Lucía había enterrado su pasado para comenzar una nueva vida, pero las malas costumbres siempre se quedan. Charlie sería su nuevo objetivo, sin imaginar que él también ocultaba un oscuro secreto. Sus acciones traerán consecuencias para aquellos que los rodean sin perder su único objetivo, la obsesión.
Las apariencias a veces no son lo que ves, estás ocultan el otro lado de la moneda y Lucía no es ni buena ni mala, solo mentalmente inestable y físicamente una diosa sin presentes.
Esta no es la típica historia de amor. El deseo, la lujuria y el control emocional y psicólogo es lo que Lucía y Charlie provocan a los demas, hasta que ellos se encuentran y toda lógica cambia su vida.
Esta novela está subida de tono y puede tocar temas sensibles. Solo para lectores de 18+.
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#16 Espionaje.
Tras varios suspiros comienza a empacar todas sus cosas. El accidente de Charlie la tiene muy incómoda y sospecha que fue intencionado. Tiene miedo de que entren a su departamento y le hagan algo, así que deja su departamento para volver a la casa que heredó de sus padres.
El lugar es tan grande que había reconsiderado en no volver a ese lugar, pero dada las circunstancias quería dejar de ocultar su identidad, al menos no quería seguir viviendo o fingiendo ser pobre.
Contrató a guardias y personal para qué cuidarán y atendieran la casa y sus necesidades.
A pesar de todo estaba dolida, volvió a estar sola de nuevo, pero con tantas personas trabajando en la casa se sintió menos sola y nostálgica.
Mientras acomodaba algunas de sus cosas con el personal de limpieza. Saca de entre sus cosas el collar de diamantes lilas que Charlie le había regalado.
Era muy pesado y también valioso, no podía dejarlo a la vista, así que rápido lo mete en su caja fuerte con algunas de las joyas de su madre y su papá.
Todos estos son recuerdos que no piensa vender o deshacer de ellos.
"Tiene muchas cosas señorita. Esta es la primera vez que trabajo en una casa así de grande. Ni siquiera sabía que un closet tuviera un segundo piso, es usted muy afortunada de tener todo esto y muy amable al contratarme." Lucía mira a la chica, vestía ropa desgastada y parecía estar maravillada con todo lo que veía.
"Te contraté porque te recomendaron. No iba a contratar a nadie sin antes cerciorarme de que fueran confiables. Además, firmaste un acuerdo de confidencialidad. Todo lo que veas y lo que se hable te lo llevarás a la tumba, por algo la paga es buena, así que solo haz tu trabajo y no me decepciones, si no tendré que demandarte." Sus palabras fueron duras al punto de intimidar a la chica.
Quería que supieran quién mandaba en esa casa y no confiaba del todo de las personas.
Tras mirar algunas de sus cosas pensó en sacarlas del closet.
Vuelve a mirar a la chica que intimido y mira también a las otras sirvientas. De entre todas, la que hablo destaca por su pobreza. Sus zapatos, e incluso su vestimenta eran viejos y con algunos hoyos.
"¡Chicas! Necesito que se acerquen." Comienza a poner ropa y calzado arriba de la parte plana de la isla de su closet.
Se miran entre ellas y sospechan que tal vez Lucía quiere tirar o mandar arreglar lo que está sacando.
"Tomen lo que quieran, ya no necesito nada de esto. Les daré un poco de espacio para que se prueben la ropa, pero solo si les queda pueden llevársela." Lucía desconocía esta sensación, algo bonito se removió dentro de ella, pues está era la primera vez que regalaba u obsequiaba algo material a alguien lo necesitaba.
Se dirige a la habitación que tomo como oficina.
De toda la información que había recaudado de Charlie hizo un plan. Volvió a colocar las fotos en una pizarra y anoto los gustos y lugares que Charlie frecuentaba.
Ella sabía que él odia las mentiras y también que es alguien no comparte y siempre obtiene lo que quiere. Iba a tomar estas tres ventajas para acercarse a él y llamar su atención de alguna forma u otra.
Necesitaba conseguir un nuevo empleo, pero debía saber con quién debía trabajar para acercarse a Charlie y que también estuviera dispuesto a firmar los papeles del juez. Para eso debía espiar y sacar información de algunos contactos o allegados que trabajen o sean socios de Charlie.
Durante toda una semana paso de infraganti. Cambiaba de auto constantemente para no ser descubierta. Se disfrazaba y usaba pelucas de vez en cuando.
