La historia de Brandon Nixon y de Rita Valdéz es un relato conmovedor de resiliencia y redención. Después de que un evento traicionero lo dejara en silla de ruedas, Brandon se encuentra en una encrucijada, no solo enfrentando las limitaciones físicas, sino también el dolor emocional de una traición. Rita por su parte busca desesperadamente un respiro del ambiente tóxico creado por su esposo agresivo. al aceptar el trabajo, como cuidadora de Brandon, Rita no solo encuentra un escape temporal, sino también una oportunidad de sanar y de reconstruir su vida. A través de su mutua dependencia, Brandon y Rita desarrollan una amistad inusual, pero fortalecedora, demostrando que incluso en medio de la adversidad, la esperanza y la compasión pueden florecer, ofreciendo nuevas perspectivas de vida y de amor.
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Capitulo 16 Rara sensación
*Rita
Siento que la respiración me falta, la agonía invade mi pecho, que si quiero hacer algo, necesito la aprobación de alguien.
¿No sé por qué tengo esa sensación?,
¿No sé por qué tengo esa duda de hacer algo y que alguien se moleste por lo que haga?.
Es una rara sensación es como que si mi cuerpo se quedara paralizado tuve que consultarle más de una vez a mi padre y que él me diga que sí podía ir con Brandon, que podía confiar en él, que él me cuidaba, pero por alguna extraña razón necesitaba esa aprobación, necesitaba que me dé ese visto bueno, no sé por qué ese extraño sentimiento en mi pecho, nunca antes tuve esa inseguridad, antes no me sentía así, es un miedo, es una sensación extraña, trato de borrar esa idea de mi mente.
Al subir el primer escalón vino en mi mente un recuerdo, como una orden.
"NUNCA VIAJES SIN MI"
"SOLO CONMIGO PUEDES ESTAR"
Y veía el rostro de un hombre muy atractivo con un uniforme.
Sacudí mi cabeza, como borrando ese recuerdo y trate de concentrarme, tenía unas dudas y debía consultar con Brandon, por una extraña razón no recordaba como nos conocimos.
Era muy atractivo, se lo veía atlético, que cuidaba su imagen, recto y serio. Eso me atraía, me agradaba que sea así, nunca me gustaron los chicos que eran un tiro al aire.
-Brandon... Tengo unas preguntas que hacerte... No quisiera sonar grosera... Pero me gustaría saber ¿Qué te enamoro de mi?. Le pregunté al sentarnos y acomodarnos en el avión.
Él abrió los ojos muy grande, carraspeó nervioso, aflojó el nudo de su corbata.
-Me gusto siempre la manera... En qué... Ajam... Nos comunicamos. Respondió pidiendo un trago a la azafata.
-Y ¿Qué crees que me enamoro de vos?. Le pregunto.
-He... (Bebió de un solo trago la bebida ante él)... Pues... Nunca lo hablamos... Solo... Hubo química... Entre nosotros... Que no necesitamos palabras para describirlo... Tu misma... Me decías que no... Debíamos poner un título... Hace calor aquí. Dijo nervioso.
-Me puedes decir en tres palabras como me describirías. Le pido.
Él sonríe nervioso, se inclina hacia adelante con sus manos posadas en sus rodillas.
-Apasionante, compasiva, perseverante. Me dice y frunce el ceño suspirando profundo.
Veo que hace un gesto de dolor, en su expresión y sin pensarlo me incorporo aproximándome a él aplicándole unos masajes.
¿Cómo es que se esto?
Es como si ya lo hice anteriormente, mientras le masajeo me vienen imágenes de momentos candentes con él.
Él toca mi mano, estirándome hacia adelante y me besa en los labios, esa proximidad lo siento tan familiar que me encanta y le correspondo de la misma manera, me siento en su regazo besándolo con ímpetu.
-Me gusta este tratamiento. Me susurro sobre los labios, carraspeó nervioso y sacudió la cabeza. - Quiero decir que adoro tus atenciones. Se corrige.
-Quisiera seguir atendiendote. Le susurro de manera insinuante.
Él sonríe con un brillo especial en su rostro, se incorpora llevándome a un cuarto que tenía una cama y cerro la puerta tras de si.
Me quedé firme como esperando a que me diga que hacer.
-No te quedes ahí. Me dijo estirandome hacia él.
Me envolvió en sus brazos y sentía que estaba a salvo, con él se me desapareció esa sensación de miedo, sus besos quemaban mi piel, sus manos me recorrían apretándome contra su cuerpo.
-Puedes tocarme si quieres... Eso nada te detuvo antes. Me susurro al oído mordisqueando mi lóbulo.
No podía decirlo, pero era como una sensación que esperaba una orden de cuando actuar.
