Por Siempre Tuya

Christian permanece de pie cerca de la ventana mantiene sus manos dentro de sus bolsillos, su cuerpo entero estaba en tensión mientras me observaba con intensidad esperando a que la primera palabra saliera de mi boca. Juego con mis manos no se por donde comenzar los nervios comienzan así que respiro profundo y me paso las manos por el cabello par ocultar un poco mi nerviosismo.

Comienzo explicándole que el papá de Hannah nos había ayudado a entrar en un club nocturno ya que solo teníamos diecinueve años por lo que no nos era permitido entrar pero gracias a que era amigo del dueño pudimos lograrlo. Estábamos disfrutando de la buena música hasta que apareció aquel hombre.

Y es cuando todo aquello viene a mi mente nuevamente, lo que por años me ha quitado el sueño por lo que lucho día a día para poder superarlo y que hasta ahora no he podido.

*FLASBACK*

Estamos bailando muy de cerca, el me sonríe y yo igual pero es una sonrisa tímida miro a todos lados asegurándome de no alejarme de mis amigos, cuando ya hemos bailado lo suficiente me hace señas de que buscará algo de tomar. Por lo que le digo que esta bien a lo lejos puedo ver a Hannah y Ryan bailando así que considero que todo va bien.

Aquel hombre me da el trago lo recibo con el mayor gusto del mundo ya que de tanto bailar me ha dado sed un trago, dos tragos y seguimos bailando hasta que siento un leve mareo me disculpo con el y busco a mis amigos, les digo que voy al baño para que así estén tranquilos. Como puedo voy al baño gracias a Dios no hay cola así que entro sin problemas, me mojo un poco la cara para así refrescarme un poco y que tal vez ayude a que el mareo pase un poco pero no, cada vez me siento peor todo me da vueltas.

Me agarro fuerte del lavabo y es cuando siento que abren la puerta del baño y lo veo es el, el hombre con el que bailaba entra con una sonrisa de oreja a oreja.

Quiero hablar, gritar pero nada lo logro decir ni una palabra el comienza a pasar sus manos por mi frente me pega a la pared y comienza a oler mi cuello.

-Tienes un olor que embriaga a cualquiera. – dice susurrando en mi oído.

Siento escalofríos no deja de tocarme, quiero salir huyendo pero mi cuerpo no responde quizás en estos momentos ya estoy más que perdida, trato de soltarme pero el hace más fuerza la cual yo no tengo en estos momentos y es cuando sucede lo que mas temía.

-Te haré mía aquí y ahora así que pórtate bien preciosa. – dice y siento mis piernas como gelatina.

-Por favor, déjame ir no diré nada pero déjame salir de aquí. – logro decir.

-No preciosa ya verás que lo pasaremos bien, solo disfruta como lo voy hacer yo.

Así que comienza a quitar mi ropa, el aun me tiene acorralada a la pared mientras se desabrocha el cinturón y baja sus pantalones y es cuando siento que me penetra fuerte su mirada lasciva es de miedo aguanto el dolor que siento.

-Vaya vaya pero si eres virgen, que maravilla. – dice entrando y saliendo – No llores disfruta que esto es lo más placentero del mundo. –

Volteo mi cara y cierro fuerte mis ojos, siento dolor mucho dolor.

-Mírame zorra y dime que lo estas disfrutando a fin de cuenta esto era lo que querías ¿no?. – me dice y siento asco yo no quería esto yo solo quería salir a divertirme con mis amigos no esto.

-Por favor. – le suplico.

-Por favor nada, dime que te gusta y que quieres que te de más duro. – dice y me da una bofetada.- Estoy tan excitado que ya voy a acabar así que espero que te corras también.

Acelera mas sus estocadas y llega al orgasmo, sale de mi y es cuando me desmorono. Estoy en este sucio y asqueroso piso mientras que el está burlándose.

-A fin de cuenta algún día perderías tu virginidad con cualquiera y te dejaría luego de obtener ese rico placer, pero a decir verdad ni me gustó. – dice y me golpea tan fuerte que no supe mas de mí.

Al día siguiente desperté en el hospital, me dolía mi cuerpo y mucho más en aquella zona mi cabeza no paraba de dar vueltas y sentía mucho dolor en mi rostro.

Mis amigos me comentaron que al ver que no regresaba del baño fueron a buscarme pero fue cuando una chica salió gritando del baño que se dieron cuenta de mi paradero. Me encontraron tirada en el baño desnuda y muy golpeada ellos como pudieron me sacaron de allí sin que muchas personas se dieran cuenta. Me llevaron al hospital y los médicos le dijeron que había sido víctima de una violación aparte de eso tenía múltiples golpes en mi cuerpo y rostro por lo que estaría internada allí hasta que me recuperará, me dieron diferentes medicamentos incluyendo una pastilla para evitar un embarazo ya que nunca estaba demás.

Les pedí que esto no saliera de nosotros que yo vería la manera de resolver esto pero que por nada del mundo mis padres ni mi hermano deberían enterarse de lo ocurrido. Y así fue como pude días después de salir del hospital contacte con un abogado el cual me ayudaría en la búsqueda de aquel monstruo las cámaras de seguridad del local ayudaron a que pudieran ver el rostro pero mi abogado al ver quien era me dijo que no podía hacer nada y que lo mejor sería dejar todo así ya que venía de una importante familia, me sentí frustrada trate de buscar otros abogados pero todos se negaban.

Un día mientras iba de camino a clases un hombre de traje se me acerca.

-¿Es usted la señorita Rachel Anderson.? – dice.

-¿Y usted quien es?.

-A sí disculpe. Mi nombre es Damon Flesher y soy el abogado del señor Sam Maswell a quien usted acusa de violación. – y es allí cuando mi piel se pone de gallina.

-¿Qué quiere y porqué está aquí?. – digo con la voz entrecortada.

-Pues verá, mi cliente quiere que deje a un lado ese tema que de igual forma el saldrá del país y si para que usted mantenga su pico cerrado quiere dinero, pues que le diga la cantidad o puede preferir morir y ser entregada en pedazo a su familia. – y aquella última frase la dice susurrando en mi oído.

Mis amigos al enterarse de aquello se llenaron de mucha ira sobre todo Ryan el cual se culpa por lo ocurrido ya que su deber como hombre y amigo era cuidar de nosotras pero fallo conmigo. Yo no lo culpo a fin de cuenta fue mi culpa por haber sido tan ingenua y no tener más precaucion y sobre todo de haber tomado aquellos tragos que aquel desconocido me traía.

Así que desde aquel día preferí dejar las cosas así y de no volver a confiar en un hombre tan fácilmente.