Los de seguridad de su mansión la detenían casi a diario porque no la distinguían cuando llegaba de noche, si no fuera por los autos no sabrían que se trataba de ella.
Las sirvientas y los jardineros pensaban que estaba algo loca o chiflada. Casi no hablaba y si lo hacía era con el perro.
Cuando al fin pudo recaudar información y saber lo necesario, ya no necesito seguir con los disfraces y pelucas.
Se tiró al sofá que estaba en la entrada principal y arrojo la peluca muy lejos.
"Tengo hambre. Alguien, quien sea, que haga algo fresco y delicioso." De inmediato el ama de llaves ordena que se prepare algo. Aún no la habían visto molesta y no querían averiguarlo, dado que las personas acaudaladas son muy quisquillosas e inestables, nunca se sabe lo que van a querer o pedir.
"Señorita, disculpe que la moleste, pero creo que se equivocó con mi paga." Lucía mira a la chica y se da cuenta de que está usando la ropa que le regaló y ya no usa esos zapatos viejos y raspados.
"No entiendo, según yo repartí los sobres está mañana. Dime. ¿Cuánto te faltó?"
"Creo que se equivocó y me puso dinero de más. ¡Mire!" Lucía lo cuenta y le parece gracioso que alguien quiera regresar parte de su paga.
"¿Cómo te llamas?"
"Me llamo Flor señorita." Lucía ríe un poco para después devolverle el sobre.
"¿Si leíste el contrato que firmaste?"
"Bueno..., me da mucha vergüenza, pero no sé leer." Con la mirada al piso expresa su sentir. "Solo sé escribir mi nombre, así que solo firme arriba de la línea cuando me entregó el contrato."
"En el contrato venía la paga, lo que está dentro del sobre esta bien, no necesitas devolverme nada." La chica con una enorme sonrisa aprieta el sobre que tiene en sus manos.
Lucía comienza a pensar que es un poco inocente y siente un poco de empatía por ella.
"Mañana por la noche tengo una reunión y necesito que alguien me acompañe. ¡Te pagaré bien! Por supuesto!"
"¿Una reunión? ¡Hay señorita! Yo nunca antes he ido a una fiesta o reunión, no me siento calificada para esas cosas."
"Es una noche de juegos, solo necesito que seas mi acompañante y te diviertas. En estos días es difícil conseguirse un cómplice. Si aceptas te daré un sobre igual a ese y será por acompañarme y divertirte un rato."
Flor quizás no sabe leer, pero cuando se trata de dinero cambia la cosa. Lo necesita y no está para rechazar una oferta tan atractiva, así que acepta rápidamente.
Al día siguiente Lucía no salió todo el día de su oficina.
Flor y apenas trabajó. Lucía había contratado a alguien para qué la arreglará y la hiciera destacar para la noche de juegos.
Al verse al espejo, Flor se asusta y se hace para atrás. No podía reconocerse, al punto de llorar un poco al ver su cambio tan radical.
"¡Guauuu! Estás muy linda." Dice Lucía, pero Flor al voltear grita de la impresión.
"¡Soy yo! ¡No grites! ¡Soy Lucia, tu jefa!"
"¡Señorita! ¿Qué fue lo que se hizo?"
"¿Tan mal me veo? Es solo un disfraz. Iré vestida de hombre y tú serás mi acompañante. En el coche te diré algunas cosas, no pienses mal de mí. Solo quiero pasar desapercibida, te prometo que me gustan los hombres. No tengo gustos raros. ¡Lo juro!"
"¿Entonces por qué se disfraza? Si es una noche de juegos no necesita cambiar de aspecto."
"Se trata de un chico. Él perdió la memoria y me olvidó por completo. Necesito conseguir un empleo, pero si voy siendo una mujer esa persona no me tomará en serio. Hay mucho que no sabes de mí. Si te portas bien y coperas fingiendo aunque sea un poco, quizás reconsidere en contarte algunas cosas personales. Ya no necesito que trabajes en la limpieza, puedes trabajar para mí como mi acompañante. Te pagaré por tu compañía, no necesito que hagas la gran cosa, además, todo lo que vistas te lo regalo. Los zapatos, los bolsos y la ropa son todos tuyos, pero debes prometer guardar el secreto y cubrir mis mentiras cuando esté en personaje."
"Creo que lo que hace suena un poco peligroso. ¿Es un agente secreto o algo por el estilo?" Lucía se ríe, su presencia vestida como hombre quizás asusto y le dió mucho que pesar a la inocente de Flor.