Al escuchar que me daba luz verde, lo despoje de sus prendas, lo acosté recorriendolo con besos ardientes, me aferre a deleitarle una atención especial a su masculinidad.
-OH SI... QUE BIEN LO HACES... SI RITA. Grito exitado.
-¿Rita?. Le pregunto incorporándome.
-Asi te gustaba que te diga... En vez de Brinna, Rita era un diminutivo más fácil. Me responde.
-Nos poníamos nombres para hacerlo más interesante... ¿Y a vos cómo te gusta que te llame?. Le pregunté, regresando a mi tarea que le enloquecía.
-OH SI... PUEDES DECIRME... BRAD. Exhaló pesadamente estirandome hacia él, me sentó sobre su masculinidad, invadiendome por completó.
Se me erizo la piel, mi cuerpo tembló al sentirlo completamente acoplado a mi, expandió cada centímetro de mi feminidad, era un hombre maduro y lo tenía más grueso y grande.
Coreamos juntos nuestros apodos, mientras lo montaba enérgica, lo incentivaba a que me apriete sin miedo, a que me sujete del cabello y estire. De donde saque esta extraña costumbre de que quiera que sea algo brusco.
No lo sabía, pero no me importaba, lo estaba gozando al máximo, fuimos fogosos, impetuosos a la hora de explorarnos, como si nos conociéramos de hace mucho y no existiera ningún tabú entre los dos.
No me molesto como me llamaba, ese nombre lo sentía familiar.
-Ahora entiendo cuando dijiste que no necesitábamos palabras para describir lo nuestro. Le digo al terminar nuestra tercera sesión de sentirnos mutuamente, éramos intensos, enérgicos y quedamos exhaustos recostados el uno sobre él otro.
- A este ritmo voy a necesitar tomar vitaminas. Expresa exhalando.
- ¿Cuántas veces tenemos sesión?. Le pregunto brindándole besos intensos.
-Últimamente todos los días... Todo el día. Me responde.
-¿Cómo nos conocimos?. Le preguntó.
-Debemos refrescarnos y descansar... Al llegar debo atender unos negocios. Me responde incorporándose nervioso, como evadiendo mi pregunta.
Suspiré y solo asentí, se ve que le incomodaban mis preguntas, no entendía la razón.
Me aseo primero y salgo a comer algo.
-SEÑORITA... DESDE QUE ESTA CON EL SEÑOR NIXON SU MEJORIA FUE SORPRENDENTE... ADEMAS DE LA MEDICINA... LE HACIA FALTA UNA PERSONA COMO USTED A SU LADO... QUE LE DEVUELVA LAS GANAS DE VIVIR. Me dice el doctor de Brandon.
-Si... Y ¿sabe cómo tomo mi proximidad al principio?. Aprovecho a consultarle, ya que era notorio que a Brandon no le sacaría ni una palabra.
-Ja ... Ja... Era muy terco... Al quedar en sillas de ruedas se podía entender su humor... Pero al ser su cuidadora personal... Supo como manejarlo... Hacer que coma... Que tome la medicación... Usted a sido una luz en su camino... La traición de su exesposa lo había dejado sumergido en la pena y la tristeza... Pero con usted tenía una razón para dar vuelta la pagina... Aunque no lo crea... Es muy importante en su vida ... Por usted volvió a andar... Y cada día mejora... Solo necesita los masajes y la medicina para que las punzadas en su espalda se le desaparezcan. Me cuenta el doctor.
Escucharlo me trajo a la memoria cuando después de estar juntos tuvo un ataque de dolor, por lo que me incorporo y voy a ver porque tardaba en salir, habiamos sido muy intensos en nuestra sesión de explorarnos.
Ingresé y lo veo recién bañado acostado en toallas.
-Brandon... Te duele la espalda. Le digo.
-No te preocupes... Solo debo reposar. Responde cubriendo sus ojos con su mano.
Me aproxime y sin esperar a que me pida, lo giro aplicándole masajes, revise un bolso que me resultaba familiar extrayendo una crema, la cual me unto en las manos y paso por toda su espalda.
-Eso esta bien. Me dice.
-Te aplicó masaje... Ví que tomaste. Le comenté.
-Tuve un día muy estresante... No lo expreso... Pero mi exesposa atento contra mi... No logro entender hasta donde es capaz de llegar por la ambición... Y temia perderte. Me comenta.
-¿Por qué me perderias?. Le pregunto.
-Te volviste a encontrar con tu padre... Supuse que al recordar tu vida... Y si tenías una pareja... Ya no querrías estar conmigo... Alguien que requiere cuidados... Qué después de tener un momento candente requiera un masaje. Me comenta suspirando pesado.
