El Arte De Amar

📲 - Hola, ya tan rápido me extrañas... dice él con su tono travieso.

- Ryan debemos hablar... paso algo.

- ¿Paso algo?

- Rosa te vio ayer en la discoteca, hoy que vieron mis marcas creyeron que Alejandro el imbécil que ayer pegaste y yo pues habíamos pasado la noche juntos... yo pues les hice creer que fue con él... escucho un suspiro...

pero durante la reunión Rosa noto tus marcas así que ato cabos... Ryan ellas saben que pasamos la noche juntos... me quedo en silencio esperando lo que me va a decir.

los escucho suspirar nuevamente y luego su voz.

- No me tape la marca para que tú la vieras y te desconcentrarás pensando en lo que pasó... no caí en cuenta de que pasaría si alguien más la viera. supongo que fue mi culpa.

no me esperaba que Ryan no me fuera a culpar a mi.

-. Les pedi que no dijeran nada, así que lo poco que las conozco, sé que puedo confiar en ellas.

- bueno si tú confías, yo no tengo ninguna objeción.

- nos vemos luego.

- Chau.

- Chau.

cuelgo el celular... aún me cuesta hablarle con alguien que no sea mi jefe, ya la conversación termino un poco extraña "¿nos vemos luego?, ¿chau?.

- ¿Que se supone que le diga?.

Relata Ryan

Alai corta la llamada y yo me quedo mirando el teléfono como si la estuviera viendo, no se por que pero es como si la extrañara aunque la Vi hace apenas media hora y hace menos de un minuto que hablamos.

Me dispongo a trabajar pero unos toques en la puerta me llaman y me alejan de mi concentración...

- Adelante.

- Señor Molina le están esperando para el almuerzo con el señor Lombardo. dice René.

- Vamos.

- ¿Señor?... ¿puedo hacerle una pregunta?.

- ¿Sucede algo?.

- Señor Molina con todo el respeto que usted se merece por qué insistió tanto en trabajar con el señor Lombardo, después de lo que averiguo.

- Hablas de la investigación de la señorita Gallegos.

- Así es señor, después de todo fue la señorita Gallegos la que se equivocó con su trabajo haciendo que BarthCorp casi quedé en la quiebra, ¿cree usted que ellos quisieran trabajar con ella?.

- La investigación dice que ella fue la culpable, pero su trabajo aquí me dice todo lo contrario, además, si ella fuera lo que dice la investigación ¿por qué Samuel Lombardo sigue buscándola y recomendandola?.

- Hay tiene razón, pero me preguntó su motivo para trabajar con ellos... después de todo desde que rechazaron su oferta la primera vez usted dijo que no iba a buscarlos nunca y así fué hasta ahora.

- Lo que busco es dejarles claro a todos los que pidieron la cabeza de la señorita Gallegos que se perdieron de una mujer excepcional... y no me preguntes por qué René por qué tampoco se muy bien la razón, pero siento la necesidad de limpiar su nombre.

Me encuentro con Stiven y Alai hablando en recepción... No me gusta para nada que Stiven mire a Alai con esos ojos.

- Disculpe la demora...¿ nos vamos?

- Vamos. dice Stiven

yo me quedo un poco atrás para hablar con Alai.

- Espero que mi querido amigo no te incomode.

- No, Stiven es muy agradable.

- así que Stiven, dígame señorita Gallegos acaso soy el único al que usted no puede tutear.

- Será por qué es el único al que debo mantener lejos.

- No me digas que es por qué temes perder el control de tu cuerpo delante de todos cuando estás cerca mío.

la veo sonreír, y me parece la sonrisa más linda...

- ¿No será que el que pierde el control es otro?

suelto una carcajada que llama la atención de Stiven.

- ¿Vaya mi amigo tiene dientes?, como nunca los muestra creí que era por qué no tenía. Alai suelta una discreta pero visible carcajada

- Que gracioso, se divierte señorita Gallegos.

- me disculpó señor Molina, pero fue gracioso lo que dijo Stiven. no soporto que a él lo llame por su nombre mientras que a mí me llama señor Molina, si no estuviera aquí Stiven ya la habría arrinconado en una pared para castigarla.

llegamos al auto y me adelantó para abrirle la puerta a Alai y mando a Stiven adelante. así de paso aprovecho y la provocó un poco. ya que Stiven está hablando por celular.

deslizó mi mano cerca de su muslo el cual reacciona a mi tacto verifico que no nos estén mirando y efectivamente Stiven está al teléfono y consultando unos papeles, René tiene la vista en la carretera.

paso mi mano por el muslo de Alai más arriba ella me mira y trata de alejarla pero no le dejo, está ahogando un gemido, lo sé la siento estremecerse, mis dedos alcanzan el borde de sus bragas y las acaricio con precisión. saco la mano cuando noto que Stiven cuelga la llamada.

Alai baja la ventana para refrescarse un poco y yo hago lo mismo, satisfecho por provocarle ese fuego en su interior y esos calambres en su cuerpo.

Con mi maletín tapo la erección que empieza a ser visible. noto que Alai se da cuenta y sonríe por el efecto que yo mismo cause.

- Víctima de tu propio invento. escucho que dice entre murmuros.

llegamos al restaurante y me dirijo directamente al baño para calmarme un poco mi erección a disminuido pero aún está presente.

cuando llegó a la mesa veo cómo Samuel y Alai se saludan con un beso en la mejilla. me hierve la sangre es como si quisiera encerrarla para que nadie la viera nunca.

siento un fuego en mi pero no es el mismo que despierta me despierta... no, ese fuego se siente como si quisiera destruir todo a mi paso... ese fuego se siente extraño. y es cuando me doy cuenta que lo que siento por Alai no es solo una atracción sexual...no, ella me gusta y mucho.

nunca me había atraído tanto una mujer, nunca permití que ninguna se acercará tanto... pero ahora ni siquiera quiero alejarla de mi. caí en una trampa que yo mismo puse... me creí intocable y una sonrisa ahora me hace el día.

este fuego que siento tiene nombre y se llama Celos.