Karen Wilson, era una esposa amable, cariñosa y muy atenta con todos, ella pensaba que tenía todo hasta que su prima Samanta la engaño para poder así lograr separarla de su flamante esposo.
Sebastian Meló un hombre rico y poderoso es engañado también por Samanta y con eso ella logró llegar a ser la amante del esposo de su prima a la que envidia y odia.
Karen por decepción y para poder darle una buena vida a su hijo, decide volver a trabajar para mantener a su hijo, aún cuando eso le lleve a meter a su ex esposo y a su amante a la cárcel, Karen Wilson hará lo que sea necesario para no volver a ser pisoteada por su esposo, aún cuando ella lo ame no le pasara una infidelidad más. Ahora ella cuenta con el apoyo de Andrew Lezama, el mejor abogado, hijo de una de las mejores familias, además es guapo él la ama y no dejará que nada malo le pase.
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Capítulo 16
A la mañana siguiente en la mansión, se despertó muy temprano Karen después de una rápida ducha se comenzó arreglar, como no era habitual en su rutina le tomó algo de tiempo secar su cabello con la secadora haciendo unas pequeñas ondas en el, como le habían enseñado el día anterior, también colocándose el maquillaje, sin olvidarse de sus labios, fue hasta su armario y busco uno de los conjuntos que acababa de comprar, entre todos escogió uno de color blanco, combinándolo con algunos accesorios en dorado, echando se un último vistazo en el espejo para verificar de no olvidar nada, al ver su reflejo no pudo evitar felicitarse por lo bien que lo había hecho, se veía tan diferente ya no era la mujer descuidada y olvidada, ahora lucía como toda una mujer de mundo, elegante y muy hermosa.
Salió de su recamara y cuando iba hacia la habitación de su hijo se encontró con su pequeño que venía de la mano de Lola ya sin la pijama listo para salir, al verla su pequeño corrió para abrazar, Karen se agacho y así recibir a su hijo, la señora Lola sin poder evitarlo le dijo a Karen.
¡Señora Karen!
¿Es usted de verdad?
Karen se echo a reír al ver la cara de la mujer que parecía haber visto a un elefante Rosa en el corredor.
Ja ja ja
¡Sí Lola soy yo!
Le respondió Karen a la mujer.
¡Hay señora esta usted hermosa, parece un ángel bajado del cielo!
¡Sí el señor Sebastian estuviera aquí le aseguró que nunca querría dejarla sola!
Karen solo escuchar el nombre de ese mal esposo, se le revolvió el estómago, tratando de evitar que la mujer continuará hablando de ese hombre, se giro para mirar a su pequeño, sonriendo le preguntó.
¿Estas listo para tu primer día en la escuela?
El pequeño Johan respondió con entusiasmo a la pregunta de su madre.
¡Sí mami!
¡Ya estoy listo!
¡Perfecto, vamos a desayunar entonces para no llegar tarde en tu primer día!
¿Te parece bien?
¡Sí mami, vamos pronto!
Dijo el niño tomando la mano de Karen y llevándola hasta el comedor.
El desayuno ya estaba listo en la mesa como Karen lo había solicitado la noche anterior, se sentaron madre e hijo a disfrutar de un delicioso desayuno, entre risas, Karen le contaba algunas de sus vivencias en sus tiempos de estudiante, el niño escuchaba todas las historias con atención, al terminar una de las doncellas le entregó su almuerzo al pequeño, salieron de la mansión, Karen subió junto con su hijo en uno de los autos que había en el garaje. Karen y el pequeño Johan continuaron con su charla, cuando llegaron a las puertas del colegio el niño sintió un repentino miedo por lo desconocido, Karen noto el temor en su hijo, por lo que con una sonrisa, tomo de la mano del pequeño Johan y le dijo.
¡No debes de tener miedo mi pequeño!
¡Eres un niño muy valiente, Johan!
¿Que te parece si hoy entro contigo para darte un poco de confianza?
El niño miró a su madre, apretando más la mano de ella el pequeño Johan camino, sintiendo más seguridad por no estar solo.
Entraron juntos en el gran edificio, el pequeño Johan miraba todo con curiosidad todo a su alrededor, de pronto le llamó su atención una pequeña niña que lo miraba con una ceja levantada y mirada retadora a lo que el pequeño Johan le respondió de la misma forma, miró a la niña con cara de pocos amigos, después giro su cabeza como si le hubiese cansado mirar a esa pequeña, de uno de los pasillos salió la señora Directora junto con otras dos profesoras, que al ver a Karen no pudieron evitar sentirse un poco celosas, Karen no solo se veía bellísima , también, resaltaba de las otras madres por su postura recta, su firme andar, Lucía refinada, elegante, como toda una reina.
¡Buenos días!
¡Señora Karen Meló!
¿Este pequeño debe de ser su hijo, no es verdad?
Le saludo y pregunto la señora Directora con una enorme sonrisa, sin dejar de mirar al pequeño que no soltaba la mano de su madre.
Karen les respondió con amabilidad.
¡Buenos días señoras!
¡Les presento el es Johan Meló!
¡Mi hijo!
Una de las profesoras al escuchar el apellido del niño, no pudo evitar pensar en el hombre tan guapo que la dejó boqui abierta, y al parecer era el padre de ese pequeño, que acababa de ver en las fotos que era un hombre, muy rico, famoso en los negocios y también muy apuesto, en esa revista de chismes, se decía que el señor Sebastian Meló tenía una amante, a la cual el mantenía con grandes lujos sin escatimar en detalles para ella.
¿Es usted la esposa del señor Sebastian Meló?
Preguntó aquella profesora, sin dejar de mirar a Karen con mucha curiosidad, y evitando de comparar a la mujer de las fotos con la mujer que tenía frente a ella.
Karen observó la cara de asombro de la profesora y algo dudosa le respondió.
¡Sí señorita, el es hijo del señor Sebastian Meló!
La mujer miró al pequeño que tenía los mismos ojos de aquel hombre tan apuesto y que le había robado unos cuantos suspiros, y confirmo que Karen decía la verdad, la mujer no comprendió como era posible que teniendo una esposa tan hermosa el pudiese engañarla con otras, mujeres.
Para la Directora la indiscreción de la docente le pareció una falta de respeto hacia la privacidad de los alumnos, sin perder su postura firme, le dijo a la otra mujer.
¡Señorita Ana, lleve por favor a nuestro nuevo alumno a los vestidores para que se cambie ya que este listo acompañe lo a su clase, yo iré después de terminar aquí!
¡Sí señorita Directora!
Respondió la profesora, con una sonrisa le dijo al pequeño.
¡Johan despídete de tu mami, y vamos para que conozcas la escuela!
El niño asintió con la cabeza a la joven, y después de darle un beso a su madre, el pequeño Johan siguió a su nueva profesora.
En cuanto terminó de entregar los papeles y firmar la inscripción de su hijo salió Karen para ir a la empresa.
y si me encanta tu historia
voy a ver cuáles son tus otras obras para leerlos un abrazo te felicito sigue escribiendo