-Aha... Me siento complacida al poder hacer algo por ti... Se qué haces mucho por mi... Te tomaste la molestia para protegerme... Nunca me sentí tan apreciada y valorada... Mi padre siempre me a dado todo... Pero jamás se detuvo a darme una demostración de cariño con un abrazo. Le cuento.
-Pero vi que te abrazo. Me dice Brandon.
-Ahora... Antes me tenia lejos de él... Al principio creía que era porque deseaba un hijo... Pero después descubrí revisando entre sus cosas un diario de mi madre que escribió... Ahí descubrí que el no me quería desde antes que naciera, porque mi nacimiento significaba la muerte de mi madre, pero ella anhelaba tener un bebe. Le cuento.
-Es triste de oír... Yo perdí a mis padres desde muy pequeño... Fui adoptado por un tío... Que solo lo hacía para recibir una herencia... Así que te imaginarás que cariño no había. Me cuenta con un gesto en su rostro.
-Antes anhelaba su aprobación... Que se sienta orgulloso de mi... Por lo que me esforzaba al máximo en ser la mejor... Ganar en las competencias... Porque para el eso era importante... Y en la última competencia...
Le estaba contando cuando llegó a mi memoria el recuerdo de un rostro, parecía un señor muy amable, decia ser un juez de la competencia que solicitaba confirmar unos datos antes de anunciarme, después de eso ya no recordaba nada.
Tome un anotador y dibuje el rostro que se me aparecía una y otra vez en la memoria.
-¿Quién es?. Me pregunta Brandon.
-Es el que decía ser juez en la última competencia... Qué me pidió confirmar unos datos míos... Después de hablar con él... Me tocó la mano y todo se torno borroso... Ya no lo recuerdo. Le digo.
Brandon tomo su celular y fotografió el retrato que hice.
-Veremos si hay alguna información de él. Me dice poniéndolo en el buscador.
-¿Salió algo?. Le pregunto ansiosa.
-Vaya... Es un científico alemán... Invento un suero para borrar la memoria a los que estuvieron en la guerra y puedan vivir una vida mas plena. Me cuenta según lo que decía el informe.
-Dice que se llama Paul Schneider. Le señaló. Era idéntico al dibujo que hice.
(Paul Sachneider)
-Es el último rostro que recuerdas. Me pregunta Brandon.
-Si... Es el último y no recuerdo haber competido. Le cuento.
Brandon se friega la cabeza con frustración.
-Habías tenido una habilidad en hacer retratos. Me dice suspirando.
Lo miro y me pongo a dibujarlo, al terminar se lo entrego.
-Tuve clases de dibujo... Ponlo en un porta retrato. Le digo.
-Y me haces uno de ti. Me pide.
-Mio... Tengo que tener un espejo. Le digo. Me incorporo y me miro en el espejo del baño, al terminar de dibujar se lo entrego.
-Perfecto... Así lo pondré en uno doble... Los dos juntos. Comenta con una sonrisa.
Llegamos a nuestro destino, nos hospedamos en una habitación muy lujosa.
-Bien... Tomaré un baño y me alistare para mi reunión. Me anunció Brandon, en eso golpean a la puerta.
-Brinna. Escuche la voz de mi padre.
Me dirigí a abrir.
-Hola... Llegaron. Le dije al verlo junto a Óscar.
-Si... Los dejo... Iré a mi habitación. Dijo Oscar.
-¿Qué te paso?. Le digo al ver sus nudillos lastimados y lo estire al interior.
Me puse a curarlo con él maletín que traía junto a las cosas de Brandon.
-Eres muy buena en esto. Me dijo mi padre mirando con atención mis movimientos.
-¿Cómo te lastimaste?. Le pregunto.
-He... Estrelle tontamente mis manos contra una superficie dura... A mí edad debo tener cuidado... Pierdo el equilibrio. Me dice mi padre y siento que no es sincero, pero tendrá sus razones para no querer decirme.
-SEÑOR DEL MONTE... QUE GUSTO VERLO... ME DEBO IR. Le saludo Brandon estrechandole las manos.
-Me brinda un minuto... Le quería consultar una cosa. Le dijo mi padre.
-Si... Acompañeme al ascensor. Le dijo Brandon.
-Me voy a refrescar. Le avisé a mi padre mientras él hablaba con Brandon.
Me dirige a buscar un pendrive así ponía música mientras me bañaba.
En el baño había una pantalla gigante y Brandon no me dejó la contraseña para el cable, por lo que conecte el pendrive que decía Niña traviesa, suena a un tema musical.
Héctor parece un niño chiquito teniéndole miedo a sus padres a estas alturas pero bueno veamos en qué sale de esto de su plan quizás se salga casando de verdad
Rita lo irRita 😂😂😂😂😂
Terminó comiendo igual