Maira renació en una novela, siendo hija del villano, es un personaje que no estaba en el libro, siendo ahora Elena protegerá a su familia
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Capitulo 15
Más tarde Elena estaba pensando, cuando entra un guardia y pone a otro niño desmayado en otra silla atándolo.
Cuando vio al niño, su ceño se frunció mientras lo observaba, él estaba inconsciente. Sus ojos se desviaron hasta el guardia que lo dejó allí. - ¿Por qué trajeron a ese niño? -preguntó ella, con calma pero manteniendo una expresión seria.
El guardia se volvió hacia ella y sonrió de lado, como si disfrutara de su curiosidad. -El jefe tiene sus razones, niña. Este niño es parte de un trato, al igual que tú.
Cuando el guardia se fue Elena miro al niño y preguntó al sistema(¿el niño está desmayado con droga?)
[El niño está inconsciente debido a las drogas que le suministraron]
Elena siguió observando al niño en la silla, sus ojos verdes analizando cada detalle de él. Parecía tranquilo y desvalido, atrapado en esa situación igual que ella.
(¿qué droga?) pensó ella mientras miraba al niño de cabello rojo
[El niño había sido drogado con una sustancia llamada sedol, que lo mantenía inconsciente y en un estado de somnolencia.]
Mientras ella lo observaba, notó que el niño tenía un aspecto tranquilo y vulnerable. Su cabello rojo resaltaba en medio de esa habitación oscura.
(cuánto se le pasará el efecto?)
[El efecto de la droga, dependiendo de la dosis. El niño comenzaría a despertarse probablemente en una hora]
Elena siguió observando al niño inconsciente, su mente trabajando y tratando de calcular cuánto tiempo más estaría así. Sabía que, por ahora, no podría hacer nada. Estaba atrapada en esa silla y atada, sin posibilidad de escapar ni ayudarlo, eso hasta que venga el cliente y atrapé a todos. Sus ojos volvieron a enfocarse en él, notando la extraña tranquilidad que emanaba incluso en su estado inconsciente. Era un niño realmente curioso.
Pasó otra hora más, y finalmente el niño comenzó a hacer pequeños movimientos, como si estuviera despertándose poco a poco. Sus párpados se abrían y cerraban de forma lenta, adaptándose a la tenue luz de la habitación. Parecía desorientado y confundido por unos instantes, sin duda causado por la droga aún presente en su sistema.
Elena observó atentamente cómo el niño abría los ojos y finalmente despertaba por completo. Su mirada se enfocó y poco a poco se dio cuenta de dónde se encontraba, su confusión visible en su expresión. Él vio a Elena atada en la silla, y su mirada reflejó un toque de sorpresa y alarma.
Él intentó moverse, pero pronto se dio cuenta de que estaba atado también. Se incorporó lo más que pudo y miró a su alrededor, tratando de reconocer dónde estaba. Su mirada se fijó en Elena, quien lo observaba con serenidad, y notó la calma característica en su expresión.
-te pido que no llores ni grites, estás secuestrado al igual que yo- dijo ella tranquilamente- y si lloras te pondrán algo en la boca y será más incómodo para ti
El niño se quedó callado, sorprendido por la calma con la que ella hablaba de su situación. Su mirada reflejaba sorpresa e incredulidad, pero no lloró ni hizo ruido alguno. Asintió levemente con la cabeza, indicando que la había escuchado y entendido su instrucción. Era obvio que estaba asustado y aún recuperándose del efecto de la droga, pero intentó mantener la calma como ella le pedía.
-¿cómo te llamas? Yo me llamo Elena
El niño la miró de vuelta y le costó responder al principio, aún aturdido por los efectos de la droga y la situación en la que se encontraba. Después de un momento, pudo reunir el suficiente aliento para responder débilmente -... Soy Gabriel-. Su voz era baja y un poco temblorosa, pero logró pronunciar su nombre con claridad.
Elena asintió en señal de comprensión, sin dejar de observar con calma al niño atado en la silla al lado de ella. Su mente aún estaba trabajando, calculando la situación. -Gabriel, ¿tienes qué edad?
Él volvió a mirarla, aún tratando de recuperar totalmente la consciencia. Tomo un respiro antes de responder-siete años...- respondió con voz entrecortada.
-no te asustes, pronto saldremos de aquí
Gabriel siguió atado a la silla, aún algo desorientado y con los efectos de la droga. Intentó contener su miedo, manteniendo la calma que había visto en la chica atada junto a él.
Elena, observando su estado, notó que todavía luchaba por recuperarse. Su mirada se volvió aún más suave, mostrando empatía hacia el pequeño de siete años.
-Gabriel... Sé que debes estar asustado. Pero... necesito que confías en mí.
El pequeño Gabriel la miró con incertidumbre, pero también con una pequeña esperanza en sus ojos. La calma en la voz de la chica era reconfortante y, aunque aún estaba preocupado, no podía negar que se sentía más tranquilo cerca de ella. Asintió ligeramente, dándole a entender que estaba escuchando y dispuesto a confiar en ella.
-por ahora estaremos aquí
Gabriel asintió nuevamente, todavía atado a la silla, pero un poco más tranquilo gracias a la calma en la voz de la chica, Elena. Miró a su alrededor en la habitación oscura y vacía, y luego volvió su atención hacia ella.
Elena se mantuvo serena, observando la reacción del niño y manteniendo la mente fría. Tenían tiempo, por el momento.
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Por otro lado, en ese mismo tiempo.
Durante la búsqueda, Tristán no podía resistir la sensación de culpabilidad. Era el mayor y sentía que él debería haber estado allí para protegerla. Su inquietud se manifestaba en su semblante, mientras proseguía con la búsqueda en compañía de su hermano y Shao.
-Padre vendrá, pero no hemos encontrado a Elena, ¿dónde estará?
-buscamos por toda la ciudad- dijo Weilong frustrado
-y nada, ni un indicio de dónde está- respondió Tristán con la misma frustración
Shao permanecía en silencio, escuchando la conversación entre los dos hermanos. Su mirada se dirigía hacia los alrededores, observando su entorno, preguntándose dónde estará su salvadora.
-no puede haber ido tan lejos- dijo Tristán, tratando de pensar con lógica.
Weilong suspiró, compartiendo la frustración de su hermano. Se pasó una mano por el cabello y miró a su alrededor, como si esperara ver a Elena aparecer de la nada.
Shao miro nuevamente hacia el horizonte y recordo -cierto.. Revisamos todo menos- los miro- hay una casa en el bosque.
Tristán y Weilong se giraron hacia él con curiosidad, sorprendidos de que Shao hubiera recordado algo tan importante.
-¿Una casa en el bosque dice?- preguntó Tristán, con interés.
-si cuando estaba en las calles, antes de venir al ducado, pase por el bosque y allí pase la noche- lo miro
-en el bosque...- repitió Tristán, reflexionando sobre el dato que Shao acaba de recordar.
Weilong se inclinó hacia adelante, mostrando interés en esa información recién descubierta. -Es un lugar aislado, podría ser un buen escondite para alguien.
-tiene sentido- asintió Tristán, con el ceño fruncido en concentración.
Shao mantuvo su expresión calma, pero su mirada se volvió seria. -Podemos ir a echar un vistazo, es nuestra mejor opción por ahora.
Los dos hermanos compartieron una mirada de asentimiento, ya decididos a seguir la pista que Shao les había dado. -Entonces vayamos al bosque- dijo Tristán, determinado en encontrar a Elena.