✨ EL DESEO POR RYLER Y LOS LOBOS ALFA ✨
"Cuando el deseo traspasa las barreras de la predestinación, no hay escapatoria. Aunque intentes resistirte, aunque el destino te obligue a huir, terminas cayendo... en sus brazos, en su poder, en su amor o en su condena."
"Soy Ryler Vaspieris, y así fue como conocí a los lobos Alfa.
Draven, Josh y Cauis... mis tesoros o mis verdugos."
🔥 Un amor prohibido, tres almas marcadas y un destino imposible de evitar.
🐺 ¿Hasta dónde llegarías por un deseo que lo consume todo?
➡️ ¿Te atreves a entrar en su mundo?
NovelToon tiene autorización de LUZ A FEDER para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Cap 15. Desconfiada.
Chiquita hermosa
Pov Josh.
Los días siempre parecen iguales. Clases de ingeniería, números que deberían formar soluciones, pero a veces solo generan problemas, y yo, caminando entre libros y planos como si todo estuviera bajo control.
Pero no lo está. Camino rápido por la calle, hoy debo entregar un trabajo a mi profesor de proyectos. Pero, por la velocidad que alcanza mi cuerpo de lobo, no me fijo y termino chocando, lanzando por el aire a una chiquilla.
Bueno, aunque Rav reaccionó muy rápido y pudo atraparla, lo mejor fue sentir su esencia.
Su olor es único y exquisito; todo mi cuerpo se estremece. Ella intenta disculparse.
Pero yo aprovecho y me presento, aunque una sensación amarga recorre mi sangre cuando la veo. ¿¿Llorar??
— ¡Lo siento! — No te preocupes —respondo aún observando a la mujer más hermosa del mundo.
— ¿Estás bien?
— Sí, sí, gracias. — Ella intenta alejarse un poco, pero Rav está extraño. Está pasando algo.
— "Es nuestra, aunque ella aún no lo sepa." —me dice mi lobo interior. Rav es un lobo poderoso y milenario, tiene algún don especial, pues sabe cosas que en realidad yo no sabría.
— ¿Estás seguro? —le pregunto dudoso. Huele delicioso, pero no exactamente siento un vínculo.
— Mierda, Josh, más te vale no perderla. Es nuestra, solo que aún no le llega su transformación. — No peleo más con mi lobo. Rav es ante todo sabio e impulsivo. Si ella es nuestra, no la perderé...
— Soy Josh —intento presentarme, aunque ella intente ocultar sus lágrimas.
— Ryler. —me responde callada y algo avergonzada.
Antes de que se marche, le hago una invitación.
— Preciosa, ¿te tomarías un café conmigo? — Voy tarde, Josh. Otro día.
Pero me desanima. Mi chiquita hermosa no será fácil...
No la pierdo de vista, soy un lobo sigiloso, la sigo como todo un psicópata y noto que vive en un viejo edificio, bastante humilde.
Es la mañana siguiente y aquí estoy, a unos cuantos pasos de la puerta de este viejo edificio donde vive mi chica.
Sale con un uniforme y vuelvo a seguirla de lejos. Aún está en instituto, pero su olor deja un rastro particular.
— ¿Puedes olerla? Nuestra chiquita está cargando un cachorro, “nuestro cachorro”... —me dice Rav, aunque mi lobo pocas veces habla, tal vez es reacción de encontrarla a ella.
— ¿Cachorros? ¿Cómo sabes, un lobo no preña si no es tu compañera? —le recuerdo a mi sabio lobo.
— No lo sé. Tal vez no es lobo el padre, o por ella ser híbrida no pasa lo mismo. —contesta Rav. — O tal vez el padre es un compañero y la abandonó, por eso su tristeza... —podría ser.
Nuestra conversación cambia cuando ella sale de clases y ahora va a una tienda de herramientas cerca.
La semana avanza y he sido un cobarde. Siempre me propongo entrar, pero termino no haciéndolo.
Hoy no lo seré. Mi padre me ha enseñado a ser un verdadero Alfa, aunque no me guste mucho la política.
Cuando entro, la diviso de inmediato. Atiende a una pareja que compra taladros y brocas, tal vez para algún arreglo.
Camino hacia ella y tomo valor.
— Buenas tardes, señorita Ryler —la saludo con una sonrisa coqueta. Hoy traigo solo una camiseta blanca y pantalón de mezclilla, tal cual trabajador de obras.
— Josh, ¿qué haces aquí? —me pregunta ella, algo dudosa o más bien desconfiada.
— Necesito algunos materiales. —ella asiente y le paso mi lista de trabajo. Estoy haciendo un proyecto de una cocina, sé que está complacida con mi compra.
— Serían 1,050 dólares. —le cancelo y sonrío, estoy usando mi coquetería al máximo.
