Luego de vivir una vida de forma sumisa, pensando que de esa forma todo era mejor, Luna muere en manos de un asesino, fuera de un supermercado a sus treinta años, arrepentida por no vivir de la forma en que quería, pide fervientemente una segunda oportunidad. ¡Que luna tan hermosa la de esta noche, lástima que no la podre ver más! piensa antes de morir desangrada. ¿Qué ocurrió?, desperté en un hospital, pero este no es mi cuerpo y ¿porque tengo orejas de conejo? Reencarnada en otro mundo, ocupando otro cuerpo, descubre que la chica tambien se llama Luna y la dificil vida que llevaba, ademas de que la intentaton asesinar y el principal sospechozo es un hombre que aparece en sus sueños, como un recuerdo de lo ocurrio, quien ademas es uno de sus compañeros de clase y un lobo blanco, uno de los principales peligros para los conejos. Asi comienza esta trama dondd Luna buscara al culpable para tomar venganza
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Capitulo 8: No me dejare engañar por ti.
Sentí como el escalofrió del miedo subía por mi espalda hasta llegar a mi cuello, mi cuerpo actuó por reflejo como un espasmo inconsciente, salte fuera del banco, ¿Qué hace el aquí?, seguro intentara atacarme, debo pensar en alguna forma de defenderme, a mi alrededor no hay más que objetos inútiles, mi cuerpo tiembla, queriendo escapar, pero en este estado no puedo, además él podría alcanzarme en cuestión de segundos, y no quiero darle la espalda, ni huir.
- ¡¿Qué haces aquí?! – le grita al hombre. Cada parte de mi cuerpo se siente en una gran alerta, preparada para y atenta a cualquiera de sus movimientos.
- Cálmate – le dice de forma calmada, su tono de voz era tedioso - no grites, ¿quieres?
- Yo grito cuanto quiera, ¿tú que haces aquí? – su tono de voz mostraba el odio que sentía hacia el hombre – Este es el vestidor de mujeres – le dice molesta
- Te equivocas, este vestidor es mixto – le señala el letrero a sus espaldas – durante el día practican mayormente las mujeres, así que el vestidor es de las chicas – le explica – luego a partir de las ocho de la noche es de los hombres – suspira- entiendo que estés alterada, pero aquí quien está mal eres tú – la mira, la mujer se encontraba en una esquina pegada de la pared – ahora podría explicarme ¿Por qué estabas durmiendo aquí?, y además desnuda.
- Ese no es tu problema – le dice sujetando bien la toalla. Él dijo que después de las ocho este lugar era de los hombres, entonces ya son las ocho, o quizás más tarde, creo que podría salir de aquí. Pero eso implicaría darle la espalda a este hombre y la oportunidad de atacarme.
- Entiendo – se acerca hacia la mujer – sabes, si quisiera hacerte algo, lo hubiera hecho mientras dormías - la atrapa entre la pared y su cuerpo – no hubiese esperado a que despertaras – sonríe mostrando sus colmillos – así que, no tienes por qué temer pequeña conejita – ríe de forma burlista
- Yo no te tengo miedo – le dice mirándolo ferozmente a los ojos.
- Ah ¿no? – sonríe – mentirosa – le susurra al oído – dices que no, pero todo tu cuerpo está temblando y tus orejas están a plena vista alteradas con mi sola presencia – ríe – tu cuerpo sabe que si quisiera podría devorarte en este mismo instante – lame su cuello, y la mujer lo empuja.
- ¡No te lo dejare tan fácil! – le dice con una mirada feroz. Me defenderé, no importa la forma, no moriré tan fácil.
- Ja, ja, ja, Eso espero – le dice riendo, luego le lanza una chaqueta negra, lo suficientemente grande como para cubrir su cuerpo.
- ¡¿Qué?! – dice sorprendida, esperaba que sucediera algo diferente.
- Afuera hace frio, además todavía hay algunos profesores y alumnos – la observa – te meterás en problemas si te ven caminando en ese estado – camina hacia la salida.
- Y tú, ¿Por qué me estas ayudando? – dice desconfiando del hombre – esto no es tu problema.
- Lo hago porque quiero – le dice mirándola – no soy tu amigo y tampoco lo seré, así que no confundas las cosas, ¿entendido? – la mira seria y luego se marcha.
- Idiota – dice en voz baja luego de que el hombre se marchara - ¿Quién querría hacer amistad con su propio asesino psicópata? - Abre la chaqueta y se la coloca, era enorme, aunque quizás era normal que fuera de ese tamaño, ese hombre era grande comparado con ella. Tenía un aroma agradable, cada vez que inhalaba podía sentirlo, era como estar rodeada por él, y por alguna razón no se sentía bien. - ¿Qué pienso?, ese hombre es el enemigo – pero no entendía el por qué la ayudaba - ¿Quizás? – recordó que en un programa de la naturaleza animal, existían algunos depredadores a quienes les gustaba jugar con la comida – tal vez solo quiere que me confié para poder atacar en cuanto menos lo espere, no debo dejarme engañar – tomo el boldo de baño y salió de los vestidores, camino hacia la salida del gimnasio, abrió la puerta y antes de salir, miro que no hubiera nadie, al no visualizar alguna persona cerca, salió corriendo de allí lo más rápido posible, con los pies descalzos sobre el piso sucio y el césped lleno de tierra, llego al edificio de las residencias, subió las escaleras rápidamente, llego hasta su puerta, busco la llave, que por suerte había guardado dentro del bolso de baño, la saco y abrió la puerta, sintió un gran alivio después de entrar en la habitación y cerrar la puerta.
Mientras Luna dormía, una sombra en su habitación logro entrar, sus ojos fríos y maliciosos fijos en la mujer, la observaban desesperada soñando, pequeña e indefensa, fácilmente podía matarla, pero era mejor seguir jugando con ella.
- Descansa bien Luna – sonríe y se acerca – mañana empezaremos a jugar nuevamente – le susurra al ido.
La mañana siguiente Luna se despertó con el sonido de la alarma del reloj sobre la repisa, no había logrado tener una buena noche, al igual que todas las noches desde que había llegado a ese mundo, los sueños recurrentes no paraban. Se levantó de la cama y sintió un gran dolor en su hombro, “¿Qué es esto?”, en su piel había una marca de un mordisco justo en su hombro izquierdo, ¿Cómo era posible?, el temor recorrió nuevamente su cuerpo, alguien había entrado en la habitación mientras ella dormía – Lo sabía, ese hombre solo estaba jugando con mi mente, pretende ser bueno conmigo, cuando en realidad solo quiere devorarme – los recuerdos de los sueños rondaban su mente y solo podía ver el rostro de Kaelth. Esa mordedura era un claro signo de sus intenciones, y seguramente la dejo como muestra de ello – Bien- dice molesta - juguemos este estúpido juego, en el que pretendo ganar.