Recuperando Mi Vida.

NATALIE

-¿Qué has dicho?- dijo Hugo confundido.- tu prima está muerta Natalie, deja de decir tonterías.

-pero es que es idéntica- refute.

-los muertos están muertos, tú crees que si esa fuera tu prima no vendría a mí llorando por la muerte de su padre.

-y porque tendría que buscarte a ti Hugo, si tú la detestabas.

-porque yo era su gran amor, tonta porque más.-me miró con malicia- además si ella fuera Rosalie, yo lo supiera de ante mano, la conozco muy bien

-eres un imbécil Hugo, jamás la tocaste, como puedes decir que la conoces muy bien- Hugo y yo habíamos tenido una aventura mucho antes que él se casará, y aún después de su matrimonio, seguimos siendo amantes, hasta ahora que estamos comprometidos, sé que está conmigo por negocios, pero soy lo más cercano que Hugo ha estado cuando hablamos de querer a una mujer.

-tú me juraste que jamás la tocaste, que su matrimonio jamás se consumó.

- y es la verdad, pero Rosalie muchas veces se desvistió para mí, para seducirme; aunque yo la rechace...- se quedó recordando algo con una sonrisa- no estaba nada mal, pero no la deseaba como mujer.

-Cállate Hugo Herrera, soy tu prometida, no puedes decir esas cosas en mi cara.

-ahora si tienes moral Natalie! ¿Se te olvida cuando hicimos él amor en la misma cama, dónde dormía con tu prima?- pude vislumbrar una pizca de ira en sus ojos, así que preferí quedarme en silencio.

Tal vez Hugo tenía razón, estaba comparándolas solo porque se parecían, después de todo mis papás y yo, éramos la única familia que le quedábamos, si no estuviera muerta, vendría a nosotros.

-los muertos, muertos están, ella no es, ni siquiera se parece a Rosalie.- dijo Hugo dejando por terminada nuestra conversación.

La noche transcurría con naturalidad, pero yo no podía quitarle la mirada a esa mujer, había algo en ella, algo más que solo el físico que me parecía tan familiar.

-necesito ir al baño amor -le dije a Hugo mientras esté me ignoraba hablando con un colega.

Entre rápido al baño, tomé un puñado de papel para secarse las manos, lo humedecí y comencé a colocarlo suavemente por mi nuca.

-cálmate Natalie, deja de pensar en tonterías solo porque se parecen.- me reprendí mentalmente.

De pronto la puerta se abrió y dejándome petrificada en el sitio.

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ROUSSE

Había estado tomando champán, toda la velada, hablamos con varios inversionistas y algunos antiguos socios de mi padre, con los cuales pudimos establecer varios negocios en un futuro no muy lejano.

-eres maravillosa Rousse, tenemos más negocios de los que jamás había imaginado, tienes una mente brillante- me halago Axel.

-gracias!- le dije sonriente mientras caminaba agarrada de su brazo.

De pronto tropecé estúpidamente con uno de los dobladillos del vestido, perdí un poco el equilibrio, gracias a Dios que estaba Axel para sujetarme, de no haber Sido así, mi foto aparecería en la primera portada de todas las revistas mañana a primera hora.

Sin embargo, derrame sin culpa la champán en mi hermoso vestido.

-te encuentras bien?- pregunto Axel, conteniendo la risa- vaya que eres un imán para las caídas.

Me disculpé con él y caminé al baño a limpiarme, grande fue mi sorpresa cuando entre y Vi que Natalie, mi prima estaba ahí.

Ella se sobresaltó y me miró como si fuese un fantasma.

-ah... Disculpa no sabía que había alguien aqui- dije con inocencia.

-no... No... No te preocupes - respondió con evidente nerviosismo.

-te encuentras bien?- dije fingiendo estar preocupada.

La verdad Natalie, me importaba muy poco, al principio era como mi hermana, pero luego de que me casará con Hugo, y descubriera que el me era infiel con ella, mi afecto hacia ella se había acabado; pero por mucho que quisiera que ella también sufriera por traidora, necesitaba encarecidamente seguir en mi papel.

-si, es que tú....- lo pensó por un segundo- no nada olvídalo.

