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Capítulo 16
El amor no pone barrotes para aprisionar.
Emmett alguna vez le había dicho eso, no recordaba esas palabras hasta ahora.
Ahora, todo tenía sentido, no importaba cuánto tiempo le sea concedido, no lograría nada, y la aparición de Lucien lo confirmaba.
Yeisan se quedó dentro de su pequeño jardín de rosas amarillas, varias lágrimas caían sobre las rosas mientras comenzaban a marchitarse.
Los dos cachorros se quedaron al lado de Yeisan acompañándolo.
"Lo siento, lo siento tanto"
Aunque difícil, ya había tomado una decisión.
...****************...
"¿Estás seguro de hacer esto?"
"... Sí"
"Bueno, es tu decisión al final, aunque podrías llevarte devuelta tus cosas"
"No, todo esto dejó de pertenecerme hace mucho tiempo", contestó Yeisan.
"Creo que es lo menos que podrías hacer", se encogió de hombros kisho.
En su primera vida, Emmett había perecido en el campo de batalla, fue una época difícil para el reino debido a las constantes guerras.
Cuando Yeisan recibió el cuerpo de su esposo, toda su vida terminó en ese momento, no pudo despedirse ni tuvo el tiempo de resarcir el daño que le había hecho.
Una semana después de la muerte de Emmett, Yeisan pereció a causa de una enfermedad, pero todos en el reino decían que el joven príncipe había muerto a causa de la tristeza al no tener a su compañero.
Con su muerte, todo el campo de rosas amarillas terminó por marchitarse, la belleza que una vez adornó el palacio, desapareció.
Cuando pensaba que volvería a encontrarse con su amado esposo luego de su muerte, Yeisan despertó en una sala oscura llena de velas, en donde el aroma del incienso era demasiado fuerte.
Fue ahí que conoció a kisho, quien le ofreció volver a encontrarse con Emmett en una nueva vida para permanecer al lado de su ser amado.
Sin dudarlo, Yeisan aceptó, renunció a todo el poder que como príncipe le pertenecía, todo el poder, dinero, estatus que una vez tuvo, se le fue dado a Emmett.
Pensó que esa sería una forma de reparar parte del daño que le había hecho, pero solo terminó por empeorar las cosas y recibió a cambio el odio de Emmett.
Pero ahora ya nada le pertenecía, dejaría todo para Emmett como lo dispuso desde el principio, solo se llevaría una cosa.
...****************...
En todo el día, los dos pequeños cachorros, tofu y nieve, no se apartaron del lado de Yeisan.
Viéndolos a ambos, Yeisan se agachó para acariciarlos.
"Sean buenos, ¿de acuerdo?, tienen que cuidarlo muy bien porque él los trajo a esta casa, así que sean agradecidos", sonrió acariciando a los cachorros.
Pareciera que ambos cachorros habían entendido sus palabras porque empezaron a gimotear con pequeños llantos, se percataron de que el joven amable que los había salvado, se estaba despidiendo de ellos.
En tanto estaba distraído con los cachorros, la puerta de la entrada se abrió y Emmett entró a la casa.
Yeisan no había oído al auto llegar, así que se sorprendió porque el alfa había llegado más temprano a casa.
Pensó que era el destino el que le pedía irse pronto.
"Bienvenido", saludó Yeisan con una sonrisa.
Se levantó del piso y caminó hacia Emmett para tomar su chaqueta, era algo que no había hecho en mucho tiempo, pero ahora quería hacerlo y por suerte, Emmett no se negó.
Al momento de tomar la chaqueta, su mano tocó ligeramente la mano de Emmett.
"Tan frío como siempre", dijo el alfa al sentir el toque.
"¿Quieres algo de beber?", preguntó Yeisan dirigiéndose a la cocina después de colgar la chaqueta.
Aunque no obtuvo respuesta, Yeisan volvió de la cocina con dos tazas de leche caliente con el bombón de chocolate que tanto le gustaba ver.
Le ofreció una taza a Emmett y él se quedó con la otra y fue a sentarse sobre el sofá.
Emmett también fue a sentarse y se quedó observando a Yeisan.
El humo que salía de la taza caliente cubría todo el rostro del omega.
Yeisan esperó hasta que el bombón de chocolate explotó dejando salir los pequeños malvaviscos y bebió el contenido de la taza de una vez.
No obstante, la taza fue apartada de un jirón y terminó cayendo al suelo.
"¡¿No te das cuenta de que está caliente?!", gritó Emmett quien había apartado la taza.
Antes de pensarlo, ya había reaccionado cuando Yeisan bebió de la taza caliente y lo apartó de inmediato.