— Chiquita, ¿cuándo te tomarás ese café conmigo? Me tienes esperándote. —insisto con mi invitación. Ella toca su vientre por inercia y yo tomo su mano.
— Ryler, sé que te pasa algo; lo veo en tus ojos. Déjame conocerte...
Le digo, pero ella empieza a negar.
— No deberías, Josh. Eres un lobo y...
— SÍ, soy un lobo —la interrumpo, no permitiré que me ponga muros. — Pero quiero ser el padre de ese bebé. Chiquita, lo estoy sintiendo, solo que aún no lo compruebo.
Ella cambia un poco su expresión y pregunta.
— ¿Cómo dices? ¿Puedes sentir a mi bebé? ¿Cómo? —Sonrío, por lo menos está charlando.
— Son dos. Recuerda, soy un lobo, he oído sus corazoncitos... Hueles muy bien, mi chiquita hermosa.
Ella agacha la cabeza y lo peor es ver las lágrimas que bajan por sus mejillas.
Pero no me da más que una excusa estúpida y termina por ir a no sé dónde, dejándome solo y parado como un tonto.
Tomo un lapicero y pego una nota para ella, cerca de la caja de pagos.
“Chiquita hermosa, ¿qué tal desayuno mañana?
Josh T.”
Le dejo la nota y me voy.
Dejo pasar la noche y ya tengo listo todo.
Es el nuevo día y madrugo a preparar el desayuno para ella. En los zipers empaco frutas, yogurt, panqueques, jugo de naranja y café.
Me pongo una camisa más formal y pantalones elegantes, y salgo en su búsqueda.
No voy a su apartamento o se asustará mucho, conduzco en mi camioneta hasta su instituto. Espero cuando la veo venir...
Está distraída, y voy por ella o entrará y no me verá.
— Chiquita hermosa... —le grito. Ella ve para todos lados, hasta que me ve.
— Hola, hermosa. —la saludo y le doy un beso en su mejilla.
— ¿Josh? ¿Qué haces aquí? —pregunta, algo asustada.
— Lo olvidaste, chiquita, la nota... —le recuerdo. Pero ella, aún dudosa, pregunta:
— ¿Y cómo sabías dónde estudio? ¿Me estás siguiendo, Josh...? —Me pregunta algo paranoica, aunque es normal, los seres mágicos debemos protegernos y ser desconfiados.
— No. Claro que no, jamás haría eso. —le respondo de inmediato, aunque es mentira, exactamente eso fue lo que hice.
— Tu uniforme, te vi ayer...
Ella me mira entre ojos, como leyéndome, luego sonríe y le ofrezco:
— ¿Ya desayunaste, chiquita? —ella niega y yo sonrío. La guío a mi vehículo y destapo los zipers con fruta. Disfruto de cómo desayuna, come todo, aunque me doy cuenta de que el café le da arcadas.
Sé que vive sola, que no hay nadie que pueda cuidarla, y que está próxima a cumplir sus 16 años. No puedo creer que un ser la haya abandonado y dejado sola... Pero para mí, dicha ahora la mujer de mi vida, mi chiquita, está a mi alcance.
Luego de charlar un rato, decide entrar a clases, aunque haya perdido la primera clase...
Al día siguiente me encuentro esperándola fuera de la ferretería donde trabaja. Le traigo una linda flor, un lirio rosado...
“Déjala respirar” me digo a mí mismo, pero ni yo me lo creo.
No puedo.
Ella es esquiva, distante. Pero sus ojos traicionan el muro que intenta mantener. Hay algo roto en su interior, algo que quiero sanar.
Ella sale y se sorprende cuando salgo de mi camioneta con mi flor en mis manos.
— Josh, ¿qué haces aquí? Me estás asustando... ¿qué quieres de mí? —vuelve a preguntar algo paranoica.
Camino en su dirección y me acerco más de lo que debería. Acaricio su mejilla de manera cariñosa y le respondo su pregunta.
— A ti, chiquita, te quiero a ti. —Ella baja la mirada y la cabeza. Sé que es altanera, pero le han hecho daño, pues siempre está a la defensiva.
Ella niega.
— Josh, sabes que espero un par de cachorros, no quiero nada romántico con nadie, solo quiero...
— ¿Y si soy tu compañero también piensas rechazarme, Ryler? —Ella no dice nada, solo baja la cabeza.
— Vamos, te llevo a casa, debes estar cansada, no es bueno que trabajes tanto, chiquita. Le podrías hacer daño a mis hijos.
Le digo y me sorprende lo obediente que es, porque acepta sin rechistar...
No tardo en llegar a su apartamento, pero le pido el número, aunque no me deje subir... Y bueno, no es como si ya no lo supiera.
...⋆⋆⋆✾ ⋆✪⋆ ✾ ⋆⋆⋆...