-yo que?- le insistí

-es que te pareces a alguien que yo quería mucho.

-si claro, por supuesto, me querías tanto que me traicionaste.- pensé.

-pero ella murió hace años.- dijo como si recordara algo- es imposible que seas tú, aunque te pareces mucho, no eres ella.- sin esperar que dijera nada salió del baño, muy afectada o eso me hizo creer.

Limpie un poco mi vestido, y volví a salir al evento, para cuando regrese, Axel ya estaba hablando con el señor Cervantes, el dueño de Corven.

-Axel, no se que te ha sucedido, pero el proyecto que me enviaste al correo es totalmente diferente a lo primero que me mostraste, no tomaste en cuenta ninguna de mis recomendaciones- decía muy serio.

Axel me miró confundido, y comprendí que había olvidado comentarle que le envié por correo un borrador detallado de nuestro proyecto.

-no comprendo está nueva manera de trabajo tuya Axel...- clavo su fría mirada en él, y luego la suavizó con una sonrisa - pero me encanta, no puedo esperar a comenzar esa obra de arte contigo

-eso quiere decir...- dijo Axel muy emocionado.

-no es necesario reunirnos mañana, cuentas con mi respaldo absoluto para tu proyecto.- me guiño el ojo y se alejo.

Axel se dió la vuelta y me abrazo muy fuerte.

-eres la mejor Rousse, eres la mejor!.- sentía su aliento al hacerme cosquillas en mi cuello, haciendo que mi cuerpo se tensara, a tal sensación.

me soltó, pero no permitió que me alejara de el, su espacio se fue cortando poco a poco, acercándose cada vez más a mis labios, podía sentir su respiración, podía oler su aliento a champán, deseaba que esos pocos centímetros se redujeran, anhelaba volver a sentir sus labios, junto a los míos, como había pasado el día anterior.

El parecía leer mis pensamientos, así que se acercó más a mis labios, cerré mis ojos esperando que me besara.

-señor, el taxi que solicito ha llegado.- dijo Andrés a mi espalda.

Sentí que nuestra burbuja se rompía, una vez más, nuestro momento mágico se había acabado, y a su vez podía percibir como Axel se llenaba de ira.

Me dejó en la pista y salió de ahí como alma que lleva el diablo, Andrés por su parte, se quedó para escoltarme afuera.

Cuando llegamos al auto, Axel estaba junto a él, fumando un cigarrillo, jamás lo había visto fumar, así que me sorprendió mucho.

-estamos listo señor- dijo Andrés mientras sujetaba la puerta para que entráramos al auto.

subió en total silencio, uno que daba miedo romper, me dedique todo el camino de regreso a ver por la ventanilla del auto.

-como les ha ido?- pregunto Andrés tratando de hacer conversación.

El ambiente estaba tan tenso, que dude si debía responder, pero luego me arme de valor y le seguí la conversación a Andrés.

-muy bien, hemos logrado lo que queríamos sin. Necesidad de la presentación, yo diría que mañana podemos regresar.

-y cuál es la prisa?- dijo Axel en tono neutral.

-yo solo decía... cómo no es necesario quedarnos, pues pensé...

-quiero invitarte a conocer unos lugares muy lindos de la ciudad Rousse, antes de irnos.

La verdad conocía la ciudad muy bien, había estado ahí millones de veces antes, con papá, pero eso no podía decirlo.

-eres muy amable Axel, pero quedarnos sería mucho más gastos y no quiero que gastes más en mí.- trate de persuadirlo.

-no hay problema Rousse, para mí el dinero no es impedimento.

-pero si usted quiere regresar yo puedo agendar un boleto de vuelta señorita- se ofreció Andrés.

Pude ver cómo las manos de Axel, se cerraban en unos puños, hasta que los nudillos se tornaran blancos.

-para mí está bien, si me quedo un día más, pero solo un día Axel- le dije con sinceridad. No sabía que me estaba pasando, pero una parte de mí deseaba pasar más tiempo con Axel.

Axel suavizó su agarre, y coloco una de sus manos sobre las mías, haciendo que mi corazón diera un vuelco.

-gracias por aceptar.