Luego de pasado ese hecho, Emmett se dio cuenta de lo que había sucedido y resopló con una pequeña risa.
"Ja, no entiendo por qué me preocupo"
"... Porque eres amable", habló Yeisan sin soltar la mano del alfa.
Al momento de apartar la taza, Emmett agarró la mano de Yeisan como reflejo y Yeisan no lo soltó para aferrarse por última vez a él.
Así, sujeto a su mano, Yeisan se puso de pie para ponerse frente a Emmett.
"¿Sabes algo?, creo que fui yo el que confundió todo, ahora lo sé", sonrió Yeisan.
"... No, creo que siempre lo supe, solo que no quise aceptarlo", dijo mirando al alfa.
"¿Qué clase de juego es este ahora?", preguntó Emmett al notar la extrañeza de Yeisan.
Podía esperar todo de él, pero esto de alguna manera era diferente.
"Sé que no quieres obtener nada de mí, pero te haré un último regalo, dejaré todo de la manera en que debió haber sido desde el principio", mencionó Yeisan soltando la mano del alfa.
"Solo te pido que me escuches una última vez", sonrió acercándose a Emmett para poner ambas manos sobre el rostro del alfa.
"... Lo siento, no merezco tu perdón, pero quiero decirte que lo siento"
"Todo fue mi culpa desde el principio, no debí forzarte a permanecer a mi lado, no debí aprovecharme de mi estatus para aprisionarte, no debí apartarte de tus amigos... ni de la persona que amabas"
"Lo siento tanto", dijo Yeisan con las lágrimas empezando a humedecer sus ojos.
Al verlo, Emmett trató de decir algo, más no pudo pronunciar ninguna palabra ni moverse, todo esto era tan extraño y triste.
"No puedo volver al principio, pero puedo arreglar lo que hice ahora", continuó hablando Yeisan.
"Fue por mi culpa que volviste a la vida varias veces, perdón por haberte lastimado tanto y dejar que sufrieras"
"Ahora, ya todo terminará", sonrió Yeisan con las lágrimas cayendo de sus hermosos ojos.
"Esta búsqueda de amor durante tantos años terminará ahora, eres libre de amar a quien siempre has anhelado"
"Aunque no lo merezca, te pido perdón por todos estos años de aprisionamiento"
"... No te dejaré vivir con esos horribles recuerdos en los que fui un egoísta, no voy a atormentarte más con esos recuerdos que nunca debieron existir, vivirás una vida tranquila en la que podrás empezar de nuevo"
Mientras hablaba, varias lágrimas caían por el rostro de Yeisan, dolía, pero esto era lo que debió hacer desde el inicio.
Alejó sus manos del rostro de Emmett y con mucho cuidado se quitó la cadena en donde colgaban los dos anillos.
Tomó la mano de Emmett colocando sobre su palma ambos anillos y colocó su propia mano encima.
"Vivirás una vida feliz y tranquila, gozarás de buena salud y fortuna", mencionó Yeisan con las lágrimas aún cayendo por su rostro.
"No te aquejará ningún mal recuerdo, encontrarás la felicidad al lado de la persona que amas, tendrás una familia, sentirás esa calidez que se te ha negado por el capricho y terquedad de un mezquino"
"Llevaré conmigo todos esos horribles recuerdos desde tu primera vida de las que fui parte, esta es la última que tomaré algo tuyo", sonrió Yeisan mirando a Emmett.
"Todo empezará de nuevo para ti"
"Te libero de estas cadenas que te han aprisionado por siglos"
Cuando pronunció estas últimas palabras, el par de anillos que se encontraban en medio de ambas manos, se fueron desvaneciendo junto con las palabras que tenían grabadas, amor eterno.
"Tendrás todo aquello que siempre anhelaste, así que vive feliz, ¿de acuerdo?", sonrió Yeisan sin apartar su mirada de los ojos del alfa.
Quería decir varias cosas más, pero sabía que no era merecedor de ello.
Cuando el par de anillos desapareció por completo, Yeisan se acercó a Emmett y se elevó hasta alcanzar su rostro, volvió a colocar sus manos sobre el rostro del alfa y le dio un pequeño beso en la frente con delicadeza.
"Eras como fuegos artificiales para mí, siempre que te veía, sentía estallar esos fuegos artificiales dentro de mi corazón", confesó Yeisan con una sonrisa.
"... Adiós", se despidió por último con una hermosa sonrisa.
Como destellos, el hermoso joven que alguna vez fue un amado príncipe, desapareció en el aire al igual que el pequeño jardín de rosas amarillas.
autora gracias 🫂