La Viuda Y El Mafioso

Capítulo 16

Meses después Bastian estaba devuelta al frente de la empresa, y a su lado su leal esposa. Ornella había hecho un fantástico trabajo, se había ganado el respeto y admiración de quienes trabajaban en los laboratorios.

—Mi esposa es increíble, tenemos clientes nuevos e importantes. Sabía que podía confiar en ella.—

—La señora Ornella es un tiburón, dejó sorprendida a todos los hombres de antaño del negocio. Me alegra saber que ya estás mejor.—

—Gracias Theo, sobre todo gracias por ayudar a mi esposa en todo lo que necesito. Ahora laboratorios Leroy se ha vuelto más importante, mis hijos tendrán un futuro brillante y un legado que trabajar.—

—Así será amigo, de eso no me queda duda alguna.—

Ornella se involucraba más y más en el manejo de la empresa, se había convertido no solo en la esposa de Bastian Leroy, sino también en la mujer más poderosa de la industria farmacéutica.

Tenía una familia unida, un matrimonio feliz y estable, sobre todo lo que siempre había soñado poder y dinero. Amaba a Bastian como jamás lo imaginó o pensó que lo llegaría hacer, juntos veían crecer a sus hijos.

Mientras tanto Allegra estaba nuevamente embarazada, Petrov estaba feliz porque seguía teniendo más descendencia. Al mismo tiempo estaba orgulloso de que su hijo estaba teniendo éxito dentro de la organización, para celebrar la futura llegada de su tercer hijo. Decidió ir personalmente a buscar a la hermana de su amada esposa y así lograr un acercamiento entre ellas.

—Tengo cita con Ornella Leroy.—

—¿Su nombre?—

—Marco Iñiguez.—estaba usando el nombre de su cuñado para llegar hasta ella, había hecho una cita para convertirse en inversionista, pero todo era una mentira.

—Adelante lo están esperando.—

Petrov subió en compañía de Iván hasta la oficina de su cuñada, Mariella los recibió pero al ver a ese hombre tan imponente, hacía que su piel se erizará. Algo en él la atemorizaba, tenía dudas de dejar a solas a Ornella con el.

—Bienvenido, les puedo ofrecer algo de tomar.—

—Si cognac.—respondió Petrov, Iván esperó afuera.

Entro Petrov tomó asiento y Mariella le sirvió su trago, Ornella estaba en la oficina de su esposo entregándole unos documentos para su firma. Llegaría devuelta a su oficina lo antes posible, para atender a su citado.

—Le ofrezco una disculpa por hacerlo esperar sea bienvenido a los laboratorios Leroy.—

—No hay problema, cuñada.—respondió Petrov

—Es usted, ¿que es lo que quiere?—dijo Ornella al reconocerlo

—Hablar contigo, después de todo somos familia.—

—Creo que está equivocado señor Volkov, no tenemos ninguna relación familiar. Los Leroy siempre han pertenecido al ramo farmacéutico, no ha traficar. En cuanto a su esposa, si mal no lo recuerdo usted dijo que no era mi hermana, así que para mí ella sigue desaparecida.—

—Me sorprende lo diferente que son, Allegra es dulce y tierna, un poco sumisa además le falta carácter. En cambio tú, debo reconocer que eres directa, fuerte e inteligente, y hasta cierto punto pecas de orgullosa. ¿Aún piensas que tu hermana se fugó conmigo?—

—No pienso nada, es más ni si quiera me acuerdo de ella. Petrov Volkov te pido de favor que no vuelvas a buscarme, ella te eligió y lo he respetado, sigan siendo felices lejos de mí y de mi familia. Si me disculpas tengo más citas que atender.—

Petrov admiraba el valor que tenía Ornella, incluso para mandarlo al diablo, sin importarle quién era él. Solo por eso acepto que lo corriera de su oficina, Iván evitó preguntar porque su cita había durado tan poco.

—Al parecer mi cuñada no es cualquier mujer, se le subió el apellido y el prestigio que significa ser la esposa de Leroy.—

—Eso le garantiza que no buscará a su esposa nunca, además ha pasado mucho tiempo desde que ellas se separaron. Supongo que la señora Allegra ya se resignó.—

—Después de decirle sobre esta reunión, sin duda lo hará.—

Ornella pensaba en su hermana, pero el no verla o estar cerca de ella solo era por un gran motivo, que su familia no se viera involucrada con los Volkov. Mantener el prestigio de los Leroy era fundamental siempre.

—¿Todo bien amor?—

—No te escuché entrar, no Bastian. ¿Sabes quién estuvo aquí sentado frente a mí?—

—Si, Marco Iñiguez.—

—No, no era ese tal Marco Iñiguez. Si no Petrov Volkov.—

—¿Qué quería?—

—No se, no lo deje hablar. Supongo que quería hablar sobre mi hermana, si antes no me dejo acercarme. No entiendo cuál es ahora su interés en venir y buscarme, tal vez Allegra está enferma.—

—Y si no lo dejaste hablar, menos. Creo que es el momento de aclarar las cosas.—

—No, te imaginas si se enteraran que tú Bastian Leroy eres cuñado de Petrov Volkov el líder de la mafia rusa. Los Leroy estaríamos en medio de una cacería de brujas, lo importante son mis hijos y tú.—Ornella besaba y abrazaba a su esposo, ya que él era su refugio en el mundo.

Mientras tanto Ulana estaba de viaje en España, el matrimonio con Marco trataba de que fuera lo más armonioso posible, pero vivir con él era un infierno ya que extrañaba a su familia y sobre todo a Ivan.

—Tia pero qué gusto verte.—

—Andrei hijo, no esperaba verte aquí. ¿Cómo te fue en México?—

—Excelente como siempre, conocí a una mujer.—

—Vaya, ¿cuéntame de ella?—

—Ella es de República Dominicana, es hermosa y tiene un cuerpo maravilloso. Es hija de un socio de Leyva, pasamos unos días juntos, ella es inteligente y toda una dama. Se llama Violeta.—

—¿cómo el color?—

—Si lo se, vendrá a visitarme pasaremos unos días en Mónaco. Sinceramente estoy loco por ella.—

—Me alegra mucho.—

—¿cómo va el contador?—

—Se esfuerza pero no soy una mujer fácil, estoy acostumbrada hacer lo que quiero. Mientras que el está en su papel de victima.—

—Me imagino, no cualquiera puede con un Volkov.—

—Entonces platícame de Violeta.—

Andrei estaba entusiasmado, los días que había pasado con Violeta habían sido los mejores en mucho tiempo. Ella simplemente lo tenía comiendo de su mano.