedes mirarme por un segundo y darte cuenta de lo mucho que te quiero?- empiezo a gemir muy horriblemente. -Me enamoré de ti, Cristian ¡Me enamoré! He visto lo bueno que hay en ti, pero tú todo lo que haces es darme golpes bajos y herirme, una y otra y otra vez- Intento contener mis respiraciones rápidas.
-Yo no pude salvar a mi familia, nunca tuve a nadie, pero me enamoré de ti, Cristian. ¿Ahora cómo me saco ésta presión en el pecho? ¿¡Cómo!?- termino gritando, me acurruco en la cama y lloro sin darme cuenta de que me quedo dormida.
...----------------...
Abro mis ojos y miro la hora en mi teléfono… Son las 6 de la tarde y por supuesto que Cristian aún no ha llegado, quizás deba mirar… ¡No, Rouse! Pero la tentación es aún más fuerte y entro a ver la aplicación de móvil para ver la ubicación de Cristian.
Efectivamente está en su restaurante, aunque… ¿Se está moviendo? ¿Adónde se dirige? Quizás a casa… Pero no, va en dirección contraria a la casa ¿Y sí…? ¡No, Rouse! ¡No puedes ni moverte! Me recuerda mi mente, pero es que no puedo estar aquí siempre a la angustia de que Cristian esté con alguien más.
Decido apagar la voz de la razón y seguir la voz del instinto, porque tengo un gran mal presentimiento de toda ésta situación. Intento ponerme una capucha y lo hago con éxito, mis zapatillas y intento salir de la habitación lo más recta que puedo, y casi lo logro si no fuera por Clara, que me mira un poco preocupada.
-Rouse, te escuché gritar hace unas horas, ¿Estás bien?- y busca mi mirada.
-Sí, Clara-, intento sonreírle y seguir hacia la puerta.
-¿A dónde va?- me pregunta aún más preocupada por mi salida, y yo no puedo mentirle, así que digo:
-A buscar a Cristian- y eso fue todo para que ella asintiera y salí de la casa.
Entonces salí y el viento frío me dio en la cara, veo mi móvil y al parecer Cristian está en otro restaurante, ¿Qué hace él en otro restaurante? Bueno, tengo que ver eso, así que empiezo caminar pero mis músculos están demasiado contraídos.
Entonces tengo que buscar un taxi, menos mal que traje mi billetera, como siempre. Busco en mi móvil alguna compañía de taxis cercanas aquí… ¡Bingo! Me contacto con el uber y me siento a esperarlo.
Al cabo de 10 minutos llegó a donde yo estaba y yo le dije el nombre del restaurante, pero quería ver si me dejaba una calle más abajo para que nadie me vea. El uber es rápido pero yo logro mirar toda la ciudad desde mi ventanilla. Le pago en efectivo cuando llegamos al conductor y me bajo.
Bueno, Rouse, ya estamos aquí. Suspiro profundamente, ya no hay vuelta atrás. Intento caminar como puedo, y mis rodillas tiemblan por el frío, realmente me duelen los huesos, pero ya estoy aquí.
Abro mi móvil y veo la ubicación, estoy casi al frente del restaurante, y para mi mala suerte tiene cristal transparente en las ventanas, así que debo ser muy cautelosa.
Aún tengo tiempo de detenerme y devolverme a casa, pienso. Pero mi instinto me dice que siga adelante, así que sigo… camino un poco mirando sólo por las grandes ventanas, y ahí lo veo. Ahí está Cristian sentado, pero mis ojos se llenan de lágrimas cuando distingo todo el panorama.
Cristian está con una mujer rubia con labial rojo, el mismo labial que encontré en el interior de su saco la otra noche. Las lágrimas corren por mis ojos sin poder pararlas, y me quedo ahí mirándolos como una estúpida.
Veo muy bien a la mujer que lo acompaña, y noto que de vez en cuando le sonríe y le toma la mano ¡Le está coqueteando! ¡Y él no hace nada! Ella tiene un vestido negro que pronuncia su escote ¡Es una puta! Me lleno de rabia al pensarlo, así que por impulso llamo a Cristian y para terminar de destruir mi poca autoestima.
Veo por la ventana como mira su móvil y cuelga, me manda a buzón directamente ¡No, Cristian! ¿Cómo pudiste? ¡¿Cómo pudiste hacer esto?! Más lágrimas salen a montones por mis ojos ¡Muy bien! ¡Entonces quédate con esa zorra! Sigo caminando y al primer basurero que veo, lanzo el móvil que me regaló Cristian, no me importa.
Empiezo a caminar sin sentido, y me siento rota. Caigo en la cuenta que desde que murieron mis padres realmente sólo me había tenido a mí misma, los hogares temporales y por último el orfanato me hicieron darme cuenta de eso. ¡Pero tú, Cristian!
Juraría que había visto preocupación por mí, juraría que habíamos tenido esa conexión, pero no, no fui lo suficiente para que pudieras elegirme a mí antes que cualquier otra, ¡Es que mírame! Delgada, enferma, huérfana, traída de un orfanato sin estudios. Ah y no olvidemos que muy pronto voy a morir del maldito Cáncer.
Intento pensar qué hubiera sido mi vida si no tuviera cáncer, quizás nunca hubiera conocido a Cristian… Limpio mis lagrimas con una mano y me doy cuenta que estoy muy cansada y que he caminado demasiado, quizás hoy sea el día en el que me voy a morir…
Me siento muy débil y me duele muchísimo la cabeza… Por un momento empiezo a ver destellos y luego todo negro, y siento el impacto de mi cuerpo al suelo… Adiós, Cristian. La única persona de la que me enamoré.