En el siglo XV, Ángela, una joven noble, es enviada por Derya, la reina del Imperio Escocés, al Imperio Otomano para recibir una educación de élite. Tras años de instrucción financiera y cultural, regresa a su hogar solo para descubrir que sus padres han concertado su matrimonio con un joven aristócrata. La dulce joven que partió ha regresado transformada en una mujer valiente y decidida.
Derya no solo quería la mejor educación para Ángela, sino también que sanara su corazón roto por Niall, quien la había rechazado antes de su partida. Ahora, de regreso, Ángela se enfrenta a un mundo de intrigas políticas y expectativas familiares, mientras redescubre sentimientos por Niall.
El regreso de la guerrera, narra el viaje de Ángela en busca de su libertad, amor y lugar en una sociedad cambiante.
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¿Que me pasa?
Angela descansaba por la noche, mientras la oscuridad invadía todo el reino. Pero no todo era paz y silencio, pues en la habitación de una joven, una gran bestia acechaba. El ducado Winchesco dormía en silencio. En una cama, yacía una jovencita, pero se sobresaltó de una pesadilla, viendo su ventana abierta, lo que la asustó en gran manera. Se levantó para cerrarla, y al girar para volver a su cama, se encontró con la mirada de un depredador. Era un lobo negro con ojos rojos que daban terror. La joven gritó, pero cuando llegó su padre y los guardias, su cuerpo ya estaba inerte en la cama, la cual estaba manchada de sangre. Al asomarse por el balcón, no encontraron nada, solo oscuridad y el inmenso bosque frente a él. La bestia corría por el bosque con sus dientes y garras llenas de sangre, todo lo que lo rodeaba era oscuridad, nada más, a lo lejos se escuchaba el andar de caballos, del ducado winchesco, quienes llegaban para atrapar a la persona que era capaz de asesinar a la hija de quel duque, puesto que no permitirían que ningún bandido se saliera con la suya.
Pero nada encontraron, ni rastros del atacante, todo parecía indicar que no era humano lo que había atacado a su hija. Kieran atendía el caso, escuchando con atención todo lo que aquel hombre les pedía.
— No pueden permitir la impunidad de la muerte de mi hija, sabemos que no todos en el reino son humanos, los demonios llegan y van, nadie puede asegurar que todos son buenos — El hombre se veía enojado
Kieran solo lo miro un momento, reflexionando sobre la situación y la decisión que debía tomar.
— Duque winchesco, le recuerdo que los demonios que llegan al reino, son la familia de nuestra reina y nuestro rey, ¿acaso usted los está acusando? — Kieran trataba de aclarar la situación
— No mi señor, solo digo que no sabemos cuantos demonios hay realmente cerca, el ataque a mi hija no fue humano.
— Investigaremos duque, usted sabe que en el reino nada queda impune, a no ser de que su hija cometiera un error y se involucrara con gente no adecuada — Kieran advierte
— Le aseguro que mi hija era una joven de casa —
— Ahora soy yo quien le recuerda, que aveces las jóvenes hablan de más y eso les trae problemas —
Sin más al duque no le quedó de otra que regresar al ducado y esperar a la investigación real, sin pruebas no se puede acusar a nadie y el tampoco podría investigar, sin indicios todo sería en vano. Damian salió de las sombras
— Los demonios no tenemos permitido atacar a los humanos por diversión, lucifer nos mataría, además, el lo ve todo. Al menos sobre su gente — Dice con indiferencia
— Si tú gente no fue ¿entonces que es lo que pasa en el reino? —
— Trataré de averiguar un poco...
A la mañana siguiente, Angela se levantó con total normalidad. Las criadas aún no llegaban, por lo que tenía un momento de paz. Caminó despacio hasta su pequeña mesa y su espejo, pero al mirarse en este, se horrorizó. Su ropa estaba manchada de sangre, y su rostro también tenía sangre. La joven estaba horrorizada.
—¿Qué me pasa? —murmuró Angela, sintiendo el pánico apoderarse de ella.
Todo parecía un mal sueño. Trató de alejar esos pensamientos y dormirse de nuevo, pero pronto se dio cuenta de que era muy real. Salió corriendo para lavarse desesperadamente, frotando su piel con fuerza para quitarse toda aquella mugre roja que la cubría. Tomó su camisón manchado de sangre y lo lanzó a la chimenea, decidida a olvidar este suceso que la atormentaba.
Mientras observaba las llamas consumir el camisón, una risa invadió su habitación. Angela sintió un escalofrío recorrer su espalda.
—¿Quién anda allí? —preguntó, su voz temblando ligeramente.
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El capítulo termina aquí, dejando en suspenso a los lectores, con ganas de saber quién podría estar acechando en la oscuridad.
Queridos lectores,
Gracias por acompañarme en este viaje a través del ducado Winchesco y la turbulenta vida de Angela. Espero que hayan disfrutado de este capítulo y que estén ansiosos por descubrir qué sucederá a continuación. Sus opiniones son muy valiosas para mí, así que los invito a dejar un "me gusta" y un comentario con sus pensamientos sobre la historia hasta ahora. Esto no solo me ayuda a mejorar, sino que también contribuye a que la plataforma recomiende mi novela con más frecuencia.
¡Gracias por su apoyo y hasta el próximo capítulo!
Con cariño,
Amilkar
