Tras quedarse dormida en el baño de su casa Blair se despierta en un lugar completamente desconocido y peor aun se había dado cuenta que se encontraba en el cuerpo de una extra en uno de los libros que leyó.
NovelToon tiene autorización de Layla Polimet para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
15: Rumores
Alethea, que estaba caminando en los pasillos del palacio con su padre, siendo furia enfrente de ella, se detiene cuando alguien agarra su brazo bruscamente.
—¿Qué es lo que pretendes? —Mira al príncipe, que tiene el ceño fruncido—. ¿Crees que solo por haber roto el compromiso, voy a fijarme en ti? —Ríe con burla, estaba seguro de que Alethea no podría dejar de quererlo de un día para otro. La chica siempre había estado feliz desde que supo que ambos estarían comprometidos.
—Suéltame —dice Alethea.
—¿Qué? —Observa cómo la chica aparta su mano de su agarre.
— Príncipe, espero no tener que recibir esa falta de respeto de nuevo. Usted y yo no somos nada ahora, así que espero que no sea tan descortés a partir de ahora —Se da vuelta para irse, sin embargo, Daylon nuevamente la toma del brazo.
—Hagas lo que hagas, jamás voy a quererte, Alethea —dice Daylon.
—Créeme que tu amor ya no es tan importante para mí —responde Alethea. Dicho esto, se zafa con brusquedad y camina alejándose, encontrándose con Eleanor, quien pasa al lado suyo yendo a encontrarse con el príncipe. Pero ella sabe que a partir de ahora dejará a ese hombre fuera de su vida, así que sin darse vuelta se aleja de ambos, que hablan como si fueran una pareja enamorada.
Aelin, que se encontraba desayunando con su familia, mira a todos. Por alguna razón, habían quedado mirándola.
—¿Qué pasa? —Finalmente deja sus cubiertos en el plato.
—En la mañana vi a alguien saliendo de la ventana de tu habitación —habla el duque, y ella traga saliva—. Y ese alguien era el mismísimo emperador. ¿Cómo se atreve a venir aquí? —El duque gruñe—. Si no fuera el emperador, le hubiera dado una paliza.
—¿Acaso te hizo algo? —Pregunta su madre.
—No importa si sea el emperador, te vengaremos —agrega su hermana con determinación.
Aelin ríe, mirando a todos. Fuea genial tener una familia que se preocupaba de esa manera por ella. Siendo Blair, no tenía ninguna familia más que su amiga, por lo cual nunca experimentó ese calor de tener una familia que se preocupara por ella.
—¿Por qué te ríes? —Pregunta Celia con un leve puchero.
—Son lindos —dice Aelin, estallando en una carcajada, dejando a toda la familia confundida. Sin embargo, segundos después, ellos también comenzaron a reír, llenando el lugar del desayuno con risas agradables.
Ya habían pasado dos semanas. Dos semanas en las que Magnus siempre la visitaba de noche y se quedaba a dormir con ella. Al igual que empezó a surgir un rumor. Muchos sirvientes habían sido testigos de las salidas frecuentes del emperador, y más aún, este no regresaba por la noche. Por lo cual los sirvientes comenzaron a chismear, sacando todo tipo de conclusiones.
Poco a poco, el rumor de que el emperador salía todas las noches para ir a ver a su amante se extendió por todo el reino.
—Tal vez esa mujer será nuestra emperatriz —comenta una sirvienta, y las otras asienten, pues conocían muy bien a Magnus y que este haya ido de visita a casa de esa mujer era motivo suficiente para pensar que tal vez él estaba enamorado.
Aelin también había escuchado el rumor y cómo la gente sacaba sus propias conclusiones. Sin embargo, no le daba importancia.
—No tiene que irse —dice Aelin, mirando a Magnus a su lado, quien abre los ojos para luego abrazarla.
— ¿Me estás echando? —Alza una ceja, y la chica sonríe.
—Sabes que debido a que no has estado durmiendo en el palacio, está surgiendo un rumor.
—No importa —responde Magnus, aferrándose más a la chica. Estando al lado de Aelin, dormía muy cómodo, a diferencia de su palacio, donde tenía que estar alerta debido a los enemigos que tenía y que querían matarlo. Pero al lado de la chica era diferente, podía dormirse sin preocuparse de esas cosas.
Aelin sonríe y se pone de pie. Sabe que falta poco para que su doncella venga a despertarla. Voltea tras sentir una mirada sobre ella, encontrándose con la mirada de Magnus.
—¿Qué pasa? —pregunta Aelin.
—Si te pidiera que te casaras conmigo, ¿aceptarías? —Aquellas palabras habían salido de la boca del emperador sin darse cuenta, dejando que sus pensamientos dominaran su habla.
Aelin lo mira sorprendida. Magnus, que estaba igual de sorprendido, se levanta de la cama y se pone su camisa.
—Nos vemos —dice Magnus, sin esperar la respuesta de Aelin, y sale por la ventana de la habitación.
La chica, que estaba procesando las palabras de Magnus, sonríe satisfecha. Estaba logrando su cometido. Toca su vientre suspirando.
—Me aseguraré de crearte una buena vida antes de irme de aquí —murmura en voz baja, con su mano en su vientre.
Y justo escucha cómo la doncella toca su puerta, como es costumbre.
Tal como todos los días, Aelin se encontraba yendo al comedor para desayunar con su familia. Sin embargo, queda sorprendida al ver a Magnus sentado al lado de su padre.
—Saludos, su majestad —dice Aelin, haciendo una leve reverencia y mirando a Magnus, quien desvía la mirada. Pues al salir de la ventana y al estar tan nervioso por aquellas palabras que habían salido de su boca unos segundos atrás, se olvidó por completo de que no estaba en su palacio y no tomó precauciones para esconderse ante la vista de cualquier ojo. Y para su sorpresa, cuando estaba justo por salir del ducado, se encontró cara a cara con el general, quien lo miraba con enfado notorio.
—Me gustaría saber por qué su majestad se encuentra saliendo de mi propiedad a plena mañana —cuestiona el general, molesto. No pensó que el emperador hubiera regresado tras la primera vez que lo vio salir de la habitación de Aelin.
—General —dice Magnus, sonriendo sin saber qué decir al ver la mirada severa del general.
—Hermana, siéntate —indica Celia, y Aelin suspira mirando a su padre para luego sentarse enfrente de Magnus.
—Y bien, ya que todos estamos presentes, me gustaría saber la razón por la cual el emperador se encontraba saliendo de nuestra propiedad cuando nunca lo vi entrar —dice el padre de Aelin.
—Papá —intenta decir Aelin, pero antes de que pudiera hablar, la mano del general la frena. Aelin suspira, sabiendo que su padre buscaba una razón para romperle la cara al emperador, y hoy lo estaba por aprovechar.
—Y bien, su majestad, espero escuchar una razón razonable —dice el general.
gracias por compartir tu talento 🫂✨🌹✨🪻✨🌷🍀