Dulce Villana - El Retorno De La Mariposa.

Durante la noche y parte de la mañana Nicolás y Eli disfrutaron el uno del otro. Nicolás aún estaba en la habitación de Eli, cuando se escucha que Lila toca la puerta efusivamente. Eli al abrir la puerta, Lila entró diciendo que Nicolás debe irse. Apresurada agarró la ropa de él y se lo tiró y abrió la ventana.

- Lila cálmate. ¿Qué sucede?-. Elizabeth al terminar de formular la pregunta, escuchó otra desde la puerta.

- eso me gustaría saber, ¿qué sucede aquí?-. Preguntó el gran general desde la puerta, observando a una Lila desesperada, un Nicolás por salir de la ventana y a su hija con cara de, 'yo no fui".

Lila se acercó a Eli y le dijo, -eso pasa-, dijo señalando al gran general.

- ¡padre!-. Dijo en voz baja. Nicolás no sabía qué hacer, y con una sonrisa, levantando la mano, solo logró decir; -¡hola suegro!

Anteriormente,

El gran general al recibir el mensaje que había mandado Elizabeth, inmediatamente habló con su hermano explicando sobre la situación en la que se encontraban tanto su esposa como también la hija. Y para sorpresa del mismo, se lo había tomado con mucha calma. Y simplemente dijo que era algo de esperarse, y que además dudaba de su paternidad refiriéndose a Estefani.

-Ésta es mi oportunidad de terminar con toda la farsa y conseguir el divorcio- le había dicho su hermano al gran general. A raíz de esto, ambos hermanos empezaron su camino de regreso al imperio para llegar temprano.

Elizabeth había pensado que su padre y tío llegarían durante la tarde, por ese motivo estaba ahí con Nicolás despreocupadamente.

- no voy a hacer un escándalo, ya que ambos son mayores, y cabe mencionar que están comprometidos. Pero sepan de una vez que tendrán que casarse lo antes posible. Y hablaré de esto con los emperadores. Ahora pónganse algo decente y bajen a comer. Dicho eso, el gran general dio media vuelta y bajó a esperarlos en el comedor.

- bueno, yo me voy a tomar la tarde libre. Buena suerte Eli-. Dijo Lila retirándose del lugar.

-¿tu doncella toma sus propias decisiones?-. Preguntó Nicolás.

Elizabeth incrédula lo miró y dijo, -mi padre nos acaba de encontrar en mi habitación, nos exige que nos casemos lo antes posible y ¿a tí te preocupa más lo que hace mi doncella?

- bueno, tarde o temprano nos íbamos a casar. Y sinceramente no me molestaría casarme contigo mañana mismo.. Declara mientras se acercaba a darle un abrazo.

Elizabeth suspiró y dijo, -supongo que ahora tendré que planear una boda y no un compromiso como lo habíamos hablado. Por cierto, ¿cómo te fue con los dos campamentos de tu hermano?

- me sorprendió que tuvieras razón en todo lo que dijiste. Y gracias a tí, pudimos deshacernos de muchos mercenarios y recuperar armamento. Me queda claro ahora lo que mi hermano está planeando. Planea tomar el trono de una u otra forma, y a cómo está su situación actualmente, veo que será por la fuerza.

- así es, sé muchas cosas que te iré contando a medida que sea necesario. Sé que tienes curiosidad sobre cómo sé todo esto, pero me limitaré a decirte que la mujer que asesinó Sebastián, era uno de los mejores mercenarios que hizo muchos trabajos para él, para luego traicionar la confianza que ella había depositado en él de la peor manera. Ella lo amaba, y para mí ella era alguien importante-, comentó Elizabeth mientras se vestía.

- no necesitas decirme nada, confío en tí.. además pronto vas a ser mi esposa- dijo Nicolás dándole un beso en la mejilla para luego terminar de vestirse.

Ambos ya listos bajaron al comedor con el gran general, su tío también estaba presente, ya que después de la comida se tenían que ir al palacio donde se tomaría la decisión sobre el destino de las dos mujeres. Habían decidido adelantar aquello.

Horas después, ya todos reunidos en la sala de la corte, trajeron a las dos mujeres y las pusieron de rodillas frente al trono. La madre de Estefani al ver a su marido, se levantó tratando de acercarse a él, gritando que todo era una trampa, que nada era verdad. Pero los guardias la detuvieron y volvieron a ponerla en su lugar. Por su parte el tío de Eli solamente se limitó a mirar para otro lado.

Sebastián también se encontraba presente, y tenía un golpe en la cara. Muchos se preguntaban qué le había pasado.

En el salón solo estaban los involucrados, la familia imperial y el escriba, ya que el emperador quería resolverlo todo a puertas cerradas, ya tuvieron suficiente escándalo el día anterior. El emperador habló, explicando la situación por la cuál estaban ahora ahí, y le cedió la palabra al tío de Elizabeth quién caminó adelante y con una reverencia dijo;

- majestad, pido disculpas por el comportamiento de mi esposa. Es una gran vergüenza y una mancha que no se borrará de nuestra familia. Por eso, hoy quiero pedirle que me otorgue el divorcio. Desde hoy, esta señora queda fuera de mi familia, e incluso fuera del registro familiar.

Sin pensarlo, y sin rodeos el emperador aceptó su petición y aprobó el divorcio. Por otro lado, aún estaba Estefani, que mientras su madre lloraba desconsoladamente, ella aún tenía la esperanza de que su padre la ayude.

-¿y qué hay sobre su hija?- Preguntó el emperador.

- en cuanto a ella recibirá una pensión mensual de mi parte, pero quiero que mi apellido sea eliminado de su nombre. Tengo dudas sobre nuestra relación sanguínea. Y sus actos dejan mucho que desear para un integrante de nuestra familia. Eso es todo majestad-, dijo el hermano del gran general y volvió a su lugar.

Estefani no podía creer lo que estaba escuchando, todas sus esperanzas se hicieron trizas.

El emperador se levantó de su trono, y miró a su hijo Sebastián quién se encontraba en silencio escuchando todo.

- muy bien, mi decisión final es ésta. Además del divorcio, se te sentencia a hacer trabajos comunitarios dentro y fuera del palacio bajo vigilancia y permanecerá encerrada en el palacio de los castigos hasta nuevo aviso. En cuanto a la Señorita Estefani, gracias a la petición de la prometida del príncipe Nicolás, se te sentencia a no salir del palacio del príncipe Sebastián y a hacer trabajos comunitarios dos veces por semana. En cuanto al príncipe Sebastián, quedará sin el título de alteza y parte de su sueldo será destinado para los orfanatos de la capital durante seis meses-. El emperador al terminar de hablar firmó los documentos.

Después de todo eso, todos se retiraron mientras que el emperador junto con Elizabeth y su padre, se dirigen al palacio de la emperatriz.