La Tormenta Perfecta

—¿Quién demonios era esa mujer y porque dijo que ya habías ido al hospital?—respóndeme Dylan Philip Tremblay

—no era nadie, solamente me confundió.

—no me mientas Dylan.

Isabelle estaba irritable, era una mujer embarazada y una mujer en ese estado era realmente un peligro. Por más que Demian quería conservar la paciencia no podía, odiaba que las mujeres se pusieran así, pero sabía que su hermano era incapaz de golpear a una mujer, él, en cambio, estaba conteniendo su ira para no golpear a isabelle.

—¡¡ya basta isabelle!! O te comportas o te quedas sola, no voy a soportar estos celos, y que si me habló el que esté casado contigo no significa que no pueda hablar con más personas.

—¡bien!, si es eso lo que quieres entonces ni pienses en seguirme, porque lo menos que quiero en estos momentos es estar cerca de ti.

Isabelle se dio la vuelta y empezó a caminar dejando a Dylan atrás.

Por un momento Dylan pensó ir detrás de ella, pero su ego no se lo permitiría, una mujer no haría que él rogara, aún no había llegado a ese punto tan bajo.

Tomo su teléfono y llamo un taxi, esta noche la pasaría en un bar y después se quedaría en la oficina.

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Isabelle camino unas cuadras y tomo un taxi que la llevo hasta el jardín de las Tullerías, caminar entre los árboles y admirar las diferentes esculturas le ayudaría a olvidar la pelea con Dylan, sentarse a admirar la fuente era sumamente relajante, cuando recién habían llegado a vivir a París, Dylan la había traído a conocer este lugar, le había dicho que cerca de ahí era en donde se daba la semana de la moda parisiana la cual se celebraba dos veces al año, habían venido a conocer este lugar porque había días en donde artistas venían y daban espectáculos para los turistas.

En esta ocasión mientras isabelle caminaba, se encontró con un grupo de personas que estaban rodeadas, una suave melodía la cautivó haciendo que se detuviera, un joven se encontraba parado tocando el violín, la forma en como tocaba dejo extasiada a isabelle, se siento relajada y la vez culpable de haberle hecho a Dylan, recordó su viaje a Italia y cuando bailaron juntos en aquella plaza, su esposo la había apoyado tanto estos meses, la soporto en sus peores momentos y la ayudo cuando las náuseas la dejaban débil, además en todo este tiempo jamás quiso tener sexo con ella con tal de que el bebé estuviera bien, se había movido de habitación con tal de que isabelle estuviera cómoda.

Y aunque los primeros meses fueron puras peleas, al final Dylan siempre se disculpaba con ella, además Dylan no siempre estaba en casa, hoy se había tomado el día para disfrutar de una tarde juntos y todo se había arruinado.

No lo dudo dos veces, isabelle tomo un taxi hasta su casa, llegó y pensó en preparar algo delicioso para su esposo, una cena de reconciliación, preparo una cena exquisita y mando varios mensajes a Dylan.

todos fueron enviados, pero ninguno fue respondido.

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Experimental Cocktail club

El hombre estaba furioso, de alguna manera debía sacar todo ese enojo o explotaría, bajo cuando el conductor le indico que habían llegado al bar.

le pago al conductor y entro, se sento en la barra, el barman llego hasta el para atenderlo.

—buenas noches que le gustaría beber esta noche caballero.

—quiero un gin martini y que sea doble por favor

—claro que si caballero.

El barman preparo el martini para Demian y lo dejo a un lado de el, Demian lo bebio todo de un trago y pidió una ronda más, se teléfono sonaba y sonaba pero no tenía ganas de hablar con Isabelle, quería por una noche disfrutar de su soledad, estaba hartando se se hacerse pasar por Dylan, no había intimidad, todo el tiempo se la pasaban peleando, y lo peor es que isabelle estaba algo elevada de peso por el embarazo, no podía negar que tenían un buen busto, enorme por cierto, pero no quería tener sexo con ella, no soportaba que ella lo llamara Dylan, el solamente quería que lo amara tal cuál era, había veces en las que quería gritarle que no era Dylan sino Demian, pero simplemente no podía, porque preguntaría por Dylan y el no quería que ella supiera que el había mandado a lastimar a su hermano con tal de pasar tiempo con ella, no era un monstruo solamente era un hombre enamorado, uno que solía excusarse utilizando la frase en la guerra y en amor todo se vale.

mientras bebia su segundo martini una guapa francesa se sentó a su lado, la mujer era un hermosa y traía un cuerpo de impacto, mucho mejor que el de isabelle antes del embarazo, platicaron y una cosa llevo a la otra y Demian terminó yendo se con la bella francesa, olvidando que en casa alguien lo esperaba.

isabelle se canso de esperar fue al balcón y el aire fresco golpeo su cara, las lágrimas de a vecinaron, de nueva cuenta estaba llorando por Dylan, todo esto tiempo se la había pasado haciéndolo, una y otra vez su cabeza le decía que ese no era su esposo, se sentía repudiada, estaba a punto de irse a la cama, cuando penso en llamarle a Dylan.

después del tercer intento el hombre respondió de mala gana.

—¡maldita sea isabelle!, ya deja me en paz, no quiero verte jamás, estoy harto, harto de tus berrinches, ya no quiero volverte a ver, vete lejos y no regreses, me entiendes, no soy quien crees que soy así que vete.

Las lágrimas de la mujer calleron por sus mejillas, se cubrió la boca para no ser escuchada.

Por desgracia Dylan no colgó la llamada, haciendo que isabelle escuchará como él tenía relaciones sexuales con otra mujer.

Esto no se quedaría así, porque iba a dudar si se iba a no, tomo una maleta y la lleno de sus cosas más necesarias, si Dylan la quería lejos así lo haría. Se iría lo más lejos posible, a un lugar en donde no la encontrarían jamás.

tenía 20 semanas de embarazo pero no sé lo impediría, Dylan había cruzado la línea y estaba vez no habría vuelta atrás, su padre ya no podría hacer nada al respecto además a él lo que más le importaba era el dinero, y había obtenido de los Tremblay suficiente ella ya no era de utilidad para su padre, isabelle debía ir a un lugar en donde empezaría una nueva vida...