Desde pequeños fuimos los mejores amigos, jamás nos guardamos ningún secreto, mi felicidad siempre fue él, los momentos felices a su lado y los momentos amargos siempre fueron con él. Hasta que un día todo cambio empecé con este sentimiento, ¡yo no pedí enamorarme de él !, nunca quise arruinar nuestra amistad, es por eso que decidí guardarlo todo. Era mi secreto, tuve que alejarme porque ya no soportaba verlo con nadie que no fuera yo; sentía que iba a explotar es por eso que aún sin terminar la preparatoria tome la desición de irme al extranjero, en donde conocí a Henry un chico de muy lindos sentimientos que me enseñó a que siempre hay una nueva oportunidad para el amor,pensando en olvidarlo tomo la decisión de salir con Henry. Más tarde el destino nos reúne nuevamente... ¿es posible amar a dos personas al mismo tiempo?
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una cita al atardecer
Al llegar al parque del campus, ambos se encontraron con una manta colocada bajo la sombra de un árbol frondoso.
había una cesta con comida, almohadas, una bocina que reproducía musica romantica y también luces que iluminaban todo. Era realmente romántico, a Morgan le encantó. Giro y miro a Henry a los ojos.
—Gracias Henry eres maravilloso.

Los dos disfrutaron de lo que quedaba del atardecer.
Henry acomodó unas almohadas para que Morgan se sentará, la joven se sentó y extendió las piernas.
Henry se acomodó en sus piernas y la miró al rostro, haciendo que Morgan se sonrojara.
—lee algo para mí, Morgan. Me encanta escucharte leer.
—está bien, pero no sé si te va a agradar.
—dijiste que era historia de dos ciudades ¿no?
—así es...
—entonces será de mi agrado escuchar la historia de Sídney Carton.
—¿has leído historia de dos ciudades? Morgan quedó sorprendida.
Este acto le recordó a cuando estaba en su hogar igual solía sentarse bajo un gran árbol a leer por horas, de igual manera Kylie llegaba y se acomodaba sobre sus piernas.
La única diferencia es que Kylie jamás prestaba atención a la lectura y solía quedarse dormido después de unos minutos.
Morgan aprecio que Henry escuchará atentamente lo que ella leía.
La noche se hizo larga, después de leerle cinco capítulos a Henry, ella colocó el libro a un lado y miró al joven el cual traía los ojos cerrados.
Lo miro y sonrió, sintió el impulso de acariciarle el cabello, así que lo hizo. Henry solamente sonrió, sin abrir los ojos y sin decir ni una sola palabra al respecto.
Morgan se sintió feliz de estar ahí, sentía que Henry no merecía ser lastimado. Respiro profundamente y se convenció de que dejaría de sentir cosas por Kylie.
Ahora se dedicaría a hacer feliz a Henry y le correspondería sus sentimientos.
Morgan siguió jugando con el cabello de Henry, él abrió sus ojos y la miró.
—me gustas mucho Morgan Lewis.
ella no dijo nada, le tomo la mano que el tenía sobre su pecho y la entrelazó con la de ella.
Después fue bajando la cabeza hasta tenerlo a centímetros de la de Henry.
su corazón latía rápidamente. Sus labios tocaron los labios de Henry, ella cerró los ojos y se dejó llevar.
Ambos se soltaron después de que el oxígeno les hizo falta.
al terminar su beso, Henry se levantó y ayudo a Morgan a ponerse de pie.
La miro a los ojos y colocando sus manos alrededor de la cintura de ella. la atrajo hacia él, juntando sus cuerpos y ahí en medio de la luz de aquellas bombillas la volvió a besar.
Ella no lo apartó, se puso de puntillas, enroscó sus brazos alrededor del cuello de Henry y lo besó lentamente.
Henry se separó de Morgan y acaricio sus mejillas.
— Morgan Lewis ¿ aceptarias ser mi novia?
—si, acepto Henry.
Después de eso él la cargó la hizo girar, Henry estaba feliz, Morgan por fin había aceptado ser su novia.
Definitivamente, le debía un favor a su hermanita, ya que ella era quien había sido la cómplice como siempre.
—henry, creo que ya deberíamos irnos al dormitorio. Mañana tengo examen de física y realmente necesito estudiar.
—está bien, déjame recoger todo y te llevaré.
Los dos recogieron todo lo que estaba en el pasto y se dispusieron a irse.
Morgan tomo la mano de Henry y la entrelazó con la de ella, ambos caminaron hasta el área de dormitorios.
Cuando llegaron hasta ahí ella no quería alejarse de él, pero sabía que tenía que hacerlo.
Se despidió de Henry y cuando se acercó a la puerta para entrar se quedó quieta, dio la vuelta y corrió hasta el chico.
Lo besó rápidamente en los labios y se despidió:
—buenas noches Henry.
—adios, princesa.
Ella desapareció minutos después, él la miro alejarse y al verla entrar sonrió, se tocó las mejillas y las sintió calientes. Estaba sonrojado y no podía dejar de sonreír.
Su móvil empezó a vibrar, en la pantalla aparecía el número del entrenador. Él respondió rápidamente.
—¡henry Bradford! Se escuchó al otro lado de la línea, la voz sonaba gruesa. Era firme y seca ¡¿En donde estas?!, la práctica de rugby termino hace más de una hora y de nuevo no estuviste presente, las nacionales están a la vuelta de la esquina y no puedes darte el lujo de faltar .
—lo sé entrenador, le prometo que mañana estaré a primera hora en el campo y entrenaré hasta el cansancio.
—eso espero Bradford, últimamente te he notado muy distraído y no puedo darme el lujo de perder a un elemento muy importante como tú.
—y no lo hará señor, daré mi mayor esfuerzo para llevar al equipo a las nacionales.
—más te vale, Bradford. No me hagas recurrir a tu padre, ambos sabemos que es un hombre muy ocupado.
El entrenador ni siquiera espero a que Henry dijera alguna palabra, colgó abruptamente el teléfono.
Henry se quedó mirando el móvil y pensó en todo lo que podría pasar si su padre se enteraba de que había faltado a los entrenamientos.
Y sabía muy bien la respuesta sería el fin de todo y tendría que volver a casa.
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En el aeropuerto de Londres un avión aterrizaba en la pista.
—queridos pasajeros, la aerolínea british les informa que hemos llegado a nuestro destino por favor desabrochen sus cinturones de seguridad y bajen ordenadamente del avión.
Kylie saco su pequeña maleta del portaequipaje y salió por la puerta del avión. siguiendo a los demás pasajeros.
—Morgan Lewis voy por ti nena.
El joven salió del aeropuerto y tomo un taxi.
—buenas noches.
—buenas noches, joven, ¿a dónde vamos?
—por favor lléveme a un hotel que esté cerca del colegio EF.
— claro que sí joven, no hay problema.
A medio camino el conductor le pregunto a Kylie la razón por la cual él había venido a Londres.
—vine a recuperar al amor de mi vida. Respondió Kylie con mucho entusiasmo.